Arranca la batalla por el comercio mundial
Desde el 30 de noviembre, 134 pa¨ªses se sentar¨¢n en Seattle a negociar el futuro de sus econom¨ªas
La llamada Ronda del Milenio, la pr¨®xima cumbre de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), se perfila como la segunda, o incluso la primera, negociaci¨®n comercial internacional m¨¢s importante, m¨¢s ardua y m¨¢s larga jam¨¢s vista. Probablemente, ser¨¢ tambi¨¦n una de las negociaciones m¨¢s duraderas, de cualquier tipo, en la historia. Su antecedente m¨¢s pr¨®ximo, la Ronda Uruguay, comenz¨® en 1986 y concluy¨® siete a?os y medio despu¨¦s.Los acuerdos finales, firmados en Marraquech, constituyeron la mayor reforma del comercio internacional desde la creaci¨®n del GATT tras la Segunda Guerra Mundial y hoy rigen las pautas de todo tipo de intercambio, desde la pasta de dientes hasta los coches, los filmes, los bancos y las telecomunicaciones. Nada se escap¨® a una negociaci¨®n en la que participaron 125 pa¨ªses ni nadie que manufacture algo en este mundo es ajeno a los efectos de aquellos acuerdos. Y desde el pr¨®ximo 30 de noviembre al 3 de diciembre, tras el puntapi¨¦ inicial que se dar¨¢ en la ciudad estadounidense de Seattle, absolutamente nada, incluyendo a la agricultura y los servicios, quedar¨¢ fuera de la mara?a de reglamentaciones de la OMC.
La pelea agr¨ªcola
Los nuevos acuerdos, que afectar¨¢n al agricultor de la meseta castellana, al de la pampa argentina o al de las planicies de Oreg¨®n, ser¨¢n los m¨¢s dif¨ªciles de negociar y los que ya han provocado fuertes enfrentamientos entre los pa¨ªses antes de que comience la reuni¨®n de Seattle. Los grandes productores de alimentos, encabezados por los pa¨ªses latinoamericanos, exigen que los pa¨ªses desarrollados, y en especial la UE y Jap¨®n, desmantelen gradualmente todo su sistema de subvenciones a la agricultura a cambio de que ellos accedan a reducir sus aranceles a la importaci¨®n de productos industriales. "Las subvenciones", declar¨® en un comunicado reciente el Ministerio de Asuntos Exteriores brasile?o, "es el aspecto m¨¢s injusto y perverso del comercio internacional, pues s¨®lo los pa¨ªses ricos pueden concederlos y, por lo tanto, alimentan una competencia desleal que debe ser eliminada".
El comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, ya ha manifestado que la UE est¨¢ dispuesta a tratar el sector de la agricultura, pero tambi¨¦n ha defendido una agenda amplia de negociaci¨®n, que incluir¨¢, adem¨¢s, al sector servicios, y la regulaci¨®n de las inversiones y la competencia. Adem¨¢s, la UE ha puesto sobre la mesa un argumento dif¨ªcil de digerir para los exportadores agr¨ªcolas. Sostiene que la agricultura debe ser negociada teniendo en cuenta su criterio de "multifuncionalidad", es decir, que no se trata s¨®lo de un modo de ganarse la vida de muchos europeos, sino que tiene una funci¨®n social, cultural y medioambiental que debe ser tenida en cuenta.
?lvaro Ramos, experto del Instituto Interamericano de Cooperaci¨®n para la Agricultura, y Ricardo Mel¨¦ndez-Ortiz, del Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sostenido, coincidieron en valorar los argumentos de la UE como una jugarreta para convertir a la agricultura en una actividad especial y as¨ª marginarla del tratamiento que tienen otros sectores productivos en las negociaciones. Los latinoamericanos conf¨ªan en que el director general de la OMC, el neozeland¨¦s Mike Moore, de tradici¨®n socialista, escuche sus reclamos, como ha prometido hacerlo, informa Luis V¨¢zquez desde Ginebra.
