Gubern narra la "historia de amor" entre la Generaci¨®n del 27 y el cine
Hubo un tiempo en que cine significaba vanguardia y modernidad. Una ¨¦poca donde se proyectaban pel¨ªculas mudas y llenas de met¨¢foras visuales. En Espa?a, toda una generaci¨®n (escritores, pintores, m¨²sicos y alg¨²n cineasta) hizo de la pantalla su ense?a est¨¦tica. Lo dec¨ªa Rafael Alberti en un poema: "Yo nac¨ª, respetadme, con el cine". En su ¨²ltimo ensayo, Proyector de luna, el historiador Rom¨¢n Gubern, rescata aquella "aut¨¦ntica historia de amor". Lo hizo el martes en el Centro del 27 de M¨¢laga.
Gubern inaugur¨® un ciclo que bajo el lema La luna tatuada pretende interrelacionar disciplinas est¨¦ticas. "En un pa¨ªs premoderno como era Espa?a, la expresi¨®n de lo moderno eran el cine, el jazz o la radio; el cine significaba el encuentro de la poes¨ªa y la m¨¢quina; no cabe duda que hubo una actitud neodandy en muchos de sus miembros hacia este medio mientras que los de la generaci¨®n del 98 eran cinemat¨®fobos", asegur¨® el autor de El bisonte y La realidad virtual.Tras una presentaci¨®n de Antonio Jim¨¦nez Mill¨¢n y la charla de Gubern se proyectaron tres pel¨ªculas de la generaci¨®n y una de las dos versiones filmadas el a?o pasado (la de Javier Mart¨ªn Dom¨ªnguez) del gui¨®n cinematogr¨¢fico Viaje a la luna, que Lorca escribiera probablemente como respuesta a El perro andaluz de Bu?uel y Dal¨ª, pel¨ªcula que siempre consider¨® como un ataque a su persona. Pero las joyas fueron El orador (1928), un mon¨®logo delirante de Ram¨®n G¨®mez de la Serna con un sistema a¨²n rudimentario de sonido, el poema urbano Esencia de verbena (1930), un singular documental en doce partes influido por las vanguardias del momento con cargas neocasticistas de Ernesto Gim¨¦nez Caballero, y Noticiero del cineclub, un documento de 1930 que permite ver a Dal¨ª, Gala, Neville, Alberti, Salinas o Vicente Escudero delante de las c¨¢maras.
El catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Audiovisual de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona cree que su libro, que calific¨® de "plano general de una ¨¦poca", hay que leerlo en clave de pasi¨®n. Ante todo la suya por una generaci¨®n que a trav¨¦s de la calidad est¨¦tica de sus poemas le hizo adquirir conciencia pol¨ªtica. Y la de ese grupo del 27 con el cine, sobre todo el mudo. Ah¨ª se ve. En libros o poemas, Alberti (Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos) o Lorca (Paseo de Buster Keaton) se rindieron a los c¨®micos del cine mudo. Altolaguirre acab¨® trabajando en el cine en M¨¦xico. Gim¨¦nez Caballero hizo pel¨ªculas y fue un agitador. Dal¨ª era un amante del cine y del c¨®mic. Y Bu?uel, simplemente, el mayor cineasta espa?ol de la historia.
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