?Itinerantes voluntarios o a la fuerza?

La creaci¨®n de un ¨¢rea de acampada para familias n¨®madas del Este de Europa que est¨¦n de paso en Madrid es un proyecto presentado a las instituciones por Cruz Roja y la Comisi¨®n Cat¨®lica de Migraciones, dos ONG que trabajan ya con esta poblaci¨®n.La concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Beatriz Elorriaga, explica que, en un principio, en este c¨¢mping se instalar¨¢n las 74 familias rumanas que llevan meses en torno al campamento de San Roque, en Fuencarral. "Ellas son las que han puesto de manifiesto la necesidad de este nuevo recurso, pero el objetivo es prepararnos para estos flujos de familias n¨®madas que ya se dan en otros pa¨ªses de Europa", a?ade.

"A diferencia de otros inmigrantes que llegan a Madrid desde otros pa¨ªses, estas familias gitanas del Este viajan juntas con furgonetas y tiendas y se establecen en campamentos", apostilla Elorriaga. "Por supuesto, al ¨¢rea de acampada podr¨¢ acceder cualquier inmigrante de cualquier nacionalidad, pero no es previsible que, por ejemplo, una mujer llegada de la Rep¨²blica Dominicana vaya a querer y a necesitar acceder a ¨¦l", concluye.

Joaqu¨ªn P¨¦rez, director del servicio de Cruz Roja madrile?a, explica que la mayor parte de estas familias itinerantes que llegan a Madrid proceden de Rumania, la ex Yugoslavia y Hungr¨ªa. "Sabemos que en la regi¨®n hay ahora unas 200 familias rumanas de estas caracter¨ªsticas, pero no de las dem¨¢s nacionalidades", reconoce.

A la pregunta de si realmente existen inmigrantes con vocaci¨®n n¨®mada o si su itinerancia est¨¢ forzada por los problemas que encuentran en todos los pa¨ªses, P¨¦rez responde que existe una cierta elecci¨®n. "Es verdad que abandonan sus pa¨ªses forzados por las circunstancias pero, estos grupos, a diferencia de otros inmigrantes, no tienen a veces el proyecto de encontrar un trabajo fijo en un lugar concreto", apostilla.

"Uno de los problemas que surgen para su integraci¨®n es que a menudo prefieren vivir de actividades inestables pero m¨¢s libres, como la venta de revistas para indigentes, en vez de sometidos a un horario laboral", matiza P¨¦rez. "Un d¨ªa viven en una ciudad porque tienen mejor venta y otro, en otra", concluye.

Sin embargo, buena parte de los 200 rumanos alojados en los cuatro campamentos creados el pasado verano llevan ya m¨¢s de dos a?os en Madrid porque antes vivieron en el poblado de Malmea (Fuencarral), de donde fueron expulsados.