Az¨²car, nieve y mucha broma
A m¨¢s de un cient¨ªfico se le hel¨® ayer la sonrisa cuando el inter¨¦s por la lluvia de bloques de hielo se transform¨® en una furibunda caza y captura de aerolitos. En menos de 24 horas se registraron unos 40 supuestos hallazgos. Esta sospechosa tromba, que distribuy¨® graciosamente aerolitos por toda Espa?a (comunidades como la valenciana ya suman 15 casos y otras como Catalu?a se estrenaron ayer con una tacada de cinco), dej¨® en el aire la pregunta sobre su origen. El presidente del CSIC, C¨¦sar Nombela, y el director del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa, Eduardo Coca, entre otros, pidieron que se extremasen las cautelas frente al oportunismo y la credulidad. No en balde, 10 casos demostraron a lo largo del d¨ªa ser falsos. Y de los otros 30, apenas cuatro ofrec¨ªan garant¨ªas suficientes para atribuirles una procedencia a¨¦rea o contaban con testigos s¨®lidos que los hubiesen visto caer (la mayor¨ªa, de hecho, fueron hallados ya en el suelo). Otro tanto suced¨ªa con los 15 registrados en las semanas anteriores.
Estos descartes limitan a media docena los fen¨®menos dignos de atenci¨®n. Entre ellos destacan el ocurrido el 8 de diciembre en Soria (el primero de la serie), donde el hielo traspas¨® el techo de una nave de tundidos met¨¢licos; el registrado el d¨ªa 10 en el municipio sevillano de Tocina (cay¨® sobre un coche aparcado) y el de ayer en Mah¨®n (Menorca), donde dos obreros oyeron el estruendo de un bloque de hielo que se estrell¨® en un solar. Asimismo, de la masa de casos valencianos ofrece cierta credibilidad el ocurrido el 12 de diciembre en L"Alcudia, cuando un bloque de hielo atraves¨® el techo de uralita de un taller ante 12 trabajadores.
Junto al misterio de estos casos, la fiebre de los aerolitos procur¨® al espectador una amplia de gama de confusiones, bromas e incluso invenciones. Una de las m¨¢s sonadas recay¨® en La Secuita (Tarragona), donde los repartidores de un supermercado descubrieron uno de estos extra?os bloques. El objeto no identificado fue llevado cuidadosamente a Protecci¨®n Civil. All¨ª, sin ayuda del CSIC, se pudo dictaminar la composici¨®n del hallazgo: az¨²car.
En la misma provincia, en Montblanc, el revuelo acompa?¨® a un pastelero que se present¨® con un trozo de hielo al Ayuntamiento y con una visible abolladura en su coche. Horas despu¨¦s, ante la movilizaci¨®n de la polic¨ªa, el CSIC y los medios de comunicaci¨®n, el hombre llam¨® por tel¨¦fono a la polic¨ªa y confes¨® que todo era una mentira. Lo mismo hicieron un camionero de Burriana (Castell¨®n) que en busca de emociones fuertes hab¨ªa colocado un bloque de hielo en la N-340, y un profesor de Alcantarilla (Murcia), que quer¨ªa grabar en v¨¬deo la reacci¨®n de sus vecinos para enviarla luego a un programa de televisi¨®n.
Entre los objetos ca¨ªdos de la imaginaci¨®n figuraron tambi¨¦n una bola de nieve de la sierra hallada en M¨®stoles y un bloque procedente de una helada en Dos Hermanas (Sevilla).
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