El futbolista espa?ol no tiene impacto
A juzgar por la relaci¨®n de los mejores jugadores europeos elegidos por la revista France Football, la competici¨®n espa?ola y, en especial el Bar?a, es uno de los mejores escenarios para la expresividad de los extranjeros. Al Bal¨®n de Oro del brasile?o Rivaldo, hay que a?adir el quinto puesto del portug¨¦s Figo, un futbolista que ha echado ra¨ªces en el Camp Nou y que explica en cierto modo la jerarqu¨ªa azulgrana en la Liga. No hay dudas sobre el car¨¢cter acogedor y competitivo del f¨²tbol espa?ol ni de su diligencia en la aplicaci¨®n de la sentencia Bosman.Pero, por el contrario, sorprende que su productividad no quede recogida en los premios. El primer y ¨²nico espa?ol en la lista del Bal¨®n de Oro es el madridista Ra¨²l, y figura en el puesto noveno, con 27 votos, por detr¨¢s de futbolistas como los argentinos Ver¨®n y Batistuta, el italiano Vieri, el irland¨¦s Keane y el ucranio Chevtchenko. Ni rastro de Guardiola, Morientes o Luis Enrique, por citar s¨®lo a tres internacionales contrastados.
Ya sea por sectarismo, como el practicado por L"?quipe Magazine en la elecci¨®n de los 100 mejores deportistas del siglo -lista en la que no aparecen ni Miguel Indur¨¢in ni Severiano Ballesteros-, por desconocimiento, por falta de envoltorio o glamour, o por lo que sea, hay un ninguneo hacia lo espa?ol, que no consigue expresar en t¨¦rminos individuales el peso que tiene a nivel colectivo.
Por norma, la lista de los mejores futbolistas no se corresponde con los t¨ªtulos conseguidos por los clubes, ni con los logros de las selecciones inferiores, ni tampoco con el trato de cabeza de serie que recibe el equipo absoluto en los distintos sorteos. Hay la sensaci¨®n, m¨¢s o menos generalizada, de que los ¨¦xitos son producto sobre todo de la aportaci¨®n de los extranjeros, que a la hora de elegir mercado no tienen dudas de que el espa?ol es uno de los mejores.
Un vistazo al curr¨ªculo del Bal¨®n de Oro, instaurado en 1956, certifica esta corriente. Luis Su¨¢ha sido el ¨²nico jugador nacido en Espa?a que ha conseguido el m¨¢ximo galard¨®n europeo en su ¨¦poca de jugador del Bar?a, en 1960, justamente un a?o despu¨¦s del trofeo conquistado por Alfredo Di St¨¦fano (1959 y tambi¨¦n en 1957). Desde entonces, s¨®lo Amancio (1966) y Butrague?o (1986 y 1987) han figurado en el trono continental como terceros y, por tanto, merecedores del Bal¨®n de Bronce.
Una situaci¨®n sorprendente, y m¨¢s si se tiene en cuenta que jugadores en ¨¦poca j¨²nior han sido reconocidos internacionalmente con la concesi¨®n del Trofeo Bravo, el equivalente al Bal¨®n de Oro (el ¨²timo de ellos fue Guardiola) y que el Milan es capaz de fichar a Jos¨¦ Mari, delantero del Atl¨¦tico de Madrid, por 3.000 millones de pesetas.
El futbolista espa?ol no tiene impacto, as¨ª que no es de extra?ar su ausencia en la lista de los mejores, de acuerdo con las votaciones cursadas por los periodistas europeos especializados.
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