Hijos de la Gran Breta?a
JAVIER MINA
Nos estamos equivocando lamentablemente al volver los ojos a Quebec -un sitio donde no hay m¨¢s que le?a- o a Irlanda, esa tierra de comedores de patatas cuando no de cosas peores como ni?os (lo que habr¨ªa ocurrido de haber prosperado la modesta proposici¨®n con que el autor de Los viajes de Gulliver pretend¨ªa aliviar las cargas de los irlandeses m¨¢s pobres -si es que cabe grado entre sin¨®nimos- por la v¨ªa de quitarles las bocas de m¨¢s d¨¢ndoselas al siempre autorregulador mercado, o sea al mejor postor). Otra cosa es Inglaterra. Inglaterra tiene magia, ?o es que los australianos son tontos para desear en refer¨¦ndum seguir siendo s¨²bditos de su majestad la reina de Inglaterra? No, en Australia hay canguros -los tontos se supone que estar¨¢n repartidos como en todas partes- y tambi¨¦n ornitorrincos. Pues bien, hasta los marsupiales han dicho s¨ª a su Graciosa Majestad porque, en medio de muros que caen y mandangas autodeterminantes, nada como un buen lazo.
Y es que son irresistibles, me refiero a los ingleses. Ahora mismo est¨¢n ofreciendo la sala del Museo Brit¨¢nico dedicada a los frisos del Parten¨®n para celebrar galas y banquetes. Lo genial no estriba en que con ello est¨¦n ostentando el expolio que cometieron y que tanta gracia les debe de estar haciendo a los griegos, ni tampoco en que presuman de su inveterada y proverbial tolerancia, pues la cesi¨®n del museo para fiestorras se hace contra la opini¨®n de otros ingleses; no, la grandeza inglesa resplandece en las caracter¨ªsticas que la direcci¨®n impone a los clientes de tan original merendero, ya que s¨®lo podr¨¢ tratarse o de recaudadores ben¨¦ficos serios o de millonarios responsables. Y eso que parece una solemne tonter¨ªa se revela como una genialidad ya que, de entrada, estar¨ªa dejando fuera a toda Espa?a, empezando por Telef¨®nica y acabando por los partidos, con esa r¨¦mora que arrastran de financiarse oscuramente y que late detr¨¢s de cada corruptela descubierta por lo que aqu¨ª llamamos campa?a electoral y en Inglaterra llamar¨ªan Waterloo.
Hablando de guerra, seguro que no hay otro pa¨ªs en el mundo -excepto los africanos, ?pero se puede llamar mundo a lo suyo?- donde el ej¨¦rcito reclute soldados entre los vagabundos y los presidiarios. Con ello no s¨®lo han rebasado las mayores cotas imaginables de osad¨ªa sino que nos retrotraen a la gloriosa ¨¦poca de guerras como la de los 30 a?os, cuando Europa era recorrida por hordas de desharrapados y criminales convictos bajo los pendones de unos ej¨¦rcitos que hac¨ªan sus levas en el arroyo y las mazmorras. En una palabra, tradici¨®n: el ej¨¦rcito ingl¨¦s estar¨ªa volviendo a los buenos viejos tiempos para nutrirse de aut¨¦ntica carne de ca?¨®n, como corresponde.
Desde luego, a jatorras no les gana nadie, pero ?qu¨¦ podr¨ªan aportar a Euskadi los hijos de la Gran Breta?a? Civilizaci¨®n. Claro que a lo mejor la palabra suena un poco ex¨®tica. Estoy hablando de esos clubes para un sexo que tanto gustaron sobre todo en Bilbo o del t¨¦, que bien podr¨ªa sustituir a un poteo que, aunque suene parecido, estropea m¨¢s el h¨ªgado. Tambi¨¦n de una literatura con otro aliento; no s¨¦ a qu¨¦ estamos esperando para sacar un Shakespeare. ?Nos resultar¨ªa muy traum¨¢tico cambiar la caza de la paloma, que s¨®lo consigue hacer presa en las almorranas debido a las muchas horas que se pasa uno sentado en esos andamios que visten nuestros montes de tercermundismo, por la del zorro? Ganar¨ªamos en ganado caballar y dar¨ªamos m¨¢s vida a los sastres, con la particularidad de que los perros estar¨ªan en el monte y no embadurnando las aceras. Otros¨ª, podr¨ªamos ir al campo con una falda escocesa -es decir, brit¨¢nica- antes que con los pantalones malremetidos en los calcetines de lana. Y si comi¨¦ramos tan mal como ellos nos sobrar¨ªa dinero para comprar Trevi?o o incorporar la Guardia Real a la Ertzaintza, porque para no ver lo que pasa farda mucho m¨¢s el gorrazo de piel de oso que la txapela. Incluso podr¨ªamos traernos a los lores, ahora que los jubilan, para darle salsa a ese Parlamento vasco que s¨®lo trata lo importante en otros foros. Gora save the Queen!
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