La vida secreta de las palabras
Dicen en Buenos Aires que Les Luthiers son "una sana costumbre argentina". En Espa?a ya son una regocijante costumbre trianual. Estar¨¢n un mes en el Palacio de Congresos, pero ya no hay entradas. Se han vendido 48.000 localidades, con precios de 6.000 a 3.500 pesetas. Luego seguir¨¢n por Andaluc¨ªa, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Canarias. En el 2002 volver¨¢n a Espa?a con su pr¨®ximo espect¨¢culo, ya estrenado en Buenos Aires, Todo por que r¨ªas.Ahora presenta Bromato de Armonio, otro analg¨¦sico de la casa cuajado de p¨ªldoras excitantes. Les Luthiers est¨¢n cada vez m¨¢s fascinados con las palabras. Ponen sus voces, su m¨ªmica y sus extra?os instrumentos al servicio de la palabra para crear algo que se puede llamar prosa estereof¨®nica. Hay un narrador delirante, Marcos Mundstok, que engarza diversas historias glosando la vida y milagros del borgesiano compositor Johann Sebastian Mastropiero. Incluso el propio Mastropiero se hace carne por primera vez en un escenario y compone el sublime desatino Para Elisabeth, sonata cimarrona que sirve, entre otras cosas, para recordar que Les Luthiers son magn¨ªficos instrumentistas, tanto si interpretan salsa como si atacan una sinfon¨ªa. En Bromato de Armonio hay cantatas medievales, serenatas, ¨®pera, gregoriano, zarzuela, jazz y ritmos caribe?os. Y mucho delirio, basado principalmente en la vida secreta de las palabras, la org¨ªa de los fonemas, las met¨¢foras asilvestradas. Aunque apetezca, no conviene enfangarse en la carcajada porque se puede perder una joya. La gente permanece con perenne sonrisa durante todo el espect¨¢culo, pero a veces no se pueden contener y explotan.
Bromato de Armonio
Les Luthiers: Carlos L. Puccio, Jorge Maronna, Carlos N¨²?ez Cort¨¦s, Marcos Mundstock Daniel Rabinovich. Palacio de Exposiciones y Congresos. Madrid, 6 de noviembre.
Siguen utilizando sus sorprendentes instrumetos, pero de forma espor¨¢dica. En La princesa caprichosa, por ejemplo, se dejan ver y o¨ªr el glis¨®fono neum¨¢tico, la marimba de cocos, la bocineta, varios omnis (objetos musicales no identificados) y otros artilugios sonoros que parecen de mentira, pero son de verdad y cumplen el cometido para el que fueron creados. Les Luthiers, m¨¢s que decir, sugieren, incitan a orde?ar cada palabra, cada gesto. El p¨²blico siempre queda en libertad para derivar por donde Dios le d¨¦ a entender.
En definitiva, este Bromato es magn¨ªfico para la salud; es broma, chanza, alboroto, diversi¨®n, como esa desternillante historia, La Comisi¨®n, en la que un presidente de apellido Garcete pretende cambiar la letra del himno de la naci¨®n en provecho propio. El juego dial¨¦ctico entre el compositor contratado y los miembros de la comisi¨®n es antol¨®gico, una s¨¢tira despiadada de la corrupci¨®n y la zafiedad de algunos padres de diversas patrias.
Los seguidores de Les Luthiers piden insistentemente nuevas grabaciones discogr¨¢ficas. Por el momento, tienen los v¨ªdeos de sus espect¨¢culos. Ya est¨¢n a la venta los dos primeros, Grandes Hitos y Les Luthiers unen canto con humor.
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