Golpe de muerte a las esperanzas de paz

Despu¨¦s de 19 meses sin muertes, con ¨¦ste nuevo atentado terrorista que ha causado la muerte del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, ETA echa por tierra todas las esperanzas de paz que la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos albergaban en este ¨²ltimo per¨ªodo, pone de manifiesto la expresi¨®n m¨¢s clara de la incapacidad de dicha organizaci¨®n terrorista para adaptarse a la realidad democr¨¢tica del Estado Espa?ol y la sit¨²a completamente al margen de la actual realidad internacional y, m¨¢s espec¨ªficamente, Europa, en donde el IRA recientemente hizo p¨²blica su voluntad de entregar las armas y asumir las instituciones democr¨¢ticas. Por cierto, Irlanda del Norte goza de menor grado de autogobierno que la Comunidad Aut¨®noma Vasca y que la Comunidad Foral de Navarra.Espa?a no se merece, en el inicio del siglo XXI, seguir enfrentada al dilema primario democracia-terrorismo que la sit¨²a a la cola de Europa, mientras que los dem¨¢s socios de la Uni¨®n se afanan por profundizar el desarrollo democr¨¢tico alcanzando mayores cotas de eficiencia econ¨®mica y cohesi¨®n social.

La garant¨ªa eficaz de los derechos fundamentales, la plena vigencia de los mecanismos democr¨¢ticos, la existencia de una justicia independiente y el m¨¢s avanzado nivel de autonom¨ªa de nacionalidades y regiones existnte en cualquier pa¨ªs europeo, tras escasos 20 a?os de desarrollo democr¨¢tico, son todas ellas hoy realidades inconfesables en Espa?a y en Euskadi.

La pretensi¨®n etarra de imponer sus planteamientos, al margen de los procedimientos democr¨¢ticos y pac¨ªficos, est¨¢ condenada al fracaso, porque choca con la voluntad mayoritaria de la sociedad expresada de forma reiterada en cuantas elecciones se han celebrado.

ETA hoy es s¨®lo un lastre sangriento del peor pasado de nuestro pa¨ªs. El presente y el futuro de Espa?a, del Pa¨ªs Vasco y de Navarra demandan la desaparici¨®n de ETA como organizaci¨®n terrorista y que acepte la voluntad mayoritaria de los cidadanos expresada reiteradamente en defensa de la paz, del proceso democr¨¢tico y del progreso com¨²n.

En estos duros momentos, todos los dem¨®cratas debemos unirnos para responder al chantaje de ETA, asimismo, todos los ciudadanos debemos apoyar y respaldar cuantas actuaciones impulsen las instituciones para afrontar la grave e inmerecida amenaza terrorista que nuevamente ETA lanza contra la vida, la libertad y la democracia de todo el pueblo espa?ol.

La involuci¨®n terrorista, debe afrontarse con una actuaci¨®n consensuada de todas las fuerzas democr¨¢ticas, de manera que ninguna haga utilizaci¨®n electoral.- . .