El Madrid racanea un punto
Los madridistas siguen su tr¨¢nsito pat¨¦tico por la Liga y empatan ante un Racing que mereci¨® m¨¢s
Es hora de hacer cuentas y al Madrid no le salen. Su pat¨¦tico tr¨¢nsito por la Liga le exige algo m¨¢s que apretar los dientes para defender un gol en Santander durante todo un periodo. Sin grandeza ninguna, el equipo tuvo una pinta barrial. Propia de esos clubes modestos que ara?an un gol, se tapan hasta la nuca y pasan una tarde de angustia rezando al destino. Pero el Madrid no tiene ese h¨¢bito. Tiene otro envase, pero vive d¨ªas de confusi¨®n, de una congoja infinita que le hace tiritar ante cualquier rival. Lo hizo ante el Racing, un equipo tambi¨¦n abonado al div¨¢n, que ha ganado un partido de Liga en su campo y cuya enfermer¨ªa estaba ayer tan atascada como cualquier rinc¨®n de Barajas. Pese a todo, el Madrid traz¨® un partido menor. Primero acept¨® el cuerpo a cuerpo del Racing y sali¨® victorioso con el gol de Ra¨²l, no en el juego; luego, durante todo un largo tiempo, se meti¨® en el cuarto oscuro, cerca de Casillas. Y como el equipo no est¨¢ esculpido para defender no pudo achicar la crecida c¨¢ntabra.Fue un partido repleto de desequilibrios. Repiti¨® Del Bosque con Helguera por el pasillo del ocho. Y el chico -un jugador muy interesante- no es interior. Ni extremo. Atornillado en la banda y sin recursos veloces, el c¨¢ntabro viv¨® una tarde angustiosa ante su paisano Amavisca. Y, encima, Karembeu le hizo la cama, cerrando tarde y mal su espacio. Al otro lado de la bah¨ªa, Savio. Un extremo puro. Ya saben: aceleraci¨®n, una culebra en la cintura y rosca. Lo de toda la vida, hasta que lleg¨® el exterminio. A la cojera t¨¢ctica del Madrid, el Racing, azotado por las bajas (Arzeno, Munitis, Txema, Billabona, Tais), opuso un dise?o un punto ca¨®tico, con s¨®lo tres defensas puros, todos desubicados y dos de ellos zurdos (Neru y Sietes). Se puede construir con una sola pierna; pero se despeja con todo y los zurdos no manejan la pata de palo. El joven Neru fue la evidencia. Pas¨® la tarde metido en problemas para martillear lo que ca¨ªa desde su costado derecho. Por donde Savio pinchaba una y otra vez al sueco Mellberg, un tipo pesadote que tard¨® en adivinar si su presa era el extremo brasile?o o Morientes. O quiz¨¢ Ra¨²l.
RACING 1
REAL MADRID 1Racing: Ceballos; Mellberg, Neru, Sietes; Manjar¨ªn, Espina, Ismael, Amavisca; Vivar Dorado; Bestchasnykh (Rushfeldt, m. 57) y Salva. Real Madrid: Casillas; Karembeu, Hierro, Karanka, Roberto Carlos; Helguera, Redondo, Savio (Anelka, m. 60); Guti; Ra¨²l y Morientes (Sanchis, m. 79). Goles: 0-1. M. 24. C¨®rner contra el Racing. Remata Hierro de cabeza, un defensa local despeja el bal¨®n sobre la raya y Ra¨²l, m¨¢s listo que nadie, empuja la pelota a la red. 1-1. M. 82. Vivar Dorado tira la pared con Rushfeldt en el balc¨®n del ¨¢rea madridista. La devoluci¨®n del noruego le cae a Salva, que estrella el bal¨®n contra Casillas. La pelota queda muerta y Vivar Dorado, en posici¨®n ilegal, la arrima a la red. ?rbitro: Andradas Asurmendi. Mostr¨® tarjeta amarilla a Redondo, Amavisca y Guti. Unos 18.000 espectadores en el Nuevo Sardinero. Tarde muy ventosa y lluviosa en Santander.
Con esta guisa el partido tuvo un aire muy ingl¨¦s en el primer tiempo. Cada pelota que desembocaba en las ¨¢reas era amenazante. Quebrado el partido, sometido a un viaje de ida y vuelta, Savio y Amavisca coparon el protagonismo. El Racing peg¨® primero. Dos vuelos del ex madridista dejaron a Bestchasnykh de cara a Casillas, pero el ruso es de esos futbolistas que cuanto m¨¢s se acercan a la porter¨ªa m¨¢s se les empa?a el gol. El ruso concedi¨® el indulto al Madrid y Savio tom¨® el testigo. Con Ra¨²l descolgado en el balc¨®n del ¨¢rea, los madridistas inclinaron el partido de su lado. Un par de amagos le permitieron adivinar que su oponente no sab¨ªa ni a qui¨¦n ni c¨®mo defender. Era cuesti¨®n de tiempo. Que el Madrid liberara su talento frente a un grupo animoso al que el desorden le restaba anticuerpos. El embarullado gol de Ra¨²l desnud¨® al Racing, que con medio equipo para defender un c¨®rner no supo despejar la pelota. La pu?alada dej¨® a los c¨¢ntabros en estado comatoso. El Racing ped¨ªa a gritos un tiempo muerto y el Madrid se ensa?¨® durante cinco minutos, ¨²nico periodo del choque en el que estuvo por encima.
Todo invitaba a un fest¨ªn de los Del Bosque. El choque pod¨ªa tener tintes terap¨¦uticos para el Madrid. Lo adviriti¨® el t¨¦cnico, que al poco de la reanudaci¨®n retir¨® a Savio y envid¨® con Anelka. El Madrid hab¨ªa empezado un tanto descarrilado el segundo tiempo y Del Bosque quer¨ªa todo el bot¨ªn. Con el cambio mand¨® una se?al inequ¨ªvoca, pero sus jugadores no la descodificaron. A cada minuto daban un paso atr¨¢s. Qu¨¦ m¨¢s quer¨ªa el Racing. Ante el repliegue rival y con Vivar Dorado al mando embotell¨® al Madrid, que con Anelka en un inmenso descampado nunca inquiet¨® al Racing. Ni un sustito que le hiciera ganarse un poco de respeto. Lo de Anelka merece una tesis: el chico vive en permanente fuera de juego, ya sea en los partidos, en los entrenamientos o en la Castellana. Simplemente, no est¨¢. Se le espera, pero no aparece.
Y en el f¨²tbol si no amenazas con algo te pierden el respeto. Si Anelka se da a la fuga -hasta perdi¨® un sprint con el gigant¨®n Mellberg- y, adem¨¢s, no tienes el bal¨®n no eres nadie. Y el Madrid no tuvo la pelota. O no la quiso. Se sinti¨® tan necesitado de los tres puntos, que se convirti¨® en un pelele e invit¨® al Racing al empate. Incluso, a repetir ronda. El Madrid no tuvo otra respuesta. No est¨¢ perfilado para la trinchera. Ni moldeado para soportar tiempos de rebajas, con los puestos de descenso en el retrovisor. S¨®lo desde la grandeza, dejando una rendija al talento, se puede sentir superior. Si juega como ayer, con el gatillo encasquillado y la guardia en alto, no le salen las cuentas. Despu¨¦s de racanear un punto en El Sardinero a¨²n sigue en n¨²meros rojos. Ya no es un enfermo imaginario.
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