Rivaldo, la garant¨ªa final

La garant¨ªa, el seguro de vida. Si la m¨¢quina holandesa se atasca, el Camp Nou siempre aguarda a Rivaldo. Si Kluivert no tiene el d¨ªa, siempre se espera al brasile?o. Si los bostezos surgen en la grada, el genio de Rivaldo aparece para despertar. Un zapatazo, un regate, un desborde. El brasile?o es el norte del Bar?a en ataque. Cuatro goles en la Liga y dos m¨¢s en Europa. Todo eso sin acusar las lesiones -jug¨® en Valladolid con el tobillo infiltrado-, todo eso con menos vacaciones que nadie -disput¨® la Copa Am¨¦rica- y todo eso con miles de kil¨®metros a cuestas para no perderse ni un solo un partido con Brasil.Serio, prudente, Rivaldo ha exhibido una profesionalidad irreprochable incluso ahora, cuando la directiva le niega el pan y la sal. El jugador confes¨® el lunes su tristeza al incumplir el club la promesa que le hizo en 1997: firm¨® a la baja a cambio de cobrar ahora 500 millones. A¨²n espera. Pero Rivaldo sabe de sobras que los socios no quieren otro Caso Ronaldo y que son su mejor aliado Y ¨¦l se ha encargado de sellar cada reivindicaci¨®n con un gol. Lo hizo en Santander -se hab¨ªa visto con N¨²?ez- y lo hizo el d¨ªa del Espanyol -hab¨ªa pedido seriedad al club-. No hab¨ªa vuelto a hablar m¨¢s. En su primer Bar?a-Madrid, regal¨® dos goles y en el ¨²ltimo dej¨® clavado a Iv¨¢n Campo (el 3-0 del a?o pasado). El pulso es tan suyo que Van Gaal, olvidando la tendencia de Rivaldo a la anarqu¨ªa, se ha erigido ¨²ltimamente en su mejor defensor.