Adem¨¢s de las subvenciones, los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo solicitan a los desarrollados que dejen de proteger sus sectores agr¨ªcolas con cuotas y altos aranceles de importaci¨®n. En este punto, el mejor ejemplo es la llamada guerra del pl¨¢tano entre la UE y los productores latinoamericanos, encabezados por EEUU, debido a que sus grandes compa?¨ªas plataneras operan en Centroam¨¦rica.
Justamente, el sistema de resoluci¨®n de conflictos en el marco de la OMC fue cuestionado por EEUU a ra¨ªz del mencionado conflicto. Tras varios dict¨¢menes adversos para la UE, los estadounidenses siguen acusando a los europeos de que sus acatamientos han sido nimios y que sus tretas han dilatado la soluci¨®n del problema. As¨ª, que pasando de la OMC, EEUU decidi¨® unilateralmente sancionar a varios productos comunitarios subiendo sus aranceles de importaci¨®n.
La visita que el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, hizo el mi¨¦rcoles pasado al presidente Clinton fue para tratar de limar estas diferencias. Antes de iniciar su visita, Prodi hab¨ªa manifestado "que no era posible que EEUU y la UE tuvieran disputas regularmente (...). Que si por el pl¨¢tano, los transg¨¦nicos, las subvenciones agr¨ªcolas". Prodi sali¨® distendido de la reuni¨®n. Dijo que hab¨ªa sido productiva, aunque tambi¨¦n admiti¨® que la conversaci¨®n "se hab¨ªa centrado en la econom¨ªa" y "que las diferencias segu¨ªan ah¨ª".
En todos los enfrentamientos previos a Seattle, EEUU se ha movido en varias direcciones. Por una parte, como gran productor y exportador de productos agr¨ªcolas, se al¨ªnea con aquellos que solicitan el fin de las subvenciones. Por otro, como el pa¨ªs m¨¢s industrializado, tambi¨¦n insta a una mayor apertura de todos los mercados. Y a¨²n m¨¢s desde que su d¨¦ficit comercial ha marcado niveles r¨¦cord este a?o.
La clave es Oriente
El dolor de cabeza de la industria estadounidense en lo que respecta al equilibrio entre sus exportaciones e importaciones se llama China. El pa¨ªs asi¨¢tico es el que provoca el mayor d¨¦ficit a EEUU y es, adem¨¢s, un hueso duro de roer. China quiere entrar en la OMC, participar en las negociaciones de Seattle, pero bajo sus t¨¦rminos. Insiste en ser aceptado en la organizaci¨®n como pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo, lo que le dar¨ªa m¨¢s tiempo, seg¨²n los acuerdos de la Ronda Uruguay, para eliminar sus barreras comerciales. EE UU no acepta esta postura. Para muchos expertos, si China, el pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo m¨¢s grande del mundo, no est¨¢ en Seattle, la reuni¨®n fracasar¨¢ desde el inicio. La mayor¨ªa de los analistas consultados opinan que la entrada de China a la OMC a¨²n est¨¢ lejos.
Las negociaciones entre Jap¨®n y EEUU tambi¨¦n est¨¢n dif¨ªciles. Hay varios contenciosos, especialmente en el tema de las exportaciones japonesas de acero al mercado estadounidense, donde el pa¨ªs norteamericano acusa a Jap¨®n de subvencionar su industria para que puedan vender por debajo del precio de fabricaci¨®n. La erradicaci¨®n de esta pr¨¢ctica, denominada dumping, tambi¨¦n ser¨¢ un plato fuerte del men¨² de las negociaciones de Seattle. Es conocida la dureza con la que la secretaria de Comercio de EEUU, Charlene Barshefsky, ha criticado el "proteccionismo" japon¨¦s. Barshefsky espera impaciente a que Jap¨®n se decida finalmente a abrir m¨¢s sus mercados para la entrada de productos industriales estadounidenses.
Con todos estos obst¨¢culos, que se arrastran ya desde mucho antes de que comenzara la Ronda Uruguay, muy pocos expertos suponen que los 134 pa¨ªses que comenzar¨¢n a discutir su futuro econ¨®mico en Seattle puedan acabar en el 2003, como est¨¢ previsto.
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