Historia de un olvido: las instituciones han abierto albergues de inmigrantes s¨®lo tras verse forzadas por hechos tr¨¢gicos

La historia de los albergues para inmigrantes y refugiados abiertos en Madrid en esta ¨²ltima d¨¦cada es la de un olvido, s¨®lo espoleado por sucesos tr¨¢gicos.El ¨²ltimo ejemplo es el de la proyectada ¨¢rea de acampada para familias n¨®madas de Europa del Este y los cuatro campamentos habitados desde este verano por inmigrantes rumanos. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid s¨®lo han puesto en marcha esta iniciativa, que ve¨ªan necesaria desde hace tiempo, tras las duras cr¨ªticas que produjo la expulsi¨®n policial, el 8 de julio de 1999, de cien familias gitanas rumanas del barrio de Malmea (Fuencarral), donde malviv¨ªan en tiendas de campa?a y furgonetas. Se les ech¨® sin ofrecerles ning¨²n alojamiento alternativo.

La expulsi¨®n vino acompa?ada de un hecho tr¨¢gico que aceler¨® la respuesta institucional: un ni?o de cinco a?os de una de las familias desalojadas muri¨® atropellado esa noche en un ¨¢rea de descanso de la carretera de Burgos.

Pero el primer signo de esa falta de previsi¨®n para crear nuevos centros de acogida se remonta a 1990, cuando comenz¨® a crecer considerablemente el n¨²mero de inmigrantes y peticionarios de asilo llegados a Madrid. En el verano de ese a?o, los subterr¨¢neos y jardines de la plaza de Espa?a, el palacio Real y el templo de Debod se convirtieron en el obligado refugio de decenas de africanos que llegaban a la regi¨®n como solicitantes de asilo pol¨ªtico. Las 200 peticiones de asilo mensuales que se registraban en enero se hab¨ªan convertido en 700 nueve meses despu¨¦s.

La falta de un centro de acogida para estos trabajadores extranjeros se puso de manifiesto en que ni el Ayuntamiento, entonces del PP-CDS, y la Comunidad, del PSOE, sab¨ªan d¨®nde cobijarles. Se ofrecieron varias posibilidades: una residencia de la Guardia Civil en Miraflores de la Sierra, un antiguo barrac¨®n del Canal de Isabel II en Manjir¨®n, una nave de Renfe en Pac¨ªfico... Pero pasaron cinco meses, ninguna de estas alternativas prosper¨® y las administraciones segu¨ªan discutiendo sin encontrar una respuesta.

Lleg¨® el fr¨ªo y s¨®lo una parte de los africanos pudieron guarecerse en un s¨®tano cedido por un particular en la calle del Duque de Osuna (Moncloa). Los acontecimientos se precipitaron con la muerte de Festus Uwumagbe, un nigeriano de 32 a?os, en dicho s¨®tano por una parada cardiorrespiratoria complicada con fiebres. Tras el fallecimiento, a comienzos de diciembre de 1990, Cruz Roja habilit¨® como albergue provisional un pabell¨®n de su sede de la Casa de Campo. Poco despu¨¦s, el Ayuntamiento cedi¨® a esta ONG una antigua escuela de formaci¨®n profesional en el paseo del Rey (Moncloa) para abrir un albergue destinado a solicitantes de asilo, que se inaugur¨® en enero de 1991.

Dicho albergue, como el de la Casa de Campo, permaneci¨® abierto hasta comienzos de 1993. Pero su traslado a otro local m¨¢s grande y adecuado coincidi¨® con otro hecho tr¨¢gico: el asesinato de la dominicana Lucrecia P¨¦rez, una empleada de hogar tiroteada el 13 de noviembre de 1992 por un grupo racista en la abandonada discoteca Four Roses, de Aravaca, que okupaba con otros compatriotas de escasos recursos.

Tras la muerte de esta inmigrante, el Ayuntamiento (del PP) y la Comunidad (del PSOE) no sab¨ªan d¨®nde alojar al resto de dominicanos que okupaban la sala de fiestas. Primero los trasladaron a un albergue de emigrantes espa?oles retornados desde la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica en el municipio de Alalpardo. Pero, a comienzos de enero de 1993, los aloj¨® en un nuevo centro de acogida, el de El Parque, habilitado por el Ayuntamiento en el antiguo colegio Agust¨ªn de Fox¨¢, en San Blas, y regentado por Cruz Roja con fondos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

La apertura del albergue de El Parque, con 180 plazas, supuso el derribo de los del paseo del Rey y la Casa de Campo. Este refugio sigue a¨²n en funcionamiento, pero en ¨¦l se registra una carencia: no sirve para grupos familiares porque s¨®lo est¨¢ preparado para coger a adultos, no a ni?os. En toda la regi¨®n no existe un solo albergue para familias, sean ¨¦stas espa?olas o extranjeras; de ah¨ª que cuando estall¨® el problema de los rumanos las instituciones tardasen m¨¢s de dos meses en buscarle una soluci¨®n.

La ¨²nica excepci¨®n son los centros de atenci¨®n a refugiados que el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso) regenta en Puente de Vallecas y Alcobendas, destinados a familias y particulares que tienen concedido el estatuto de asilados.

Respuesta

La respuesta que se dio al problema de los rumanos expulsados de Malmea fue construir cuatro campamentos con servicios comunes y tiendas de campa?a, luego sustituidos por prefabricados, en Ca?ada Real (Vallecas Villa), San Roque (Fuencarral) y Ciudad Escolar (Fuencarral). El proyecto es convertir uno de estos campamentos, seg¨²n sus habitantes vayan encontrando empleo y se trasladen a pisos de alquiler, en un ¨¢rea de acampada para n¨®madas.

El Ayuntamiento ha cedido los terrenos y la Comunidad ha construido los campamentos y paga tambi¨¦n, por ahora, el programa de apoyo social a los inmigrantes rumanos, que se comprometi¨® a costear el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.