L¨ªderes europeos prometen combatir el neonazismo extendido por Internet al cerrar el Foro del Holocausto
El Foro Internacional sobre el Holocausto concluy¨® ayer en Estocolmo bajo la convicci¨®n general de que ha sido un hito en la cooperaci¨®n internacional en contra de las nuevas amenazas a la democracia y la dignidad humana como son el nazismo, el antisemitismo y la xenofobia. La conferencia, que cuando fue convocada en su d¨ªa por el primer ministro sueco, G?ran Persson, fue tachada por muchos como el proyecto de un nuevo cen¨¢culo de historiadores e intelectuales sin repercusi¨®n alguna, ha sido, por la masiva presencia de jefes de Estado y de Gobierno, por las autoridades llegadas de todo el mundo y por la claridad de los planteamientos expuestos, el primer gran acto de movilizaci¨®n contra el neonazismo en todas sus formas.El silencio sobre el holocausto o la indiferencia respecto al mismo han sido, como se ha demostrado en la ¨²ltima d¨¦cada en Suecia y en muchos otros pa¨ªses europeos, como el caldo de cultivo para la reactivaci¨®n y regeneraci¨®n de la ideolog¨ªa nazi y el racismo en general. La lucha contra la indiferencia, contra esa c¨®moda o cobarde neutralidad entre verdugo y v¨ªctima, es la clave en la defensa de la democracia y la dignidad humana de todos y cada uno, seg¨²n resultaron la mayor¨ªa de los jefes de Estado y de Gobierno y los supervivientes, con el premio Nobel Elie Wiesel a la cabeza.
Las modernas tecnolog¨ªas ofrecen nuevas formas de diseminar la cultura del odio, la intolerancia y la violencia, y las sociedades democr¨¢ticas han de coordinar su lucha contra estos fen¨®menos. As¨ª, el vicepresidente del Consejo Jud¨ªo de Alemania, Michel Friedmann, pidi¨® una homologaci¨®n de las leyes que proh¨ªben la difamaci¨®n de las v¨ªctimas del holocausto, cuya m¨¢xima forma de expresi¨®n es la propia negaci¨®n de la existencia de los campos de exterminio. Mientras en Austria, Alemania y Francia est¨¢n prohibidas como agitaci¨®n al odio estas manifestaciones, no ocurre lo mismo en otros pa¨ªses, que, como Suecia, Dinamarca o Estados Unidos, se han convertido en plataformas para la distribuci¨®n por correo, y m¨¢s recientemente por Internet, de la propaganda nazi. Internet en especial ha facilitado una creciente coordinaci¨®n de los grupos nazis en todo el mundo. Por lo dem¨¢s, se ha notado una espectacular mejora en la disposici¨®n a abrir archivos y cooperar en el estudio y en la lucha contra el nazismo en todo el mundo. Salvo pat¨¦ticas excepciones, como la del presidente lituano, Andrius Kkabilius, que neg¨® la existencia de antisemitismo en su pa¨ªs, uno de los que gener¨® m¨¢s voluntarios a participar en el genocidio, la inmensa mayor¨ªa ofreci¨® plena colaboraci¨®n, como el nuevo presidente argentino, Fernando de la R¨²a, que anunci¨® la apertura plena de todos los archivos para desvelar las conexiones y el paradero de los centenares de nazis que encontraron refugio en su pa¨ªs. El Foro, que tendr¨¢ continuidad en una conferencia anual sobre humanidad y conciencia en la capital sueca, podr¨ªa pronto convertirse en un punto de inflexi¨®n en el que la comunidad internacional pas¨® de ocultar sus verg¨¹enzas a la movilizaci¨®n de la memoria en favor de la dignidad humana y la democracia.
Las resoluciones del Foro del Holocausto se pueden leer en www.elpais.es/p/d/ 20000129/internac/texto.htm
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