El fiscal ve ahora "remota" la posibilidad de acusar a Larra?aga de dos de los cuatro cr¨ªmenes de Vitoria
El fiscal jefe de Vitoria, Alfonso Aya, considera ahora "remotas" las posibilidades de que las pruebas cient¨ªficas pendientes permitan implicar a Koldo Larra?aga, autor confeso de los asesinatos de Bego?a Rubio y Agust¨ªn Ruiz, en los otros dos cr¨ªmenes ocurridos en Vitoria en el a?o anterior a su detenci¨®n. Tanto Aya como el consejero de Interior, Javier Balza, mostraron en su d¨ªa su convencimiento de que Larra?aga estaba relacionado con los asesinatos de la profesora Esther Areitio y el cordelero Acacio Pereira, pero las probabilidades de implicarle en ambas muertes parecen diluirse.
Koldo Larra?aga Aramendi, el hombre que en el momento de su detenci¨®n enMadrid, el pasado 29 de mayo, parec¨ªa haberse convertido en el primer asesino en serie de la historia vasca reciente, puede quedarse en homicida doble. Todo apunta en ese sentido. Despu¨¦s de su autoinculpaci¨®n en los cr¨ªmenes de la abogada Bego?a Rubio, ocurrido el 24 de mayo, y del empresario de m¨¢quinas tragaperras Agust¨ªn Ruiz, que se produjo el 13 de agosto del a?o pasado, las investigaciones encaminadas a relacionarle con los asesinatos de Esther Areitio, y Acacio Pereira se agotan y parecen haber entrado en v¨ªa muerta.El fiscal jefe de Vitoria, Alfonso Aya, considera ahora "remota" la posibilidad de que los an¨¢lisis del Instituto de Toxicolog¨ªa realizados sobre los restos de Areitio y Pereira que quedan pendientes ofrezcan resultados positivos. Hace unos meses, tanto este representante del Ministerio P¨²blico como el propio consejero de Interior, Javier Balza, apreciaban indicios que pod¨ªan vincular a Larra?aga con estos actos criminales. Ambos pronunciamientos se a?adieron a la existencia de un informe interno de la Ertzaintza, previo a la detenci¨®n de Larra?aga, que determinaba que los homicidios ocurridos en Vitoria "pueden guardar relaci¨®n entre ellos". El tipo de arma utilizada, la localizaci¨®n de las lesiones, el modus operandi, as¨ª como la especial violencia ejercida, los lugares de los hechos, y la gran superioridad del autor sobre todas las v¨ªctimas dieron pie a los redactores del documento a apuntar que el autor "puede ser el mismo en todos ellos", seg¨²n reflejaba el an¨¢lisis policial.
En este periodo de tiempo, dos amigos del detenido fueron arrestados en relaci¨®n con la muerte de Areitio, cuyo cad¨¢ver fue hallado descuartizado el 8 de mayo de 1998, pero tuvieron que ser puestos en libertad por falta de pruebas. Adem¨¢s, el pasado d¨ªa 4 qued¨® levantado el secreto sumarial en este procedimiento, signo inequ¨ªvoco del enfriamiento de la investigaci¨®n. La compra por parte de Larra?aga, en fechas anteriores pr¨®ximas al crimen de la profesora, de un cuchillo de monte similar al encontrado junto al cuerpo de Esther Areitio puede ser ahora uno de los pocos datos al que agarrarse en la investigaci¨®n.
Mientras, las diligencias por la muerte de Acacio Pereira, el anciano cordelero apu?alado en su domicilio el 9 de junio de 1998, est¨¢n absolutamente paralizadas, seg¨²n apunta el propio abogado de la familia. ?ste considera que, a efectos pr¨¢cticos, se encuentran archivadas.
Durante las ¨²ltimas semanas se han desarrollado diligencias en los dos cr¨ªmenes que s¨ª ha reconocido Larra?aga, los de Bego?a Rubio y Agust¨ªn Ruiz. Las acusaciones de ambos casos pretenden atar las pruebas de cargo, de modo que no quede margen a la duda ni a una hipot¨¦tica marcha atr¨¢s del acusado en su autoinculpaci¨®n.
Huellas y un palillo
El Instituto de Toxicolog¨ªa ha encontrado restos de saliva de Larra?aga en un palillo que fue hallado sobre el cuerpo de la abogada degollada. En Madrid, donde fue detenido, se encontraron unos zapatos manchados de sangre cuyas huellas pueden coincidir con las que hab¨ªa en el despacho de la letrada. Los an¨¢lisis han revelado que en el cad¨¢ver de Rubio hab¨ªa pelos que no pertenec¨ªan a la joven y que ahora deben ser cotejados con muestras capilares de Larra?aga.
Por contra, los quince testigos que han pasado en tres semanas por el juzgado apenas han aportado nada nuevo. S¨®lo uno de ellos se?al¨® que el acusado mantuvo un encuentro en un bar con un conocido minutos antes del asesinato de la abogada. Tambi¨¦n se ha constatado que Maribel Rond¨®n, la mujer con quien conviv¨ªa Larra?aga en Madrid se encuentra en paradero desconocido.
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