Piojo L¨®pez o la maldici¨®n del Bar?a
El delantero marca su und¨¦cimo gol en los ¨²ltimos 12 partidos ante el equipo azulgrana
Claudio Piojo L¨®pez suele elegir bien los d¨ªas para exhibir su descomunal potencia. Todo el mundo futbol¨ªstico est¨¢ mirando. Bien sea el rival el Real Madrid, el Glasgow Rangers, el PSV o el Bar?a, sobre todo el Bar?a. El resto de los partidos, pongamos por caso el Valladolid, le interesan bastante menos. El pedigr¨ª del rival azulgrana, a la vez que su tradicional fragilidad defensiva han hecho en los dos ¨²ltimos a?os las delicias del Piojo L¨®pez, que le ha marcado al club catal¨¢n 11 goles en 12 partidos. Y eso que ayer el Piojo no era el de otros d¨ªas, no superaba casi nunca a Frank de Boer ni a Sergi, pero le sobr¨® con una ocasi¨®n: descubri¨® un boquete en el centro de la defensa azulgrana, lanz¨® una carrera hacia Hesp y remat¨® con su habitual pierna de apoyo, la derecha, que sirvi¨® esta vez para seguir siendo considerado la bestia negra del Bar?a. A partir de estos momentos, la imagen achaparrada del Piojo, su n¨²mero siete, ya debe estar volando por las televisiones de todo el mundo. Y su cotizaci¨®n vuelve a dispararse. El Lazio asegura que en junio pagar¨¢ su cl¨¢usula de rescisi¨®n: cerca de 5.000 millones de pesetas, y el Valencia dice que ya veremos, que todav¨ªa no han visto el dinero por ning¨²n sitio. Ni nada que se le parezca. Y que si aparece, bienvenido sea, puesto que el Valencia pag¨® 600 millones de pesetas por el Piojo (R¨ªo Tercero, 1974) al Racing de Avellaneda en 1996. Se embolsar¨ªa pues el club de Mestalla 4.600 millones de beneficios. El extremo argentino vivi¨® una temporada inmejorable el a?o pasado a las ¨®rdenes de Claudio Ranieri. El contragolpe del entrenador italiano le permit¨ªa explotar la fibra veloz de su compacto cuerpo. Con C¨²per, sin embargo, no anda tan fino. S¨®lo ha marcado tres goles en la Liga y dos en la Liga de Campeones. Hay diversas teor¨ªas para tratar de explicarlo. Una apunta al car¨¢cter apasionado del Piojo, tan alejado de esa austeridad andante que lleva por nombre H¨¦ctor C¨²per; otra teor¨ªa se?ala que, con el dibujo del preparador argentino, L¨®pez halla menos espacios; y una tercera tesis, la m¨¢s maliciosa, sugiere que, puesto que ya se habr¨ªa comprometido con el Lazio, s¨®lo aparece en los partidos de m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica.Sea como sea, sus exhibiciones en el Valencia, sin embargo, no terminan de ganarle la idolatr¨ªa de sus compatriotas, que no terminan de creerse que este contundente y goleador Piojo sea el mismo jugador atropellado que abandon¨® el Racing de Avellaneda. En gran parte porque el Piojo ha pasado hasta el momento con bastante discreci¨®n por la selecci¨®n argentina.
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