Un menor hiere a tiros a cinco personas en una escuela holandesa

Cuando a¨²n no se ha cerrado la herida del ¨²ltimo tiroteo protagonizado el pasado lunes por un menor en EE UU, Holanda se suma a la tragedia. Un joven de 17 a?os, vecino de Veghel, al sureste, cerca de Eindhoven, abri¨® ayer fuego en un centro de formaci¨®n profesional, hiriendo a cuatro estudiantes y a una profesora. Todos ellos, aunque en estado grave, se encuentran fuera de peligro.

El joven fue al centro De Leijgraaf, donde estudia, sobre las dos de la tarde, y ante la sorpresa de todos comenz¨® a disparar en el recibidor de la entrada. Sin mediar palabra ni titubear, se dirigi¨® al aula de ordenadores y fue all¨ª donde apret¨® el gatillo. Hasta diez veces lo hizo. Luego, en medio de la histeria colectiva, sali¨® tranquilamente y se dirigi¨® a la comisar¨ªa m¨¢s cercana, pistola en la mano, se entreg¨® y cont¨® lo que hab¨ªa ocurrido.Las versiones sobre los m¨®viles eran ayer todav¨ªa confusas pero, seg¨²n el portavoz de la polic¨ªa, al joven, de origen turco y nacionalidad holandesa, no le gustaba el chico con quien sal¨ªa su hermana y decidi¨® poner fin a la relaci¨®n. Otras versiones barajan la posibilidad de que sea un asunto de celos mal llevados. El ministerio fiscal ha avanzado que va a ser acusado por intento de asesinato.

El chico no era considerado en la escuela como conflictivo, ni ten¨ªa actitudes agresivas. La polic¨ªa no sabe a¨²n c¨®mo pudo hacerse con el arma.

Aunque, seg¨²n una reciente investigaci¨®n, en Holanda un 25% de los estudiantes tiene alg¨²n tipo de arma blanca (cuchillos, navaja o punzones) y un 10% la lleva al centro donde estudia, es la primera vez que ocurre en el pa¨ªs un atentado cometido por un menor con arma de fuego. El ¨²ltimo episodio parecido fue en 1995 en el colegio Prima College de Utrecht, donde un chico de 19 a?os mat¨® a pu?aladas a un compa?ero de 17 e hiri¨® al profesor que trat¨® de impedirlo. El muchacho fue condenado a 7 a?os de c¨¢rcel.

Roel Martinoh, director del centro de Veghel, no pod¨ªa ayer dar cr¨¦dito a lo que hab¨ªa ocurrido. "Al principio pensamos que se trataba de fuegos artificiales", dec¨ªa todav¨ªa desconcertado. El centro hab¨ªa pensado hace meses en la posibilidad de poner detectores de metal en las puertas, pero finalmente hab¨ªa desistido de la medida "por no convertir la escuela en una c¨¢rcel", segun Martinoh. La direcci¨®n ha dispuesto un servicio de ayuda psicol¨®gica a profesores y estudiantes.