"El auto judicial tiene una base muy s¨®lida"
Miguel ?ngel Juane, de 32 a?os, es el principal asesor del administrador judicial del Atl¨¦tico de Madrid, Luis Manuel Rub¨ª Blanc. Representa el lazo entre el equipo de f¨²tbol y los nuevos gestores del club. Es el puente entre dos bloques enfrentados: el de los jugadores, que no comprenden el proceder de la Justicia, y el de los nuevos dirigentes del Atl¨¦tico, impuestos por orden del juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n. ?l mismo fue jugador profesional de baloncesto en cinco equipos, desde el Clesa Ferrol hasta el Tau de Vitoria. Ha sido tres veces internacional y es abogado de oficio. Naci¨® en A Coru?a, pero, en contra del rumor que circula, asegura que ni es "abonado ni forofo del Deportivo".Pregunta. ?C¨®mo se presentar¨ªa a los aficionados del Atl¨¦tico?
Respuesta. Me gustar¨ªa aclarar que no estoy aqu¨ª para representar al Atl¨¦tico, ni unos colores, ni para ocupar el lugar de nadie. Estoy cumpliendo un trabajo como consecuencia de una decisi¨®n judicial, porque hay un fiscal que ha presentado una querella al descubrir un presunto il¨ªcito penal. Las decisiones que se han adoptado est¨¢n amparadas en la ley. El juez ha embargado las acciones del club y ha revocado a los administradores para poner a uno provisional, que es Luis Manuel Rub¨ª Blanc.
P. ?C¨®mo conoci¨® a Rub¨ª?
R. A Rub¨ª le conoc¨ª cuando fue administrador judicial del Pazo de Bayona. ?l prefiri¨® llamarme porque era una persona ajena a todo aquel entorno social. Yo trabajaba en A Coru?a, donde ejerc¨ªa como abogado y alguien le habl¨® de m¨ª. La del Pazo de Bayona fue una administraci¨®n judicial pionera porque se adoptaron medidas in¨¦ditas en una administraci¨®n de este tipo, y porque tuvo ¨¦xito. Sacamos a la empresa adelante, vendimos toda la producci¨®n de vino y firmamos un contrato con Freixenet. Al igual que ahora, entonces yo firm¨¦ un contrato con la Administraci¨®n Judicial. Soy un profesional liberal al que contratan para asesorar. ?Por qu¨¦? Porque conozco la Administraci¨®n Judicial, conozco el sistema de trabajo de Luis Rub¨ª, y porque soy una persona de su confianza que adem¨¢s est¨¢ vinculada al mundo del deporte.
P. ?Cu¨¢nto puede durar esta situaci¨®n en el Atl¨¦tico?
R. Este procedimiento puede durar a?os. Ahora estamos en la fase de instrucci¨®n. Todav¨ªa tiene que pasar a la Sala de lo Penal, donde se procede a la vista oral y luego cabe recurrir al Supremo, y finalmente al Constitucional. Pueden transcurrir cinco a?os.
P. ?Con qu¨¦ armas piensa articular este trabajo y por qu¨¦ le llam¨® Rub¨ª?
R. Soy colaborador de AFE (Asociaci¨®n de Futbolistas de Espa?a) y ABP (Asociaci¨®n de Baloncestistas Profesionales); y soy miembro del tribunal de arbitraje del COE. All¨ª mi misi¨®n es resolver conflictos que puedan surgir en el ¨¢mbito jur¨ªdico-deportivo. Conflictos entre los deportistas y los patrocinadores, cuestiones de dopaje... Adem¨¢s hice el doctorado en Derecho Deportivo.
P. ?Qu¨¦ consecuencias puede tener este procedimiento?
R. Es una resoluci¨®n traum¨¢tica en la medida en que no existen precedentes en el ¨¢mbito deportivo ni jur¨ªdico. Se generan controversias. Pero no ha sido una medida apresurada. Cuando se da este paso que ha dado la Justicia es porque hay detr¨¢s una base muy s¨®lida que no se queda en lo que dice el auto. Y entiendo que pueda generar controversia porque esta medida puede tener connotaciones que a lo mejor trascienden al propio club. Puede abrir un debate en Espa?a: sobre la fiscalidad de los rendimientos de los deportistas; sobre la canalizaci¨®n de los ingresos de los clubes deportivos.
