Las disputas de EE UU y la UE marcan la cumbre del cambio clim¨¢tico

Representantes de 178 pa¨ªses m¨¢s la UE se re¨²nen desde hoy hasta el pr¨®ximo d¨ªa 5 en Bonn para intentar avanzar en la negociaci¨®n de las medidas concretas sobre el calentamiento de la Tierra. Es la V Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico, y los delegados afrontan fuertes desavenencias, sobre todo entre EEUU y la UE, a superar en un marco temporal relativamente holgado, puesto que en la cumbre anterior, en noviembre de 1998 en Buenos Aires, se aprob¨® el plazo l¨ªmite del a?o 2000 para zanjar los puntos m¨¢s espinosos.El proceso de negociaciones sobre el cambio clim¨¢tico que sufre la Tierra por las actividades industriales alcanz¨® su c¨¦nit en 1997, cuando la III Conferencia de las Partes aprob¨® el protocolo de Kioto, un documento vinculante que establece una reducci¨®n del 5,2% en 2008-2012 de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta por parte de los pa¨ªses desarrollados respecto a sus emisiones de 1990.

Controversia

"Las decisiones y los progresos que esperamos que se puedan hacer probablemente no ser¨¢n impresionantes, desde el punto de vista de titulares", ha declarado Frank Loy, Subsecretario de Estado para Asuntos Globales de EEUU. Uno de los principales desacuerdos de EEUU y la UE en Buenos Aires, y en el que poco se ha avanzado, es la limitaci¨®n o no del uso que cada pa¨ªs puede hacer de las medidas del Protocolo. Una de ellas es el comercio de emisiones, por el que un pa¨ªs puede comprar a otro derechos de emisi¨®n de gases de efecto invernadero. "EEUU est¨¢ muy a favor de ese comercio, con las m¨ªnimas restricciones", ha explicado Satu Nurmi, que encabeza la delegaci¨®n de la UE en Bonn. "La posici¨®n europea es que el uso de esos llamados mecanismos de flexibilidad deben estas restringidos, de modo que s¨®lo el 50% de la reducci¨®n que debe hacer cada pa¨ªs pueda cubrirse con ellos". Con estas posiciones encontradas, cabe esperar en Bonn un largo y poco fruct¨ªfero tira y afloja. Al fin y al cabo la fecha l¨ªmite para llegar a un acuerdo que mantenga vivo el Protocolo de Kioto es dentro de un a?o. Y el Protocolo est¨¢ lejos a¨²n de ser ratificado por suficientes pa¨ªses para entrar en vigor.

Otra espinosa cuesti¨®n pendiente es el compromiso de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, exentos de asumir porcentajes de reducci¨®n de emisiones. Mientras que EEUU insiste en que dichos pa¨ªses, sobre todo China, India y Brasil, deben comprometerse, el G-77 que agrupa a las naciones en v¨ªas de desarrollo, rechaza esa pretensi¨®n. Aunque el mundo desarrollado genera la inmensa mayor¨ªa de las emisiones que provocan el reforzamiento del efecto invernadero natural y, por tanto, calientan el planeta, de cara al futuro la perspectiva de crecimiento de las contaminaci¨®n por parte de algunos pa¨ªses en desarrollo no es despreciable. Pero, se?ala la organizaci¨®n ecologista WWF/Adena, si se calculan las emisiones per c¨¢pita, un ciudadano estadounidense emite 25 veces veces m¨¢s di¨®xido de carbono -el principal gas de efecto invernadero por volumen de emisi¨®nl- que uno de Filipinas, por ejemplo.

En todo caso, cumplir el Protocolo significa alcanzar los l¨ªmites de cada uno en el plazo de referencia (2008-2010) por lo que, al menos en teor¨ªa, es posible que un pa¨ªs aumente su contribuci¨®n a la contaminaci¨®n de los gases de efecto invernadero mientras adopta medidas que repercutan despu¨¦s en la reducci¨®n obligada. Esta ser¨ªa la postura de Espa?a, pero todav¨ªa no existe aqu¨ª un Plan Nacional del Clima que deber¨ªa establecer esas medidas de pol¨ªtica energ¨¦tica, de transporte y de agricultura.