El melodrama ocupa la Filmoteca con un ciclo sobre Douglas Sirk
Mientras acaba el ciclo dedicado al director norteamericano John M. Stahl, el pasado martes comenz¨® otro sobre el realizador alem¨¢n Hans Detlef Sierk, m¨¢s conocido por el seud¨®nimo Douglas Sirk, que emple¨® durante su etapa norteamericana, que dur¨® hasta la d¨¦cada de los cincuenta, cuando regres¨® a Alemania. El ciclo se prolongar¨¢ hasta finales de a?o. En las dos salas del cine Dor¨¦ podr¨¢ verse la pr¨¢ctica totalidad de la obra de uno de los grandes del melodrama
Hijo de padres daneses, Hans Detlef Sierk (Hamburgo, 1900; Lugano, 1987) pasa la infancia en Sk?gen, Dinamarca, y estudia Derecho en M¨²nich y Filosof¨ªa en Jena. Entre 1920 y 1935 es dramaturgo en el Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo, director art¨ªstico del Schauspielhaus de Bremen, y director en el Altes Theater de Leipzig, y se hace famoso con sus montajes de autores cl¨¢sicos y modernos.La cada vez mayor injerencia de los nazis en su trabajo, su inter¨¦s por el cine y la casualidad, hacen que a mediados de los a?os treinta Hans Detlef Sierk sea contratado por la productora U. F. A. Tras un breve periodo de aprendizaje, realiza siete largometrajes entre los que destacan tres melodramas que contraponen el Nuevo y el Viejo Mundo: La novena sinfon¨ªa (1936), La golondrina cautiva (1937) y La habanera (1937). La cada vez mayor dureza de las actuaciones del partido nacionalsocialista, le hace permanecer menos tiempo en Alemania con la excusa de localizar exteriores.
Oferta de Hollywood
Cuando Detlef Sierk rueda en Holanda Boefje (1939), recibe una oferta de Hollywood y no duda en aceptar. Sus comienzos en Estados Unidos son duros, debe cambiar su nombre por Douglas Sirk y en los cuarenta s¨®lo rueda siete producciones de bajo presupuesto. Sin embargo, son proyectos personales Hitler"s Madman (1943), sobre el atentado de la Resistencia en que muere el jefe del gobierno nazi de ocupaci¨®n en Praga; Extra?a confesi¨®n (1944), adaptaci¨®n de un cuento de Chejov; Esc¨¢ndalo en Par¨ªs (1945), ir¨®nica biograf¨ªa de Vidocq; y El asesino poeta (1946), nueva versi¨®n de Trampas (1939), de Robert Siodmak.
Finalizada la II Guerra Mundial, Sirk regresa a su pa¨ªs, pero la situaci¨®n de Alemania le impulsa a instalarse en EEUU y en 1950 firmar un contrato con Universal, para la que dirige sus restantes 21 largometrajes. Primero realiza obras menores como la narraci¨®n b¨¦lica El submarino fantasma (1950), la historia de monjas Tempestad en la cumbre (1951), la comedia familiar Has Anybody Seen My Gal? (1952), la melodram¨¢tica Su gran deseo (1953) y el western en relieve Raza de violencia (1954).
Tras las producciones hist¨®ricas Atila, rey de los hunos (1954) y Orgullo de raza (1955), Douglas Sirk obtiene grandes ¨¦xitos con los melodramas, producidos por Ross Hunter, a los que consigue dotar de una fuerza muy especial, Obsesi¨®n (1954), S¨®lo el cielo lo sabe (1955), Siempre hay un ma?ana (1956), Himno de batalla (1957), Interludio de amor (1957) e Imitaci¨®n a la vida (1959), algunos realizados con anterioridad por John M. Stahl.
No obstante, los mejores melodramas de Sirk son las producciones de Albert Zugsmith Escrito sobre el viento (1956) y ?ngeles sin alas (1957), buena versi¨®n de la novela Pylon, de Faulkner, y Tiempo de amar, tiempo de morir (1958), adaptaci¨®n de una novela antib¨¦lica de Remarque. Finalizado su contrato con Universal, es redescubierto por la nueva cr¨ªtica francesa, a finales de los a?os cincuenta regresa a la Rep¨²blica Federal Alemana, vuelve a convertirse en Hans Detlef Sierk, se instala en M¨²nich, dirige algunas obras de teatro, da clases en la escuela de cine y realiza tres cortometrajes en colaboraci¨®n con sus alumnos.
Filmoteca Espa?ola. Santa Isabel, 3. Metro Ant¨®n Mart¨ªn. Consultar Cartelera. Entrada: 225 pesetas. Abono diez sesiones: 1.700 pesetas.
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