P. ?El f¨²tbol en Espa?a funciona al margen de la ley?
R. Eso, de momento, no lo s¨¦. Esta es una actuaci¨®n puntual, en un club y un momento concreto. No pretende ser un aviso a navegantes para los otros clubes. No tengo por qu¨¦ saber si se va a destapar la caja de los truenos. Ni siquiera cuestiono el m¨¦todo de trabajo en el Atl¨¦tico. Me limito a respetar la decisi¨®n judicial.
P. ?C¨®mo piensa serenar al vestuario?
R. Yo he sido deportista, s¨¦ la inquietud que est¨¢n pasando y si yo estoy aqu¨ª es para ayudar a estos muchachos. Si su situaci¨®n contractual fuera irregular, haremos lo posible para regularizarla de la mejor manera posible. Nuestro mayor quebradero de cabeza es buscar la manera de cumplir los compromisos que ha contra¨ªdo el club con los jugadores. Y hay que tener en cuenta algo de lo que nadie habla: adem¨¢s de los jugadores, en el Atl¨¦tico hay 100 empleados con sus familias: ellos tambi¨¦n tienen sus n¨®minas y sus derechos.
P. ?Cree que Rub¨ª ha cometido alg¨²n error para llevarse tan mal con los jugadores?
R. Estoy viendo que a Rub¨ª le dan mucha ca?a. Tambi¨¦n veo que cada actuaci¨®n que hagamos va a ser indefectiblemente cuestionada. Cada paso que demos encerrar¨¢ una paradoja. Vamos a tener detractores y defensores. Nosotros no tenemos ning¨²n af¨¢n de protagonismo pero al mismo tiempo no podemos escondernos. Si Rub¨ª decide ir al palco se le criticar¨¢. Si no, se dir¨¢ que no se atreve a dar la cara. Nosotros no pretendemos sustituir a la familia Gil sencillamente porque son insustituibles. Simplemente nos han recomendado la gesti¨®n de una sociedad an¨®nima deportiva y nos encantar¨ªa hacerlo en la m¨¢s absoluta discreci¨®n pero resulta imposible. Yo me veo en la prensa continuamente y me piden entrevistas todos los d¨ªas. Me est¨¢ entrando complejo de Roci¨ªto.
P. Imponer la ley en un ambiente pasional como el del f¨²tbol parece una tarea imposible.
R. Este proceso entra?a una complejidad enorme. Pero no se puede vivir al margen del imperio de la ley. As¨ª como se investiga al Atl¨¦tico se investiga a la difunta Lola Flores, y a Arantxa S¨¢nchez. Y a los banqueros y a los pol¨ªticos. Conjugar la legalidad con la pasi¨®n del mundo del deporte es una tarea eminentemente compleja. Nosotros nos hacemos preguntas a cada paso. ?El domingo que viene, en el Calder¨®n, dejamos el palco vac¨ªo o qu¨¦ hacemos? La familia Gil ha alquilado el palco vip, junto al palco presidencial. El estadio se va a llenar... Y nadie quiere sentarse en el palco presidencial. Se lo hemos ofrecido a la asociaci¨®n de veteranos pero, de momento, no nos han dado una respuesta. Porque consideran que si se los ve en el palco la gente puede pensar que est¨¢n contra los Gil. Nosotros apelamos al sentimiento atl¨¦tico, a estar del lado del club en un momento de incertidumbre.
P. ?Qui¨¦n ocupar¨¢ el palco?
R. Si voy al palco, ir¨¦ con Clemente Villaverde y Jos¨¦ Camarero. Pero si acudo, lo har¨¦ en el ejercicio de un trabajo, no en representaci¨®n de la identidad del club.
P. ?Habl¨® con alg¨²n miembro de la plantilla?
R. He hablado con Toni, Molina y Baraja, y en el vestuario, con el colectivo en general. Les cuesta entender la situaci¨®n. Sienten afecto por quien les ha fichado y tra¨ªdo al club. Han convivido 12 a?os con la familia Gil y ahora tienen su inquietud. Y es l¨®gico, si no estuvieran preocupados ser¨ªan unos inconscientes.
P. A Rub¨ª los jugadores no quisieron atenderle.
R. El propio Miguel ?ngel Gil dijo que aquello fue una falta de respeto. Los jugadores equivocaron el cauce de demostrar el afecto hacia la familia Gil.
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