Guerra de casinos en Israel
Barak anuncia la apertura de una casa de juego en el Neguev para competir con la palestina Jeric¨®
Israel ha decidido plantar una dura batalla a los palestinos en el ¨²nico campo en el que Yasir Arafat tiene ventaja: en los casinos. El extraordinario ¨¦xito del centro de juego palestino de Jeric¨®, en terreno de la Autoridad Palestina, que arrastra cada fin de semana a miles de israel¨ªes, ha empujado al primer ministro, Ehud Barak, a abrir su propio casino en el desierto de Neguev. As¨ª lo anunci¨® al Parlamento israel¨ª, donde present¨® su proyecto.Pero los planes de Barak pueden toparse con graves dificultades. El enemigo lo tiene en casa. Los partidos religiosos jud¨ªos -una fuerza pol¨ªtica capital en Israel- han constituido con rapidez un frente com¨²n para oponerse a la construcci¨®n del nuevo casino, pues consideran que este tipo de establecimientos son "un caldo de cultivo propicio donde crecen el crimen y las mafias" y que "legalizar el juego significa una transgresi¨®n de la Biblia".
Barak ha formulado su propuesta a trav¨¦s de su ministro de Finanzas, Abraham Shohat, con los ojos puestos en el casino palestino de Jeric¨®, a media hora escasa de Jerusal¨¦n. Jeric¨® se ha transformado en poco tiempo en la capital del juego para todos los israel¨ªes. Este establecimiento, abierto por la Autoridad Palestina hace un a?o con el apoyo de un emprendedor grupo de empresarios austriacos, recibe a diario 3.000 visitantes, en su mayor¨ªa ciudadanos de Israel -a los palestinos les est¨¢ vetada la entrada-, que colocan sobre sus mesas cerca de un mill¨®n de d¨®lares al d¨ªa, una cantidad rid¨ªcula si se tiene en cuenta la avalancha de los fines de semana: miles de personas guardan cola para poder entrar y jugar en torno de cualquiera de las 82 mesas o de las 220 m¨¢quinas tragaperras del local.
El ¨¦xito extraordinario del casino palestino, convertido en la ¨²nica v¨¢lvula de escape legal de los jugadores israel¨ªes, ha llevado a las autoridades palestinas a poner en marcha un segundo casino en un hotel de Ramal¨¢, la capital administrativa de Cisjordania, y a estudiar un tercero en la ciudad santa de Bel¨¦n, cuna del nacimiento del cristianismo.
Esta oferta l¨²dica se completa con el casino egipcio de Taba, en la pen¨ªnsula de Sina¨ª, que constituye otra de las metas codiciadas de los jugadores israel¨ªes. Todo esto sin contabilizar los casi 150 garitos ilegales que se encuentran en pleno Israel, sobre todo en Tel Aviv, o de los ocho barcos pirata que zarpan de las costas de Israel para hacer girar las ruletas en aguas internacionales.
Barak trata, con su propuesta, de frenar la estampida de los jugadores israel¨ªes y obligarlos a apostar ante su propia mesa, utilizando los beneficios del juego para cumplir alguna de sus principales promesas electorales: promover el desarrollo y el empleo en la zona deprimida del desierto de Neguev, donde convive el grueso de la comunidad beduina y los pen¨²ltimos emigrantes de origen ruso, unos votos nada despreciables en cualquiera de las citas electorales.
Pero antes de que Israel pueda abrir su primer casino deber¨¢ vencer la resistencia pol¨ªtica-religiosa, en especial los partidos ultraortodoxos jud¨ªos Shas, el Partido Nacional Religioso y el Agudat Israel; todos ellos, colaboradores del Gobierno laborista, a los que se les ha sumado la opini¨®n contraria de varios ministros.
"Las ruletas de juego s¨®lo crean una ilusi¨®n econ¨®mica", dijo el titular de la Vivienda, Isaac Levy, del Partido Nacional Religioso, ex responsable de Educaci¨®n en el Ejecutivo de Netanyahu. El de Sanidad fue m¨¢s lejos en sus cr¨ªticas: "El casino atraer¨¢ el crimen y al hampa". Y en tonos catastrofistas a?adi¨® el rabino David Bazri, de Jerusal¨¦n: "El juego arruinar¨¢ a nuestras familias. Esto es lo que dice el Talmud" .
Los seminaristas jud¨ªos de las Yeshivas, como movidos por un ¨²nico resorte, han empezado ya a bucear en la Biblia tratando de buscar argumentos de peso con los que oponerse al pol¨¦mico proyecto de Barak, olvid¨¢ndose quiz¨¢ que en Israel desde hace a?os funciona su propia Loto y las quinielas futbol¨ªsticas, y que, adem¨¢s, esta legi¨®n de apostantes que a diario acuden al casino palestino de Jeric¨® est¨¢ compuesta en gran parte de fieles ultraortodoxos, que con sus rizos y con sus kipas dif¨ªcilmente pasan inadvertidos.
Todos los crupieres aseguran que ellos son los jugadores m¨¢s fieles. Ahora, si el proyecto anunciado sale adelante, tendr¨¢n muchas m¨¢s oportunidades.
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