Saluda
NEGRITASLa visita del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el presidente de la Rep¨²blica de Francia, Jacques Chirac, a C¨®rdoba el pasado domingo permiti¨® que los vecinos de la ciudad disfrutaran de los consabidos instantes de gloria que se consiguen al salir, aunque sea por tan s¨®lo por unos segundos, por los telediarios nacionales. Algunos incluso tuvieron oportunidad de acercarse a los l¨ªderes, aplaudirles y estrecharles la mano, aunque en algunos casos no supieran muy bien ni de qui¨¦nes se trataba. Ya era suficiente con ver la parafernalia de escoltas, polic¨ªas y c¨¢maras que acompa?aban a la comitiva presidencial.Al menos, igual de contentos que si vieran al presidente de la Junta, Manuel Chaves, se quedaron dos vecinos de la ciudad al contemplar el paso de ambos l¨ªderes. As¨ª, al llegar los presidentes a la altura de la calle Jud¨ªos, momentos antes de la visita a la taberna Guzm¨¢n, un nutrido grupo de vecinos aplaudi¨® a la comitiva. Entre los entusiastas, una se?ora comentaba a un hombre: "?Has visto, son Aznar y Chirac?". Est¨¦ contest¨®: "Ah, vaya, el de la Junta". No sabemos si por ignorancia o por no discutir, la se?ora asinti¨® y ambos se entregaron a los aplausos con la cara de un ni?o en la ma?ana de Reyes.
Tras la visita a la Mezquita de los presidentes y sus esposas, Ana Botella y Bernardette Chirac, los dos matrimonios acudieron al prestigioso establecimiento de Rafael Carrillo, el restaurante el Churrasco, en donde saciaron su apetito antes de viajar a Granada. Manuel Villagr¨¢n, uno de los camareros del Rinc¨®n de Carmen, sali¨® a la puerta del local en el que trabaja para ver pasar al s¨¦quito. Ante la proximidad de Aznar, Villagr¨¢n no dud¨® en acercarse para estrecharle la mano. La sorpresa fue may¨²scula cuando, escondido tras su bigote e indic¨¢ndole con el rabillo del ojo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar respondi¨® al saludo del camarero con las siguientes palabras: "Ahora saluda al franc¨¦s, ?eh?". El empleado del restaurante acat¨® la sugerencia: se volvi¨® hacia Chirac y le espet¨® el m¨¢s c¨¢lido de los saludos que hab¨ªa dado en los ¨²ltimos tiempos, con el consiguiente asentimiento por parte del dirigente galo. Para que luego pongan en tela de juicio el carisma del presidente espa?ol o su papel en las relaciones internacionales.
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