El Gobierno espa?ol acepta cada a?o s¨®lo 30.000 inmigrantes Los empresarios quieren traer a temporeros

A pesar de las supuestas necesidades de mano de obra que Espa?a tendr¨¢ en el futuro, seg¨²n el informe de la ONU, el Gobierno establece un cupo para inmigrantes no comunitarios que para 1999 fue de s¨®lo 30.000 personas, muy ligeramente superior al de a?os anteriores. La cifra del 2000 no ser¨¢ muy diferente. Al margen del cupo, se trata de articular mecanismos para que los inmigrantes trabajen s¨®lo como temporeros, tal y como piden los empresarios.

Ese n¨²mero de 30.000 personas que pudieron acceder a un permiso de trabajo en Espa?a con plenos derechos es claramente insuficiente si se tiene en cuenta que las solicitudes fueron 94.819. Es decir, las personas que ped¨ªan trabajar en Espa?a de forma legal triplicaban a las que el Gobierno consideraba necesarias o aceptables. El n¨²mero de solicitudes duplic¨® el de 1998. En todo caso, el Ejecutivo asegura que muchas de las personas que solicitan un permiso lo hacen desde sus pa¨ªses, por lo que se estima que los no comunitarios que trabajan en Espa?a de forma irregular son entre 70.000 y 100.000. Y casi todos ellos intentan, a?o tras a?o, acogerse al cupo junto a los reci¨¦n llegados.La nueva Ley de Extranjer¨ªa, aprobada pese al rechazo del PP, no elimina este sistema, aunque establece v¨ªas alternativas y relativamente accesibles para conseguir trabajar en Espa?a. Claro que es el Gobierno el que debe facilitar su aplicaci¨®n, y el propio Partido Popular ya ha anunciado que la cambiar¨¢ si gana las pr¨®ximas elecciones.

Temporeros

Al margen de pol¨¦micas pol¨ªticas, diversos colectivos de empresarios espa?oles, especialmente los que se dedican a la agricultura en zonas como Almer¨ªa, han solicitado al Gobierno que facilite la entrada de inmigrantes para paliar la escasez de mano de obra poco cualificada con la que aseguran encontrarse. El pasado mes de octubre, el Ministerio de Trabajo, dirigido por Manuel Pimentel, anunci¨® a bombo y platillo un convenio con Marruecos para dar entrada a ciudadanos de ese pa¨ªs que trabajar¨ªan como temporeros para luego volver a sus casas con un buen dinero ahorrado. Sin embargo, nada se ha vuelto a saber sobre la efectividad de este acuerdo.

S¨®lo hay una cosa clara: en provincias como Almer¨ªa, un lugar conocido por todos los marroqu¨ªes que cruzan el estrecho y quieren trabajar en los invernaderos desperdigados por la costa, las solicitudes son casi el cu¨¢druple de los menos de 3.000 permisos que se conceden, algo de lo que se quejan los inmigrantes pero sobre todo los empresarios.

El ministerio reconoce que esos trabajadores son necesarios, y se considera como una iniciativa de este departamento la inclusi¨®n en la nueva Ley de Extranjer¨ªa de un art¨ªculo dedicado especialmente a ellos. Es el n¨²mero 41, que establece no s¨®lo que se facilitar¨¢ la entrada y salida, sino que adem¨¢s la Administraci¨®n deber¨¢ velar para que los trabajadores sean alojados en viviendas "con condiciones de dignidad adecuadas".

Despu¨¦s de la fuerte pol¨¦mica creada tras la aprobaci¨®n in extremis de la ley y sin el apoyo del partido del Gobierno, tambi¨¦n est¨¢ en duda la aplicaci¨®n de este apartado, aunque la propia Administraci¨®n reconoce que es la ¨²nica manera de garantizar que cosechas enteras no queden sin recoger por falta de mano de obra.