Una nueva era en la novela alemana tras el Nobel de Grass
El Premio Nobel a G¨¹nter Grass parece haber enfervorizado hasta a los m¨¢s esc¨¦pticos observadores del panorama literario alem¨¢n. La subida a los altares del malhumorado padre de las letras ha llevado ahora a algunos cr¨ªticos a anunciar una nueva era en la novela alemana tras a?os de sequ¨ªa.Hace ya 40 a?os que Grass escribi¨® El tambor de hojalata. Tiempo, por tanto, seg¨²n algunos, de que surjan los nietos de Grass, aunque ¨¦ste nunca vaya a reconocerlo. Sus colegas, los miembros de la generaci¨®n del 47, desde Martin Walser a Ingeborg Bachmann, Uwe Johnson o Hans Magnus Enzensberger; los grandes de la posguerra, como Peter Weiss o Max Frisch y Friedrich D¨¹rrenmatt, ya no son representativos de la nueva literatura alemana, seg¨²n algunos.
Menos a¨²n el "atontado" Peter Handke, tal como dice, con su habitual acritud, en unas recientes declaraciones, Reich-Ranicki, el gran buda de la cr¨ªtica literaria alemana, ahora con renovado protagonismo por haber sacado puntualmente para la feria sus memorias, todo un paseo por la literatura alemana de la segunda mitad de este siglo.
Nuevos portentos
Por eso saltan ahora, al estilo de los nietos de Willy Brandt, versi¨®n narrativa, con una nueva generaci¨®n que algunos saludan con entusiasmo y otros consideran que ser¨¢ a¨²n m¨¢s ef¨ªmera que algunas camadas de escritores j¨®venes o eternamente j¨®venes surgidos en la literatura de otros pa¨ªses. As¨ª, el cr¨ªtico Volker Hage se lanzaba esta semana a calificar en Der Spiegel como los nuevos portentos de la novela alemana a un grupo en el que se encuentran Karen Duve, Judith Hermann, Thomas Brussig, Ingo Schulze, Sylvia Szymanski y Michael Kleeberg, entre otros.Seg¨²n Hage y otros entusiastas, por fin vuelve a haber en la novela alemana escritores con ganas de contar historias, sin el complejo del agotamiento del mensaje que ha mantenido maniatadas o dedicadas al circunloquio bald¨ªo a generaciones enteras de literatos alemanes.
Los m¨¢s esc¨¦pticos creen un poco precipitado querer otorgar relevancia a lo que consideran una serie de novelas m¨¢s o menos logradas, algunas bastante poco, pero, en todo caso, no merecedoras de un lanzamiento de marketing que, con motivo de la Feria del Libro de Francfort, quiera ahora medrar de una bonanza literaria alemana que se debe, hoy en d¨ªa casi en su totalidad, a un hombre tan poco aplaudido por sus propios compatriotas en el pasado reciente como es G¨¹nter Grass.
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