El a?o 2000 de Onofre Pag¨¨s XAVIER MORET
Onofre Pag¨¨s naci¨® en Manresa en 1891 y falleci¨® en Barcelona en los a?os setenta. En 1927 public¨® su ¨²nico libro, L"illa del gran experiment, que subtitul¨® "Reportatges de l"any 2000". Muy oportunamente, las ediciones Matriu-Matr¨¤s (o sea, Pau Riba y Antoni Munn¨¦-Jord¨¤) lo han reeditado ahora con un lomo de aluminio y una tapa de caucho futurista en la que puede verse un gran mapa de Australia. El libro, adscrito al original g¨¦nero de ciencia ficci¨®n a la catalana, permite hacerse una idea de c¨®mo se ve¨ªa el futuro en los a?os veinte y en qu¨¦ puntos insist¨ªan los idealistas alternativos. Dig¨¢moslo de entrada, Onofre Pag¨¨s acert¨® en algunos puntos -lleg¨® a predecir la Uni¨®n Europea y el auge de la telefon¨ªa sin hilos-, pero se pas¨® de rosca en otros. Pero, claro, es f¨¢cil decirlo ahora, cuando el a?o 2000 ya es algo cotidiano y no tiene nada que ver con la ciencia ficci¨®n. Pag¨¨s, siguiendo las huellas de autores como H. G. Wells y Julio Verne, imagin¨® una comisi¨®n que en el 2000 viajaba hasta Australia, la isla del gran experimento, para comprobar c¨®mo hab¨ªan evolucionado los idealistas alternativos instalados all¨ª en 1950.
En su doble salto hacia el futuro, Onofre Pag¨¨s imagina que, vistas las diferencias entre los partidarios del capitalismo puro y duro y los idealistas, en 1950 se decidi¨® mandar a Australia a estos ¨²ltimos. En esta isla podr¨ªan aplicar sus teor¨ªas y demostrar al mundo su presunta validez. Contaban, para ello, con el laissez faire del resto del mundo. Ten¨ªan 50 a?os para demostrar la validez de sus teor¨ªas en una isla alejada de todo. Despu¨¦s, una comisi¨®n les visitar¨ªa para ver si en efecto funcionaban.
Australia, curiosamente, se convirti¨® en la isla del gran experimento. Unos a?os antes, por cierto, Pag¨¨s hab¨ªa conocido en Barcelona a Esteve Morell Scott, ilustre catal¨¢n que lleg¨® a ser alcalde de Melbourne en los a?os veinte. No se sabe exactamente qu¨¦ le explic¨® Morell a Pag¨¨s, pero lo cierto es que Pag¨¨s le dedic¨® su obra futurista, quiz¨¢ con el convencimiento de que, en su condici¨®n de alcalde, tal vez le permitir¨ªa aplicar alguna de sus ideas alternativas.
El libro de Pag¨¨s contiene algunas licencias excusables respecto al futuro. Imagina, por ejemplo, que el diario La Publicitat tira en el a?o 2000 nada menos que cinco millones de ejemplares repartidos en tres ediciones: en catal¨¢n, en castellano y en franc¨¦s. La Publicitat, por desgracia, dej¨® de publicarse el 23 de enero de 1939, cuando las tropas de Franco ya se consideraban triunfantes. Por otra parte, Pag¨¨s no tuvo en cuenta el auge que adquir¨ªa el ingl¨¦s en el mundo. En este caso, queda claro que barri¨® hacia casa.
El gran ide¨®logo de la isla del gran experimento es, en el libro de Pag¨¨s, un catal¨¢n llamado H¨¦ctor Brau. ?l es quien dirige el movimiento alternativo mundial. Su hijo, por otra parte, que trabaja como redactor en La Publicitat, forma parte de la comisi¨®n que en el a?o 2000 se desplaza a la isla para comprobar los avances de los ut¨®picos. En la misma comisi¨®n, que por cierto recuerda la que imagina Miquel de Palol en El legislador, en la que trataba del peligro que corr¨ªa la Tierra ante la inminente colisi¨®n con un cometa, est¨¢n tambi¨¦n el director del Banco Universal, el obispo de Nueva York, el presidente del Consejo Paneuropeo, el ap¨®stol de Asia, un fil¨®sofo italiano y otras personalidades.
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