Tapar el cielo con la mano

Una vez m¨¢s se ha intentado tapar el cielo con la mano, minimizando el problema incluso cuando se presume de preocuparse por ¨¦l. En efecto:1. Se ha conmemorado el llegar a los seis mil millones de personas en el mundo al nacer un ni?o en Sarajevo, cuando m¨¢s de ocho de cada diez nacimientos suceden hoy en el Tercer Mundo.

2. Se insiste en que disminuye el ritmo de crecimiento de la poblaci¨®n mundial; s¨®lo de paso se reconoce que, en n¨²meros absolutos -que son los reales, los que cuentan-, y por efecto del crecimiento anterior, siguen naciendo hoy casi m¨¢s ni?os que nunca. Y se pasa de puntillas sobre el hecho, m¨¢s grave a¨²n si cabe, de que estas personas llegan a un mundo ya hacinado y erosionado, que, por a?adidura, tiene un consumo exponencialmente creciente de productos no renovables, lo que agrava mucho m¨¢s r¨¢pidamente el problema de lo que lo alivia la disminuci¨®n del ritmo de crecimiento.

3. Por ¨²ltimo, se ignoran o incluso niegan las causas de este fen¨®meno, que dar¨ªan muchas pautas para resolverlo: la responsabilidad del mundo desarrollado en el agotamiento de los recursos naturales del resto del mundo, y en el transmitirle las t¨¦cnicas de reducci¨®n de la mortalidad, pero apenas las de reducir la natalidad, por tab¨²es seudomorales y seudorreligiosos que incluso hoy impiden resolver este grav¨ªsimo problema mundial.- . .