El Atl¨¦tico naufraga frente a ocho
El Valencia venci¨® en un partido delirante que evidenci¨® el estado cr¨ªtico de los rojiblancos
Con ocho le bast¨® al Atl¨¦tico para derrotar al Valencia, que jug¨® regular frente a once, mal contra nueve y desastrosamente ante ocho jugadores. A medida que los jugadores del Valencia sal¨ªan expulsados, crec¨ªa la desesperaci¨®n en el Atl¨¦tico, como si no tuviera coartada para disimular sus deficiencias. Ranieri se quita responsabilidades y se las atribuye a los jugadores. Gil apoya al t¨¦cnico, pero ya se sabe c¨®mo es Gil cuando apoya a un entrenador. Sus declaraciones son calcadas a las que efectu¨® dos semanas antes de despedir a Sacchi. "El hombre trabaja, yo creo en el proyecto...". Palabras que apenas significan nada, porque la situaci¨®n del Atl¨¦tico es temible. A un punto de los puestos de descenso, el clima se ha vuelto incendiario. Ranieri tendr¨¢ que elegir con cuidado sus palabras. La demagogia le ha desbordado en un momento cr¨ªtico, quiz¨¢ sin retorno. Las relaciones entre el t¨¦cnico y los jugadores se han quebrado por los desde?osos comentarios de Ranieri, que menospreci¨® a sus futbolistas. Vamos, que los tir¨® a la basura. Es dif¨ªcil esperar una respuesta de gratitud por parte de un equipo agraviado, maltratado por un hombre que se evit¨® cualquier responsabilidad en el desastre.Ranieri s¨®lo salv¨® a Hasselbaink, absoluci¨®n que tiene un car¨¢cter demoledor para la plantilla. Todos los jugadores saben de la importancia del delantero holand¨¦s en el equipo, pero est¨¢ muy feo se?alar con el dedo a unos y felicitar al primero de la clase. Tal y como est¨¢n las cosas, los problemas se agolpan en el Atl¨¦tico, que vive al borde de un ataque de nervios, cosa que se apreci¨® cuando hab¨ªa que prescindir de la angustia para imponerse a un equipo que iba perdiendo jugadores a todo trapo. El Valencia jug¨® bien durante un ratito, mal durante bastante tiempo y casi se felicit¨® por tener que defender el resultado con hero¨ªsmo. Es un s¨ªntoma de lo enloquecido que se ha vuelto el f¨²tbol, donde la l¨®gica es un valor perfectamente prescindible.
ATL?TICO 1
VALENCIA 2Atl¨¦tico: Molina; Gamarra, Santi, Chamot; Aguilera, Bejbl (Solari, m.72), Baraja, valer¨®n, Gustavo (Hugo Leal m. 79); Correa (Paunovic m. 66) y Hasselbaink. Valencia: Palop; Angloma, Pellegrino (Bjorklund m.46), Djukic, Carboni; Mendieta, Milla (Albelda m. 66), Gerard, Farin¨®s; S¨¢nchez (Soria, m.75) y Claudio L¨®pez. Goles: 0-1. M. 16. Mendieta marca dentro del ¨¢rea peque?a del Atl¨¦tico tras un largo centro desde la izquierda de Farin¨®s. 1-1. M.26. Hasselbaink, de tiro cruzado desde el borde del ¨¢rea valencianista. 1-2. M. 53. Juan S¨¢nchez marca desde la derecha tras recibir un centro de L¨®pez. Arbitro: Jap¨®n Sevilla. Ense?¨® tarjeta amarilla a Aguilera, Chamot, Santi y Farin¨®s. Gerard (m. 70), Carboni (m.72) y Claudio L¨®pez (m. 87) fueron expulsados por doble amonestaci¨®n. 30.000 espectadores en el Calder¨®n.
El partido fue delirante. Ocurri¨® de todo, y no necesariamente bueno. Hubo tres jugadores del Valencia que pusieron en peligro la victoria de su equipo. Gerard, Carboni y Claudio L¨®pez se hicieron expulsar de forma deliberada. Sab¨ªan que estaban amonestados y procedieron sin ninguna profesionalidad, sin reparar en gastos. C¨²per tiene todo el derecho a quejarse del comportamiento de estos tres jugadores, que obligaron al Valencia a la heroica, cosa que por lo visto se les da muy bien a los equipos del t¨¦cnico argentino. Hace dos a?os, resistieron admirablemente al Bar?a en la final de Copa. Entonces lo hicieron con nueve jugadores. Ayer, con ocho, y sin tanto sufrimiento.
El Valencia super¨® con claridad al Atl¨¦tico hasta el gol de Mendieta, jugador que sirve para el roto y el descosido. Lleg¨® al segundo palo para rematar un centro de Farin¨®s. La jugada se repiti¨® con tanta frecuencia en el arranque del encuentro que el gol parec¨ªa inminente. Lo ¨²nico a discutir era el autor. O Gerard o Mendieta. Los dos se incorporaban con potencia y astucia para buscar los centros desde la izquierda. Por fin, marc¨® Mendieta.
Contest¨® Hasselbaink muy pronto con un derechazo escalofriante. Hasselbaink se ha tomado tan en serio las palabras de Ranieri -"sin ¨¦l, ser¨ªamos los ¨²ltimos de la Liga"- que ha decidido ametrallar a los porteros sin contar con el equipo. Vive para rematar, y remata muy bien. El imponente tiro de Hasselbaink afect¨® al Valencia, que se vino abajo. Hab¨ªa comenzado el partido con toque y criterio, alrededor de Milla, y de repente comenz¨® a buscar con terquedad a Claudio L¨®pez. No lo consigui¨®, con un efecto nefasto: el Valencia perdi¨® el bal¨®n con tanta rapidez que se sinti¨® en cueros.
Durante un rato, el Atl¨¦tico jug¨® medio bien, con Baraja de protagonista. Jugador de rompe y rasga, con alg¨²n parecido en su despliegue a Simeone, Baraja condujo con energ¨ªa a su equipo, que tuvo dos o tres oportunidades desbaratadas por Palop. Una de ellas fue crucial. Correa se qued¨® solo frente al portero y remat¨® con violencia. Palop estir¨® la pierna, desvi¨® la pelota y salv¨® a su equipo de un gol que se presum¨ªa devastador.
En pleno ataque de entusiasmo, el Atl¨¦tico fue menos intempestivo que de costumbre. Se anim¨® al juego corto y r¨¢pido, sin respueta del Valencia, que se perdi¨® en pelotazos a Piojo. Parec¨ªa que el partido se inclinaba hacia el Atl¨¦tico, pero Valer¨®n cometi¨® un grave error. Perdi¨® la pelota en un sector vital, Farin¨®s conect¨® con Piojo y el centro lo remat¨® Juan S¨¢nchez en el segundo palo. Menos elaborado, pero un tanto muy parecido al que marc¨® Mendieta. Luego llegaron las expulsiones y el calvario del Atl¨¦tico, que se angusti¨® a ojos vista. Contaba con 20 minutos frente a un equipo con nueve jugadores. El Valencia se retir¨® hasta su ¨¢rea y comenz¨® a despejar los apresurados centros que llov¨ªan desde las dos bandas. Centros de equipo desesperado, apremiado por el p¨²blico, despreciado por su entrenador, criticado por el presidente. As¨ª no hay manera de hacer algo decente.
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