El menor que se qued¨® ciego de un disparo pide 300 millones al Estado

La familia del menor que se ha quedado ciego tras recibir un disparo de un polic¨ªa con una escopeta de postas solicita una indemnizaci¨®n de 300 millones de pesetas al Estado como responsable civil subsidiario de la acci¨®n. El menor, de etnia gitana y cuyas iniciales son Jos¨¦ F. B., recibi¨® en los ojos varios impactos de postas tras una persecuci¨®n policial. El polic¨ªa dispar¨® sobre el joven, de 16 a?os, cuando el coche en el que ¨¦ste hu¨ªa estaba detenido y la v¨ªctima se bajaba de ¨¦l para entregarse.

La investigaci¨®n judicial est¨¢ todav¨ªa pendiente de que el m¨¦dico forense emita un informe sobre el grado de ceguera de la v¨ªctima. El autor del disparo, ?scar G. G., de 28 a?os, ha admitido ante el juez que cuando se produjeron los hechos era nuevo en el cuerpo, que sinti¨® miedo y que se precipit¨® al disparar. La familia del menor, que ha perdido la visi¨®n casi por completo y est¨¢ casado por el rito gitano, considera al Estado responsable civil subsidiario con vistas a la indemnizaci¨®n, declar¨® ayer el letrado Eduardo Alarc¨®n. Los 300 millones de pesetas son el dinero que, seg¨²n calcula este abogado, necesitar¨¢ la v¨ªctima para subsistir durante el tiempo que le quede de vida, ya que su ceguera le impide valerse por s¨ª mismo. "Tambi¨¦n estamos haciendo gestiones con la ONCE para que le ayuden", aclar¨®.

La persecuci¨®n se produjo en la madrugada del pasado 17 de mayo. El menor viajaba esa noche junto a otros dos amigos en un coche robado. Los agentes de un patrulla sospecharon del veh¨ªculo e iniciaron su persecuci¨®n, que se prolong¨® por varias calles hasta concluir en un descampado cercano a Valdeming¨®mez. Los ocupantes del coche robado se detuvieron porque ¨¦ste qued¨® destrozado durante la persecuci¨®n "y no andaba m¨¢s", confes¨® su conductor, Rafael P. H., alias El Rubio. Uno de los tres fugitivos se ape¨® y logr¨® huir campo a trav¨¦s. Los otros dos se quedaron dentro, desarmados. La v¨ªctima, Jos¨¦ F. B., explic¨® as¨ª lo sucedido: "Iba a abrir la puerta del coche para bajarme cuando not¨¦ un fogonazo en el rostro".

En un principio, el agente, en supuesta connivencia con su compa?ero del veh¨ªculo patrulla, neg¨® haber disparado al menor y asegur¨® que ¨¦ste sangraba por el rostro y ya estaba herido cuando fue detenido.

Luego, ante la dificultad de sostener esa versi¨®n, se retract¨® y cont¨® al juez la verdad. Admiti¨® que el coche estaba parado en el descampado y que, con una linterna, se dirigi¨® hacia el veh¨ªculo mientras su compa?ero corr¨ªa tras uno de sus ocupantes, que hu¨ªa campo a trav¨¦s. "Cuando me dirig¨ªa hacia la parte trasera del veh¨ªculo", afirma, "se abri¨® la puerta , me sobresalt¨¦ y dispar¨¦ sin dirigir el arma a ning¨²n sitio en concreto. Pens¨¦ que la escopeta no estaba cargada", dijo.