La marea negra del 'Erika' llega a Breta?a pese al despliegue de hombres y medios

La negra profec¨ªa se hizo realidad. A lo largo de casi cien kil¨®metros de la costa de Breta?a, lleg¨® a tierra la marea negra provocada por el naufragio, el pasado d¨ªa 12, del petrolero Erika. Los fuertes vientos desbarataron la estrategia defensiva de diques flotantes ideada por las autoridades. La ministra de Medio Ambiente, Dominique Voynet, declar¨®, sin embargo, no estar "completamente segura" de hallarse ante "una cat¨¢strofe ecol¨®gica". Aunque los fort¨ªsimos vientos llevan el vertido hacia el sur, el Salvamento Mar¨ªtimo Espa?ol niega que la marea negra pueda llegar aqu¨ª.

"La poluci¨®n puede prolongarse durante varias semanas", asegur¨® la ministra ecologista Voynet, especialmente desplazada a la poblaci¨®n tur¨ªstica de Noirmoutier. "?sta es una marea negra distinta de las dem¨¢s, pues no se trata de una sola gran mancha de hidrocarburo que llega a la playa, sino de una poluci¨®n dispersa". Voynet trajo a colaci¨®n la superior gravedad de la marea negra provocada en la zona en 1987 por el petrolero Amoco C¨¢diz, y tambi¨¦n se?al¨® que la denominaci¨®n de cat¨¢strofe ecol¨®gica "parece fuera de lugar cuando se habla de 25.000 muertos en Venezuela"."Es como si nos hubiesen instalado una estaci¨®n de servicio cada 500 metros", comentaba una indignada vecina de Ploemeur. "Me he despertado a las tres de la ma?ana. No se ve¨ªa nada, pero todo ol¨ªa a gasolina. Cuando ha salido el sol he comprendido qu¨¦ pasaba".

En la playa de Le Croisic, tras retirase la marea, han aparecido una serie de gruesas y espesas manchas negras sobre la arena blanca. "Es absurdo limpiarlas mientras siga ah¨ª, en el fondo del mar, el Erika. El d¨ªa menos pensado las 15.000 toneladas que a¨²n estan en sus bodegas saldr¨¢n a la superficie y se repetir¨¢ lo que ahora vivimos", dice Jean Poirie, ostricultor.

El robot submarino que ha servido en dos ocasiones para recuperar objetos y piezas del Titanic, ser¨¢ utilizado para inspeccionar el estado del Erika en cuanto las condiciones meteorol¨®gicas lo permitan. As¨ª lo aseguraron ayer fuentes de la compa?¨ªa propietaria del robot, informa France Press.

Lo cierto es que las previsiones meteorol¨®gicas y de lucha contra la poluci¨®n se han revelado inoperantes ante la fuerza del viento, con rachas de hasta 170 kil¨®metros por hora. Las autoridades han tenido que renunciar en la mayor¨ªa de lugares a los diques flotantes, que corr¨ªan peligro de acabar estrell¨¢ndose contra la costa. Los barcos de pescadores, que deb¨ªan sumarse a los de la Marina para crear una segunda muralla, no pudieron hacerse a la mar por la tormenta.

"Toda la costa virgen del sur de la Breta?a est¨¢ hoy manchada de fuel", dice un testigo. "Y cada marea va a suponer una nueva cosecha de petr¨®leo durante varios d¨ªas". El vendaval ha alejado hacia el sur un combustible que se preve¨ªa afectase a un tri¨¢ngulo geogr¨¢fico relativamente peque?o, alrededor de la isla de Yeu.

La regi¨®n de La Vend¨¦e debiera ser la afectada a continuaci¨®n, especialmente la localidad de La Baule, uno de los grandes centros tur¨ªsticos de la costa atl¨¢ntica francesa.

Los cultivos de ostras de Belon, las m¨¢s valoradas, han sido protegidos por diques hinchables, pero algunos ostricultores han optado por trasladar las ostras a lugares especialmente preparados en caso de urgencia. "Ello nos permite salvar la actual producci¨®n, pero no continuar la explotaci¨®n", indican.

La amenaza del fuel sigue ah¨ª, pues la mayor parte de las 10.000 toneladas esparcidas por el oc¨¦ano -al margen de las que siguen retenidas a 120 metros de profundidad- flota a¨²n dividida en centenares de manchas de todos los tama?os.

"Cuando el Amoco Cadiz, se derramaron m¨¢s de 200.000 toneladas de petr¨®leo. Entonces hubo unos 4.000 p¨¢jaros contaminados. Esta vez, con s¨®lo el 10% de combustible, ya son 10.000 los p¨¢jaros a los que ha habido que intentar salvar", explicaba un responsable de la Liga Protectora de Aves.

1.500 bomberos, 1.000 miembros de la Seguridad Civil y 300 militares, am¨¦n de un n¨²mero indeterminado de voluntarios , se desplegaban ayer por toda la costa, impotentes ante una invasi¨®n que, en las ¨²ltimas horas y a ra¨ªz del viento, se presentaba en un frente much¨ªsimo mayor del previsto.

El tr¨¢gico vendaval que simult¨¢neamente arras¨® todo el norte del continente, con su secuela de muertos, relativiz¨® el problema de playas y rocas cubiertas de una espesa y pegajosa capa negra, a veces uniforme, en la mayor¨ªa de casos a motas malolientes.