En Tejas
Loor a la raza humana, gloria al progreso, albricias, s¨ª: los merece la ejecuci¨®n en Tejas de David Lang, de 46 a?os, esquizofr¨¦nico paranoide, que fue arrancado de una unidad de cuidados intensivos en la que se recuperaba del intento de suicidio para ser conducido, avi¨®n mediante, a la c¨¢mara de ejecuci¨®n, donde antes de ponerle la inyecci¨®n letal los funcionarios-verdugos le arrebataron los tubos de respiraci¨®n asistida y los goteros por los que recib¨ªa suero y medicamentos.Loor, pues, a la madre de las democracias, a la gran garante del gobierno del pueblo por el pueblo. Loor a esos cientos de millones de norteamericanos que creen en la justicia divina porque Dios y s¨®lo Dios es due?o de la vida y de la muerte, pero ellos, nuevo pueblo elegido, herederos del Mayflower, son sus administradores y representantes en la tierra. Inconsciente, Lang no dejar¨ªa a buen seguro de recibir los auxilios de alg¨²n pastor.
?Qu¨¦ lecciones de democracia y de cultura podemos aguardar de este t¨ªo Sam ¨¢vido de sangre y de venganza? Los prudentes advierten de la impertinencia del antimericanismo, viejo h¨¢bito progre. "Am¨¦rica", dec¨ªa un amigo de la juventud, "es la ¨²nica sociedad que ha pasado de la civilizaci¨®n a la barbarie sin atravesar por un estadio intermedio".
La Am¨¦rica de John Ford, de Welles, de Woody Allen o de Walt Whitman, o de Lincoln y Roosevelt es un sue?o bueno, un rel¨¢mpago de humanidad en medio de la noche de pesadilla en la que vive la mayor¨ªa de los americanos: los yanquis y los sure?os, los conservadores republicanos y los liberales dem¨®cratas. "Aqu¨ª se mata como se tala", dec¨ªa Georges Bernanos describiendo las ejecuciones en Mallorca durante la guerra civil; la exuberante Am¨¦rica acabar¨¢ a este paso qued¨¢ndose sin ¨¢rboles.
La v¨ªctima era negra y, seguramente, pobre. Los negros, los chicanos y los pobres nutren de carne humana a los verdugos de la horca, el gas y la inyecci¨®n letal, la silla el¨¦ctrica y el fusilamiento, que as¨ª de variada es la amarga flora de las ejecuciones en Estados Unidos.
Creo que habr¨ªa que incrementar tal variedad. Nosotros podr¨ªamos exportar el garrote vil, los franceses la guillotina y los ¨¢rabes la lapidaci¨®n, sistema ¨¦ste que se encuentra tambi¨¦n muy acreditado y es especialmente adecuado para las hembras de la raza humana. China, otra que tal, aunque no la gobierne Fidel Castro, podr¨ªa instruir a los verdugos de Norteam¨¦rica en el tiro en la nuca, que practica con ¨¦xito considerable y a destajo. Todo vale en Estados Unidos mientras sea un m¨¦todo humano.
Cualquiera sabe lo que entender¨¢n ¨¦stos por humano. Parece que el Tribunal Supremo declar¨® hace a?os inconstitucional la aplicaci¨®n de la pena de muerte a los reos que estuviesen enfermos.
No s¨¦ qu¨¦ ser¨¢ para ¨¦stos hallarse enfermo, porque Lang se encontraba en estado cr¨ªtico, pese a lo cual el mismo Supremo consinti¨® la ejecuci¨®n mientras el gobernador tejano que acude al nombre de George Bush asent¨ªa tambi¨¦n, convertido una vez en el gran carnicero del mismo Estado donde asesinaron a Kennedy. Lo que han hecho con esta desdichada v¨ªctima es lo que sol¨ªan hacer los nazis. Pero el nazismo est¨¢, justamente, satanizado; Estados Unidos, no.
Son ya 32 los ejecutados en el Estado de Tejas durante este a?o; ser¨¢n bastantes m¨¢s cuando termine el pr¨®ximo. Con un poco de mala suerte podremos tener a Bush, Jr. de presidente s¨®lo en un par de a?itos. Es decir, de l¨ªder y polizonte n¨²mero uno del mundo rico, que no libre: si hubiera verdadera libertad, estas cosas no ocurrir¨ªan. Pero ya dijo el poeta que Estados Unidos no ha luchado ni luchar¨¢ nunca por el cielo. El infierno, ya se ve, les cae m¨¢s pr¨®ximo, lo tienen localizado con precisi¨®n y lo manejan bastante bien.
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