De la patera al lupanar
Un centro de la Cruz Roja en Fuerteventura aloja por separado a inmigrantes prostitutas
Al centro de acogida de mujeres inmigrantes de la Cruz Roja en Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura, hasta sus propios responsables le llaman el "puticlub". Entre la poblaci¨®n saharaui y magreb¨ª de la isla se tiene constancia de que, desde hace m¨¢s de un a?o, ciertos hombres acuden all¨ª para contratar servicios de prostitutas que llegan en pateras. El propio presidente de la Cruz Roja en la isla, Juan Manuel de Le¨®n, asegura que de las 64 mujeres que se han hospedado este a?o en los locales de la asociaci¨®n ben¨¦fica, la mayor¨ªa son prostitutas. ?C¨®mo lo sabe? "Por el dinero que manejan, por las relaciones que han mantenido y por la vida que han llevado". De Le¨®n asegura que se vio obligado a destinar un local s¨®lo para las prostitutas, y otro para las dem¨¢s mujeres.El responsable directo de ambos, el que admit¨ªa y repart¨ªa a unas y a otras, era hasta hace varias semanas el sargento del Regimiento de Infanter¨ªa Ligera Soria IX, ex legionario y voluntario de la Cruz Roja ?ngel M. M., de 52 a?os. El sargento ha decidido desde hace varias semanas apartarse un poco de la gesti¨®n de las casas de acogida a ra¨ªz de que aparecieran en la plaza anexa a la Cruz Roja unos panfletos en los que se le acusaba de abusar de las mujeres y prostituirlas. ?ngel M. M. achaca la distribuci¨®n de esos panfletos a un saharaui, acogido por la Cruz Roja hace un a?o y antiguo colaborador del presidente Juan Manuel de Le¨®n. "Ese saharaui s¨ª que chuleaba a dos o tres chicas que se encontraban aqu¨ª", sostiene el militar. De Le¨®n ratifica las palabras del sargento: "Al saharaui lo expulsamos porque nos dimos cuenta de que comerciaba con las mujeres. Adem¨¢s, ten¨ªa problemas con la bebida y trapicheaba con hach¨ªs".
Al citado saharaui tambi¨¦n se le achaca la difusi¨®n de un rumor, seg¨²n el cual el sargento invitaba por las noches a las inmigrantes a un bar reservado para militares. Sin embargo, De Le¨®n pone la mano en el fuego por el ex legionario. "Si han mantenido relaciones con alguna de esas mujeres, ni lo s¨¦ ni me interesa. Ellas son adultas. De lo que s¨ª estoy seguro es de que ¨¦l no se ha llevado un duro de nadie, y cr¨¦ame porque conozco bien este terreno". Desde su despacho, cuando deja la ventana abierta, el presidente de la Cruz Roja puede saludar a los clientes de las inmigrantes. Con algunos mantiene un trato cordial, con otros asegura haber mantenido m¨¢s de un rifirrafe. "Es que hay un comerciante saharaui en Corralejos, a unos 30 kil¨®metros de aqu¨ª que, en cuanto se entera de que han llegado mujeres en pateras, ya aparece con taxi y se lleva a tres o cuatro a pasar la noche. Y ?para qu¨¦ necesita tres o cuatro si no es para prostituirlas?". El comerciante de Corralejo A. M. declar¨® a este peri¨®dico: "Yo estoy casado, llevo mucho tiempo viviendo en Espa?a y no tengo ninguna relaci¨®n con esa gentuza".
Otro de los que m¨¢s acuden a la casa de acogida, seg¨²n el presidente de la Cruz Roja, es el ganadero C. M., quien suele llevarse mujeres para "tener tranquilitos" a los "inmigrantes que trabajan en su granja". "Ese ganadero", declar¨® De Le¨®n, "vino aqu¨ª una vez para buscar mano de obra entre los marroqu¨ªes. Y me dijo: "Dime cu¨¢l es el que come menos porque ¨¦se ser¨¢ el que m¨¢s me interese". En la granja del ganadero hab¨ªa esta semana j¨®venes marroqu¨ªes trabajando. Sin embargo, C. M. desminti¨® que acudiese a buscar mujeres para ellos. "Los contrato porque vienen desmayados. Pero jam¨¢s se me ocurrir¨ªa meterles a una mujer de ¨¦sas aqu¨ª".
A ra¨ªz de las consultas de este peri¨®dico, la Guardia Civil de Puerto del Rosario decidi¨® emprender una investigaci¨®n el pasado jueves. "Se me han presentado dos agentes en el despacho a preguntarme sobre el tema", se?ala De Le¨®n, "y yo les he dicho que encantado de ayudarles. Caiga quien caiga. Yo estoy muy tranquilo".
De Le¨®n, 42 a?os, profesor de Historia en excedencia, asegura que vive de la peque?a fortuna que hered¨® de su padre. "Aqu¨ª en la Cruz Roja no cobro m¨¢s que los gastos. Si acaso, hasta pierdo dinero. Pero, mi padre me dej¨® bares y comercios en alquiler. Con ellos gano unas 500.000 pesetas al mes y trabajo en algo que me llena".
Las autoridades policiales del pueblo aseguran que desde que lleg¨® De Le¨®n a la Cruz Roja hace dos a?os, la mejora de esta instituci¨®n en la acogida de inmigrantes ha sido ejemplar.
En la actualidad, la Cruz Roja de Puerto del Rosario acoge a 32 inmigrantes en un local, a tres mujeres saharauis en el "puticlub" y a otras cinco en el otro recinto. Las del "puticlub" se muestran muy agradecidas con el presidente de la Cruz Roja y con el sargento. Aseguran que nadie ha abusado de ellas y que jam¨¢s se han prostituido, porque si lo hicieran no estar¨ªan en esa casa, sino en un piso.
?Y ad¨®nde van las mujeres inmigrantes despu¨¦s de pasar por la Cruz Roja? En teor¨ªa, deber¨ªan ser devueltas a su pa¨ªs, como el 90% de los 1.232 hombres detenidos este a?o tras llegar en pateras a Fuerteventura. Sin embargo, s¨®lo han sido devueltas tres mujeres.
Benjam¨ªn P¨¦rez, comisario del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Puerto del Rosario, afirma que se trata de un problema de espacio porque s¨®lo tienen dos salas en el aeropuerto y por eso las trasladan a la Cruz Roja. "Mientras se tramita el expediente de expulsi¨®n, muchas veces cuando queremos ir a por ellas ya han desaparecido".
En cambio, fuentes de la Guardia Civil no dan mucho cr¨¦dito a la explicaci¨®n del comisario: "La ley es igual para todos. No se puede favorecer ni perjudicar a nadie por falta de espacio", se?alaron.
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