Los partidos de Lizarra evidencian su divisi¨®n en la doble manifestaci¨®n de Bilbao El bloque de HB core¨® a la banda terrorista y el de PNV-EA-IU mantuvo silencio

Las calles de Bilbao evidenciaron ayer la fisura abierta en el pacto de Lizarra tras la ruptura de la tregua de ETA. El PNV, EA e IU por un lado, y HB por el otro. La manifestaci¨®n fue para los primeros dos marchas diferenciadas y para los segundos una sola, pero en dos bloques. Decenas de miles de personas se manifestaron durante hora y media en las dos marchas.Los que acudieron a la llamada de los nacionalistas moderados e IU desfilaron en silencio para reclamar a ETA que "pare" y a los Gobiernos espa?ol y franc¨¦s que respeten "la voluntad de los vascos". En cambio, los seguidores de HB gritaron de manera intermitente a favor de la organizaci¨®n terrorista. Los dirigentes que portaron la pancarta respetaron el silencio, pero sin intentar acallar a sus simpatizantes. La izquierda nacionalista radical particip¨® con lema propio: Democracia vasca. Presos vascos a casa. Fuera de aqu¨ª . Euskal Herria tiene la palabra y la decisi¨®n. Es decir, HB evit¨® asumir una parte sustancial de las consignas del bloque democr¨¢tico -la demanda a ETA de que restaure el alto el fuego-, aunque respaldaba la petici¨®n a los Gobiernos espa?ol y franc¨¦s de que abandonen su "inmovilismo".

La cita era a las cinco y media de la tarde en dos puntos distanciados por apenas 50 metros. Una inmensa ikurri?a portada por seguidores de HB marcaba el final del bloque de PNV-EA-IU y el comienzo del otro. Caminaron uno tras otro, sin llegar a mezclarse, como se hab¨ªa acordado, y no se produjo ning¨²n incidente. Concluyeron, despu¨¦s de dos kil¨®metros de caminata, en escenarios separados por 250 metros. Sendos actos pol¨ªticos pusieron el punto final.

El comunicado del PNV, EA e IU reclama al presidente del Gobierno una declaraci¨®n similar a la de Downing Street, el eje para lograr la paz en Irlanda del Norte, y a ETA que deje las armas, porque desarrollar un proceso de paz sin violencia significa "respetar la palabra de Euskal Herria".

La coalici¨®n radical destac¨® que la mayor discrepancia entre ambos bloques radica en que HB cree que la construcci¨®n nacional debe partir de "nuevos cimientos", y el resto considera el actual marco jur¨ªdico-pol¨ªtico como un buen punto de partida. Otegi tambi¨¦n resalt¨® que discrepan en el "punto de llegada": "Nosotros queremos un marco pol¨ªtico para toda Euskal Herria".

Xabier Arzalluz (PNV), Bego?a Errazti (EA) y Javier Madrazo (IU) encabezaron la primera marcha, a la que no asistieron ni el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, ni el consejero del Interior, Javier Balza. La mayor¨ªa de los miembros del Gobierno asisti¨®, pese a las cr¨ªticas que les llovieron desde la oposici¨®n. El secretario general del PSE, Nicol¨¢s Redondo, calific¨® de "terrible error" la presencia del Ejecutivo vasco en la marcha. El portavoz de la Mesa Nacional de HB y de EH, Arnaldo Otegi, encabez¨® junto a otros dirigentes la segunda marcha.

Aunque las fuerzas nacionalistas aseguran que el proceso de colaboraci¨®n iniciado en Lizarra "no tiene vuelta atr¨¢s", el acto de ayer y sus preparativos pusieron de manifiesto la pugna abierta a partir de la ruptura de la tregua entre HB y los partidos de Arzalluz y Garaikoetxea para demostrar qui¨¦n lleva el tim¨®n del proceso y qui¨¦n va a remolque. "La consumaci¨®n de un atentado por parte de ETA ser¨¢ la prueba definitiva de hasta d¨®nde podemos llegar con HB", se?al¨® un cualificado dirigente del PNV al comienzo de la marcha.

La manifestaci¨®n oficial fue convocada en respuesta a la huelga general del 27 de enero, que HB ha organizado en demanda de la excarcelaci¨®n de los presos.