Un "nuevo salvaje"
JOS? LUIS MERINO
En los a?os 80 se habl¨® de los artistas alemanes, a los que llamaron Nuevos salvajes, del arte neofigurativo, con el a?adido de la Nueva pintura alemana y, por extensi¨®n, de la Nueva pintura austr¨ªaca. Practicaban un arte agresivo, sobre telas de grandes dimensiones, donde se entreveraba una suerte de neoexpresionismo y neofauvismo. Sin duda, ese arte surg¨ªa como un enfrentamiento al minimalismo y al arte conceptual, fr¨ªos dominadores en aquellos a?os del panorama mundial. Los Nuevos salvajes se afincaban en el poder de seducci¨®n de los sentidos, en los sentimientos individuales y en el aprovechamiento de aquello que procediera del inconsciente. Algunos de esos Nuevos salvajes hoy son unos consagrados artistas, tales como Markus L¨¹pertz, Georg Baselitz, J?rg Immendorff o A.R. Penck, entre otros.
La galer¨ªa bilba¨ªna Col¨®n XVI expone algunas de las obras m¨¢s recientes de uno de ellos, A.R. Penck (Dresde, 1939). El arte de A.R. Penck (seud¨®nimo de Ralf Winkler) se ha vuelto m¨¢s depurado y sint¨¦tico, en comparaci¨®n con obras fechadas por ¨¦l en los a?os 70 y 80, donde ofrec¨ªa un arte m¨¢s abigarrado y tumultuoso.
En Bilbao presenta acr¨ªlicos (telas) y gouaches (papel), preferentemente, adem¨¢s de serigraf¨ªas y dibujos. Todos ellos de tama?o intermedio o m¨¢s bien de reducidas dimensiones. Aunque la graf¨ªa que se impone en el plano primero de la mirada del espectador es la misma para los acr¨ªlicos y los gouaches, los fondos son diferentes. En los gouaches, los fondos tienen un tratamiento muy sutil y delicado. Juega con los tonos e irisisaciones. Y luego, los trazos gr¨¢ficos, que est¨¢n impregnados de acr¨ªlico, son los que dan protagonismo preferente a la expresi¨®n del todo. Trazos netos, donde formas determinadas act¨²an en roles de doble funci¨®n. Representan una cosa, al tiempo que sirven como complemento a otras cosas.
En los acr¨ªlicos existen varias muestras del comportamiento de los fondos. En algunas telas, como por ejemplo las dos en blanco y negro, pese a que la graf¨ªa negra puede parecer la dominante, y el blanco quedarse simplemente en mero fondo, no es as¨ª. El blanco posee, as¨ª mismo, una graf¨ªa en nada inferior a la que se tiene como dominante. En otras telas los fondos adquieren un papel neutro, y en otras aparecen algunas sutilidades como las apuntadas para la ejecuci¨®n de los gouaches.
Incidiendo en el tema de la graf¨ªa, los gruesos trazos presentan figuras de hombres, letras primeras y ¨²ltimas del alfabeto, salpicados s¨ªmbolos geom¨¦tricos, puntos simples y escuetos, una cierta evocaci¨®n a geograf¨ªas remotas, exclamaciones varias y muchos, muchos ojos... A.R. Penck ha llegado a simplificar el trazo, con el prop¨®sito de conseguir que con menos pueda alcanzar lo m¨¢ximo. O sea, con poco expresar mucho.
A falta de poder ver obras de los a?os precedentes, esa vuelta atr¨¢s tan necesaria para comprender el arte de todo artista, tal vez ser¨ªa oportuno traer a colaci¨®n su amistad con dos artistas inscritos en su momento con la corriente ya citada, es decir, la de los Nuevos salvajes. A uno de ellos le conoci¨® en la d¨¦cada de los 50 y al otro en la de los 70. Ellos son Baselitz e Immendorff, respectivamente. El propio A.R. Penck ha valorado esa amistad como sumamente significativa. As¨ª es como el cr¨ªtico alem¨¢n Klaus Honnef, profundo conocedor del arte germano de los ¨²ltimos lustros, cuenta que el arte comprometido pol¨ªticamente de Immendorff estuvo cimentado en raz¨®n a la influencia de su amistad con A.R. Penck, que en 1973 viv¨ªa en la RDA (Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana). En cuanto a la alusi¨®n a Baselitz, cabe entender que una de las definiciones que ¨¦l da sobre su obra no se ajena a lo que A.R. Penck dar¨ªa de la suya. Dice Baseltiz: "El cuadro es un objeto aut¨®nomo, controlado y sensible que s¨®lo tiene que ver consigo mismo y, por ello, ha de ser visto como parte del mundo y no como texto o comentario sobre el mundo".
Uno de aquellos artistas alemanes que hicieron furor en los 80 expone entre nosotros.
Schritt geometrisch, acr¨ªlicio de A.R. Penck expuesto en Bilbao.
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