Gibraltar busca un acuerdo con Londres para consolidarse como para¨ªso fiscal

Al Gobierno espa?ol le resultan indiferentes los cambios que puedan introducir en sus relaciones el Reino Unido y su colonia de Gibraltar "siempre y cuando no afecten al Tratado de Utrecht", de 1713, que deja claro que "si el Reino Unido cede su soberan¨ªa deber¨¢ hacerlo a Espa?a". El director de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID), Joaqu¨ªn P¨¦rez Villanueva, respond¨ªa as¨ª a la ideas adelantadas por el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, de negociar con el Reino Unido un cambio en su actual Constituci¨®n para dejar de ser colonia brit¨¢nica y convertirse en un territorio con un estatuto similar al de las islas del Canal de la Mancha y asegurar as¨ª la condici¨®n de para¨ªso fiscal del Pe?¨®n.

"Si desean m¨¢s autonom¨ªa, el Gobierno local de Gibraltar deber¨ªa estudiar con m¨¢s detenimiento la propuesta formulada por el ministro Abel Matutes en diciembre de 1997", se?al¨® P¨¦rez Villanueva. Caruana, en una reciente visita privada a Madrid, expres¨® su deseo de modificar la Constituci¨®n otorgada por los brit¨¢nicos a su colonia, para convertirla en un territorio dependiente del Reino Unido, "descolonizado" a efectos de las Naciones Unidas. Caruana, que se presentar¨¢ a la reelecci¨®n en los pr¨®ximos meses, explic¨® ese proyecto de cambio constitucional a un grupo de corresponsales extranjeros y abog¨®, en conversaci¨®n con EL PA?S, por restablecer el di¨¢logo con Madrid bajo la f¨®rmula "tres voces, dos banderas" que ya fue ensayada, y abandonada hace a?os al no avanzarse en el ¨²nico tema que interesa a Espa?a: la cuesti¨®n de la soberan¨ªa.El portavoz de Asuntos Exteriores se?al¨® que el Gobierno espa?ol no tiene ning¨²n inconveniente en que los gibraltare?os "formen parte de la delegaci¨®n brit¨¢nica. Al rev¨¦s, ser¨ªa muy positivo". Para P¨¦rez Villanueva lo que no pueden pretender los gibraltare?os es constituirse en una "tercera parte, al margen de los brit¨¢nicos".

El problema de Gibraltar puede adem¨¢s poner a prueba la capacidad real de la UE para acabar con los para¨ªsos fiscales y el lavado de dinero, a lo que se comprometi¨® solemnemente en la ¨²ltima cumbre de Tampere (Finlandia). La intenci¨®n del Gobierno de Gibraltar con su "cambio constitucional" es disfrutar de la misma situaci¨®n jur¨ªdica que las islas brit¨¢nicas del Canal de la Mancha donde florece un pr¨®spero mercado financiero. ?sa ser¨ªa la f¨®rmula para consolidar, cara al futuro, la que es hoy la principal fuente de ingresos de Gibraltar. La colonia disfruta de una situaci¨®n excepcional en la UE ya que en su territorio no se aplica el IVA, no forma parte de la Uni¨®n Aduanera y goza de un sistema financiero opaco donde tambi¨¦n buscan refugio capitales procedentes de Espa?a.

El Pe?¨®n sigue siendo la piedra en el zapato de las relaciones entre Madrid y Londres, y es un tema que el primer ministro Tony Blair y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, prefieren dejar en manos de sus ministros de Asuntos Exteriores a fin de no empa?ar la imagen de sinton¨ªa pol¨ªtica que a ambos les interesa promover. Las negociaciones de Abel Matutes y su hom¨®logo brit¨¢nico, Robin Cook, se encuentran estancadas. La propuesta Matutes -de recuperaci¨®n de la soberan¨ªa de Gibraltar tras un largo plazo de co-soberan¨ªa con los brit¨¢nicos y amplia autonom¨ªa para Gibraltar- sigue formalmente "sobre la mesa", en piadosa expresi¨®n brit¨¢nica. De hecho, la comisi¨®n bilateral, que de acuerdo con el llamado "proceso de Bruselas" debe negociar el futuro de Gibraltar, no se ha reunido este a?o y no hay previsiones de lo que lo haga.

Apresamiento del "Pira?a"

El apresamiento del pesquero Pira?a, el pasado enero, la crisis del acuerdo de pesca y el consiguiente conflicto hispano-brit¨¢nico supusieron para Abel Matutes "una dejaci¨®n de responsabilidades" por parte del Reino Unido -similar a lo sucedido en 1987 al no aplicar el acuerdo sobre el aeropuerto- y demuestran en su opini¨®n la gran capacidad que tienen las autoridades locales de Gibraltar para "alterar las relaciones hispano-brit¨¢nicas". Caruana, en su conversaci¨®n con EL PA?S, neg¨® tener responsabilidades en el apresamiento del pesquero andaluz realizado por la polic¨ªa gibraltare?a, que depende directamente del gobernador que designa Londres.En su opini¨®n, su posici¨®n pol¨ªtica result¨® perjudicada por la "crisis del acuerdo de pesca" que se tradujo en un reforzamiento de los controles en la verja y un endurecimiento del di¨¢logo diplom¨¢tico. Caruana se?al¨® que, pese a todo, el di¨¢logo pol¨ªtico directo con Madrid se mantuvo y se estudi¨® una entrevista directa con el ministro Matutes. Una reuni¨®n preparatoria con un alto cargo de Exteriores estaba prevista para el pasado mes de junio en Londres, pero fue suspendida en el ¨²ltimo momento.

Las cr¨ªticas formuladas la pasada semana a la pol¨ªtica del Gobierno respecto a Gibraltar por el presidente de la Diputaci¨®n de C¨¢diz, el socialista Rafael Rom¨¢n, que firm¨® en Gibraltar una declaraci¨®n con Caruana en contra de los controles en la verja, adem¨¢s de suscribir un convenio de colaboraci¨®n en temas educativos, ha irritado en el Palacio de Santa Cruz. Esa propuesta socialista de "buena vecindad" es similar a la pol¨ªtica de "cooperaci¨®n dejando al margen, por los dos lados, el tema de la soberan¨ªa" que defiende el portavoz socialista en la Comisi¨®n de Exteriores, Rafael Estrella.

Caruana niega vehementemente que en el Pe?¨®n no se apliquen "todas" las directivas comunitarias y sostiene que es un centro financiero que se rige por la legislaci¨®n brit¨¢nica. Su pretensi¨®n de volver a la mesa de di¨¢logo con Madrid parece descansar en el convencimiento de que la situaci¨®n actual de bloqueo diplom¨¢tico, con controles en la verja y una presi¨®n constante de la diplomacia espa?ola en Bruselas para impedir que la colonia adquiera nuevas competencias, puede perjudicarle en las pr¨®ximas elecciones. Pasa por ser el candidato m¨¢s favorable a un di¨¢logo con Espa?a frente a su rival el laborista Joe Bossano. Caruana admite, sin embargo, que negociar sobre el tema de la soberan¨ªa, como pretende Espa?a, es hoy pol¨ªticamente imposible dado el clima de hostilidad que existe en el Pe?¨®n por actitudes que considera "hostiles" para su poblaci¨®n.