El Valencia arrasa al PSV

El Valencia cerr¨® con lustre su primer contacto con la Liga de Campeones despu¨¦s de 28 a?os. Fue el mejor del grupo desde el primer d¨ªa hasta al ¨²ltimo. Ayer, por ejemplo, pas¨® por encima del PSV en una segunda parte cargada de ambici¨®n y de fuerza, muy propia de este equipo que cuando act¨²a en Europa presenta un aspecto extraordinario: el hecho de sumar ya 16 partidos invicto en competiciones continentales as¨ª lo evidencia.Puesto que al PSV, que se jugaba la entrada en la UEFA, ven¨ªa en actitud contemplativa, y dado que el Valencia ya lo ten¨ªa todo hecho, naci¨® un partido manso y sin revoluciones. La predisposici¨®n del conjunto de Gerets, tan varado atr¨¢s, fue de absoluto desprecio por la tradici¨®n futbol¨ªstica holandesa, siempre de parte del espect¨¢culo. Pero ya lo advirti¨® Gerets: su equipo s¨®lo buscar¨ªa la contra. Y ni siquiera eso. El Valencia jug¨® sin la pasi¨®n de sus anteriores citas europeas y el p¨²blico se aburr¨ªa considerablemente.

La ¨²nica novedad t¨¢ctica de C¨²per fue la de ubicar a Mendieta de media punta, con Gerard en el medio centro. Y si bien puede afirmarse que Mendieta gan¨® con el cambio (habitualmente act¨²a en el interior derecho) no se puede decir lo mismo de Gerard, mejor cuanto m¨¢s cerca del ¨¢rea contraria, o sea, de media punta. A falta de f¨²tbol, el peque?o centrocampista rumano Stinga protagoniz¨® un gesto repleto de deportividad. Ca¨ªdo Carboni en el centro del campo tras una falta que se trag¨® el ¨¢rbitro, el PSV atacaba con la superioridad que le daba la ausencia del defensa italiano, pero entonces, soprendentemente, Stinga lanz¨® lanz¨® el bal¨®n fuera, cerca del c¨®rner.

Lanzado por el aliento de la pe?a Gol Gran (gente joven e ilustrada de Mestalla), el Valencia sali¨® m¨¢s ambicioso tras el descanso. Como para agradecer el calor de esta pe?a. Y ah¨ª el Piojo y S¨¢nchez desperdiciaron una ocasi¨®n tras otra, mientras Mendieta crec¨ªa en su juego y reivindicaba un puesto en la selecci¨®n ideal de esta primera fase. El Valencia, en suma, se estaba trabajando el triunfo mientras el PSV segu¨ªa sin inmutar el plan trazado por su entrenador: bucear en la mediocridad. Al final lleg¨® e incluso Palop, con un par de buenas paradas, sabore¨® su raci¨®n de gloria.