Los expertos creen que si Espa?a vigilara a los psic¨®patas se evitar¨ªan muchas muertes
Un seminario re¨²ne en Valencia a especialistas internacionales en psicolog¨ªa criminal
La psicopat¨ªa no es un invento de Hollywood. Aunque no hay datos seguros, se considera que el 5% de los presos espa?oles son psic¨®patas. Nadie sabr¨ªa decir cu¨¢ntas mentes con instintos criminales hay fuera. Un pu?ado de especialistas en psicolog¨ªa criminal se re¨²ne hoy y ma?ana en Valencia para desentra?ar este fen¨®meno que, seg¨²n los expertos espa?oles, no parece preocupar a ni a la justicia ni a las instituciones penitenciarias. Al psic¨®pata s¨®lo se le analiza cuando ya ha cometido su crimen. Si se atendiera tambi¨¦n a los que muestran instintos agresivos, dicen, se ahorrar¨ªan muchas vidas.
"?Alguien ha hecho algo con Rodr¨ªguez Vega? ?Alguien va a hacer algo con Patricio, que presenta una psicopat¨ªa muy clara? ?Es que alguien hace algo en este pa¨ªs?". Las preguntas son de Vicente Garrido, profesor titular de la Universidad de Valencia especialista en Psicolog¨ªa criminal. Sus cuestiones se refieren a Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Vega, que viol¨® y mat¨® a diecis¨¦is ancianas y pronto quedar¨¢ en libertad. A Luis Patricio Andr¨¦s, que sali¨® de la c¨¢rcel por decisi¨®n de un juez, a pesar de su peligroso historial y sus constantes y denunciadas amenazas, y aprovech¨® el permiso para matar a su amedrentada ex novia, Mar Herrero.Porque los jueces, dicen los expertos, aplican de la misma forma la ley al psic¨®pata criminal que al resto, sin tener en cuenta que aqu¨¦l suele ser simp¨¢tico, mentiroso y taimado. Son rasgos que le sirven, por ejemplo, para aprovecharse de los beneficios penitenciarios y quedar en libertad antes que los dem¨¢s. Otros jueces, incluso, consideran que el psic¨®pata es un enfermo mental y le aplican atenuantes. En definitiva, que "si los jueces se lo tomaran en serio se ahorrar¨ªan muchas vidas; como la de Mar Herrero", sentencia Blanca V¨¢zquez, psic¨®loga forense que interviene tambi¨¦n en el seminario valenciano organizado por el Centro Reina Sof¨ªa para el Estudio de la Violencia bajo el t¨ªtulo de Psic¨®patas y asesinos en serie.
El asesino del rol
Blanca V¨¢zquez es una de esas especialistas a las que las instituciones recurren para valorar posibles psicopat¨ªas de asesinos. Ella examin¨® a Javier Rosado, el chico que mat¨® por imperativo de un juego de rol y adem¨¢s lo relat¨® con frialdad en su diario.Muchos de sus seguimientos no son tan famosos. Un d¨ªa le encomendaron valorar la situaci¨®n psicol¨®gica de una ni?a violada por su padre. Mientras lo hac¨ªa, su progenitor mat¨® a su compa?era. "Luego supimos que a ese personaje incluso le hab¨ªa pillado la polic¨ªa intentando quemar la casa de su compa?era".
?Qu¨¦ se puede hacer? Esta cuesti¨®n, al margen de la exposici¨®n de experiencias y cr¨ªmenes m¨¢s o menos morbosos, ser¨¢ probablemente el meollo del simposio valenciano. Rosado, como los anteriormente citados, responde plenamente a la definici¨®n del psic¨®pata. Jos¨¦ Sanmart¨ªn, director del Centro Reina Sof¨ªa, la resume: "El psic¨®pata, para empezar, no es un enfermo mental. Es plenamente consciente de lo que hace. Lo que pasa es que no siente lo que hace. Su toma de decisiones es fr¨ªa, sin sentimientos ni remordimientos. Sufre un fuerte trastorno de la personalidad y el comportamiento. En sus relaciones interpersonales es un gran manipulador, a veces con grandes dosis de encanto. El psic¨®pata que delinque es muy peligroso porque est¨¢ comprobado que el 80% reincide. Y su comportamiento cuando mata no es humano. En realidad mata como un depredador que elimina a una presa de una especie distinta".
La literatura y el cine han sido prol¨ªficos en la descripci¨®n de personalidades psicop¨¢ticas. Uno de los especialistas que acude a Valencia es, de hecho, un miembro del FBI que ha colaborado en el gui¨®n de pel¨ªculas aterradoras. Porque el perfil del "psic¨®pata organizado", como lo define Sanmart¨ªn, a?ade a todo lo antes descrito el gusto por el ritual; no deja huellas y guarda trofeos de sus v¨ªctimas. El prototipo es Jack el destripador. Nuestro Jack espa?ol es Rodr¨ªguez Vega, pero el llamado violador de la moto es alba?il de profesi¨®n -no m¨¦dico como el brit¨¢nico- y quiz¨¢ los guionistas no se sientan tan atra¨ªdos por sus crueles instintos.
El llamado Matamendigos, Francisco Garc¨ªa Escalero, confes¨® lo que resulta obvio para un psic¨®logo criminal porque forma parte de la psicopat¨ªa: que en ocasiones una fuerza irrefrenable le obligaba a matar.
No hay medios
Garc¨ªa Escalero ped¨ªa constantemente que le encerrasen para evitar seguir matando. Y el problema es que, aparte del encierro, los especialistas reconocen no disponer de muchos medios para tratar a estos personajes. "El problema es que no se puede hacer gran cosa. Ning¨²n pa¨ªs tiene resuelto satisfactoriamente el asunto. En EEUU muchos terminan en la silla el¨¦ctrica", asegura Leopoldo Ortega-Monasterio, profesor universitario especialista en psicopatolog¨ªa criminal. "Las t¨¦cnicas de rehabilitaci¨®n ofrecen escasos resultados positivos". Tampoco dan mucho resultado los tratamientos farmacol¨®gicos.El agravante es que el psic¨®pata no suele acudir al psiquiatra porque no se considera un enfermo. La mayor¨ªa de los expertos coincide: se sabe el diagn¨®stico, pero no el tratamiento. Los especialistas piden instalaciones apropiadas, unidades de seguimiento en las c¨¢rceles -en Espa?a s¨®lo hay una- y la voluntad pol¨ªtica para impulsar y financiar todo lo anterior. Tras el 25% de los agresores a mujeres, dicen, se esconde una mente psicop¨¢tica. Ortega-Monasterio aventura una soluci¨®n inmediata: "Deber¨ªa legislarse de una manera expl¨ªcita para que determinados casos de malos tratos y amenazas fueran tratados como sujetos con personalidades peligrosas y patol¨®gicas, y que se pudieran aplicar medidas de internamiento durante los periodos m¨¢s cr¨ªticos de peligrosidad".
"Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa", dice Sanmart¨ªn, "consigamos que un psic¨®pata aprenda a sentir y se ponga en el lugar de sus v¨ªctimas".
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