Xavier Valls vuelve a una galer¨ªa barcelonesa tras 40 a?os de ausencia

Su ¨²ltima referencia en una galer¨ªa privada en Barcelona fue la exposici¨®n celebrada en la Sala Vayreda, en 1959. Su obra pict¨®rica estuvo, sin embargo, presente en la retrospectiva que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno en el a?o 1985. Ahora, Xavier Valls (Barcelona, 1923) presenta en la sala de arte barcelonesa Artur Ramon un conjunto de obras, principalmente paisajes y bodegones, que trascienden la propia representaci¨®n y exploran en el territorio de la luz.

Valls reconoce que su exilio no fue pol¨ªtico. Su marcha hacia Par¨ªs vino motivada por el deseo de encontrar un caldo art¨ªstico apropiado. La referencia francesa era ineludible a finales de los a?os cuarenta y con una beca obtenida a trav¨¦s del Instituto Franc¨¦s de Barcelona, "que inclu¨ªa ¨²nicamente el viaje de ida y vuelta", seg¨²n explica el veterano artista que en la pasada primavera estuvo presente en la sala Juan Gris de Madrid, se lanz¨® a la aventura parisina. Lleg¨® con 1.000 pesetas en el bolsillo. Por la ma?ana pintaba y por las tardes trabajaba en un taller de vidrio.Tras residir en diversas habitaciones, Valls encontr¨® un lugar c¨¦ntrico que le sirvi¨® de vivienda y estudio frente al Sena. El mismo lugar donde actualmente vive. De su llegada a Par¨ªs recuerda el sabor art¨ªstico de la ciudad. "Hacia 1953, todo empez¨® a cambiar, pero antes pod¨ªas encontrarte a Sartre en un caf¨¦ de Saint Germain o a Giacometti en Montparnasse", explica Valls.La obra del artista se caracteriza por peque?as, laboriosas y constantes pinceladas. "No soy puntillista, como algunos me han definido. Lo m¨ªo es crear trasparencias que se van sobreponiendo", explica. Aunque pinte retratos, pero sobre todo bodegones y paisajes, Valls no se considera un pintor realista. "Yo lo que pretendo hacer es trascender las im¨¢genes para realizar una obra po¨¦tica, no un trabajo realista. Cuando pinto un paisaje lo que intento conseguir es atrapar la luz que toca a los diferentes elementos que aparecen", indica Valls. "Busco lo que es esencial. Una pieza de fruta es como un s¨ªmbolo. Un paisaje es un poema a la naturaleza", explica el artista, cuyo proceso de trabajo requiere una parsimonia que le limita la producci¨®n. "Suelo hacer unos 12 cuadros al a?o", dice Xavier Valls, cuya obra podr¨¢ contemplarse en la sala Artur Ramon hasta el 27 de noviembre.