La brecha entre ricos y pobres se ensancha en EE UU pese a la bonanza
Dos estudios, uno independiente y otro de la Reserva Federal, confirman que tampoco en EE U U es oro todo lo que reluce. Pese a la expansi¨®n econ¨®mica de los noventa, el foso entre ricos y pobres aumenta. Los ricos son ahora mucho m¨¢s ricos y los pobres se mantienen como hace 10 a?os, seg¨²n el estudio conjunto del Instituto de Pol¨ªtica Econ¨®mica y el Centro para Prioridades Presupuestarias. El informe de la Reserva Federal confirma la tendencia.
El estudio de los dos organismos de Washington, que usa datos oficiales de la Oficina del Censo de Estados Unidos y los ajusta a la inflaci¨®n, divide a las familias norteamericanas en cinco grupos de igual tama?o, en funci¨®n de sus niveles de renta. El m¨¢s acomodado, el 20% de los hogares que a finales de los noventa ingresaban anualmente, antes de pagar los impuestos, una media de 137.000 d¨®lares, est¨¢ 10 veces mejor situado econ¨®micamente que el m¨¢s desfavorecido, el 20% de los que ingresaban anualmente una media de 13.000 d¨®lares.El agravante es que ese abismo era menor a finales de los ochenta, antes de que comenzara el actual ciclo de crecimiento, considerado el m¨¢s largo y robusto de la historia norteamericana en tiempos de paz. Los ingresos reales, una vez descontada la inflaci¨®n, del segmento de la poblaci¨®n m¨¢s rico crecieron entre 1988 y 1998 un 15%, mientras que los del m¨¢s pobre lo hicieron apenas un 1%.
El primer grupo gana ahora, siempre en t¨¦rminos reales, 17.480 d¨®lares (2,8 millones de pesetas) anuales m¨¢s que hace 10 a?os; el segundo gana 110 d¨®lares anuales m¨¢s. "Los beneficios del crecimiento econ¨®mico no han sido distribuidos equitativamente; las rentas de los obreros y las clases medias se han estancado o incluso han ca¨ªdo", dice Elizabeth McNichol, una de los autores del trabajo.
Eso se explica por el hecho de que los salarios de los trabajadores no cualificados apenas se han incrementado en EE UU en t¨¦rminos reales durante el actual ciclo. Eso s¨ª, el bajo nivel de desempleo ha conseguido que no se redujeran como ocurri¨® en los setenta y ochenta. Entretanto, los ingresos de empresarios, directivos, inversores, profesionales y trabajadores cualificados se han disparado bajo la presidencia de Bill Clinton, a trav¨¦s de subidas de las retribuciones salariales, frecuente entrega de bonos o pagas, incentivos como las opciones sobre acciones y ganancias en Bolsa. La casi nula participaci¨®n de decenas de millones de norteamericanos en el pastel del crecimiento est¨¢ siendo denunciada en la campa?a presidencial por el dem¨®crata Bill Bradley.
Frente al optimismo de Al Gore, su correligionario y vicepresidente de EE UU, Bradley insiste en subrayar el fen¨®meno confirmado por los estudios difundidos esta semana. La globalizaci¨®n, la decadencia de las industrias tradicionales, la debilidad sindical, la permanente corriente de inmigraci¨®n y la generalizaci¨®n de los trabajos precarios y mal pagados, explican que la prosperidad nacional no est¨¦ beneficiando a las clases populares.
Protecci¨®n
El estudio del Instituto de Pol¨ªtica Econ¨®mica y el Centro para Prioridades Presupuestarias afirma que la desregulaci¨®n y la liberalizaci¨®n comercial se han traducido en "un debilitamiento de las redes de protecci¨®n social" y en "la dificultad de hacer efectivas las leyes laborales que regulan el derecho a la negociaci¨®n colectiva". "Adem¨¢s, los cambios en las estructuras de impuestos locales, estatales y federales han acelerado la tendencia hacia la desigualdad creciente que emerge del mercado laboral".
El hueco entre ricos y pobres se ha agrandado particularmente en Nueva York, cuyo mercado burs¨¢til, comport¨¢ndose con la euforia de un "toro", es el s¨ªmbolo de la fiebre econ¨®mica estadounidense. En la Gran Manzana el grupo del 20% de familias m¨¢s pobres gana ahora 10.770 d¨®lares anuales (1,76 millones de pesetas), lo que supone 1.970 d¨®lares menos, en t¨¦rminos reales, que hace una d¨¦cada. En cambio, el 20% m¨¢s rico gana 153.350 d¨®lares anuales (25,1 millones de pesetas), 19.680 m¨¢s que antes del comienzo del ciclo expansivo. Un fen¨®meno semejante ocurre en California. "Los ricos son cada vez m¨¢s ricos", reconoci¨® The Wall Street Journal el pasado mi¨¦rcoles. El diario financiero neoyorquino a?adi¨® que los bonos por buenos resultados pagados a los operadores en Wall Street ascendieron en 1999 a 12.000 millones de d¨®lares (1,96 billones de pesetas), el doble que hace cinco a?os. Wall Street supone el 2,2% de la poblaci¨®n laboral del Estado de Nueva York, pero genera el 58% de su PIB. La situaci¨®n es peor en Washington, la ciudad norteamericana con mayores desigualdades sociales. Robert Rector, economista de la conservadora Heritage Fondation, niega los datos. Seg¨²n Rector, las diferencias no ser¨ªan tan alarmantes si se incluyeran "los beneficios sociales, como los cupones de comida que reciben los pobres, y los efectos igualadores de la imposici¨®n".
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