El solitario
Mika Hakkinen es la cara opuesta de Eddie Irvine. Met¨®dico, reflexivo, contrario a cualquier improvisaci¨®n. Todo el mundo le tacha de piloto fr¨ªo y calculador, que muestra poco sus sentimientos en la pista y fuera de ella, pero la verdad es que cuando ha tenido la presi¨®n del t¨ªtulo, sus nervios han estallado. Es un piloto fiable, pero esta temporada sus propios errores, los de su equipo y su excesivo conservadurismo le han complicado la batalla por el t¨ªtulo.Hakkinen comenz¨® a correr a los seis a?os en karts y ten¨ªa unas caracter¨ªsticas similares a las actuales. Pero todo eso se acentu¨® a¨²n m¨¢s a partir del accidente que sufri¨® en el GP de Australia de F-1 en 1994, cuando estuvo en coma durante tres d¨ªas y se temi¨® por su vida.
Hakkinen se sali¨® de la pista en Adelaida y su coche choc¨® frontalmente contra las protecciones y el muro de seguridad. Aquel accidente marc¨® su vida puesto que acentu¨® su timidez y le convirti¨® en un ser absolutamente solitario.
Ah¨ª tuvo una importancia crucial el aporte moral de su actual esposa, Erja Honkanen, con la que se cas¨® el a?o pasado tras el GP de M¨®naco. Hakkinen se hab¨ªa encerrado a¨²n m¨¢s en s¨ª mismo. Ni siquiera pod¨ªa soportar la mirada a los ojos de otra persona. Se plante¨® incluso dejar de correr. Y fue gracias a ella que Hakkinen recuper¨® su autoestima y la confianza necesaria para regresar a las carreras y volver a ser el brillante piloto que siempre prometi¨®.
Debut¨® en la F-1 en 1991 con el equipo Lotus Judd, pero no dud¨® ni un momento en fichar por McLaren cuando le ofrecieron un contrato en 1993. Pas¨® el a?o pr¨¢cticamente en blanco, puesto que Ayrton Senna, que hab¨ªa anunciado su marcha, se qued¨® y comparti¨® equipo con el norteamericano Michael Andretti. Cuando ¨¦ste abandon¨® la F-1, faltaban tres carreras para el final de la temporada. En una de ellas, en Jap¨®n, Hakkinen logr¨® su primer gran resultado: subir al podio como tercer clasificado.
Sin embargo, sus posibilidades de ser campe¨®n mundial se dispararon con la entrada de Mercedes en el equipo McLaren, en 1995. Tras el accidente de 1994, Hakkinen permiti¨® que Erja ocupase un lugar preponderante en su vida. Era una agente de viajes que trabajaba en Niza y la conoci¨® en Montecarlo. Ahora lo decide todo en la familia, da tranquilidad al finland¨¦s, le resuelve todos los peque?os problemas, y fue quien hizo posible que fuera campe¨®n mundial de F-1 en 1998.
La timidez y el autocontrol son dos caracter¨ªsticas de Hakkinen. Sin embargo, este a?o fue incapaz de controlar sus emociones en el GP de Italia, cuando, pudiendo dejar sentenciado el t¨ªtulo, cometi¨® un error, sali¨® de la pista y tuvo que abandonar. Tir¨® los guantes y el casco, y se puso a llorar en un rinc¨®n del circuito. Cuando se le pregunta algo, Hakkinen se toma su tiempo para responder. "Si Irvine pensara m¨¢s sus respuestas, no dir¨ªa tantas tonter¨ªas", dijo en Jap¨®n.
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