Se va 'El pol¨ªgrafo', de Robert Lepage

?ltimo aviso. Robert Lepage se va, para no volver, al menos con El pol¨ªgrafo. Se lleva su m¨¢quina de la verdad (la versi¨®n castellana) a otras tierras. El espect¨¢culo es un derroche de inteligencia esc¨¦nica que ning¨²n buen espectador teatral (ni ning¨²n profesional consciente) debiera perderse. Y eso incluso teniendo en cuenta sus defectos: ese punto de pedanter¨ªa que a Lepage se le escapa siempre en casi todos sus montajes, esa frivolidad con que se complace en juguetear con los grandes temas (en este caso, Berl¨ªn, el muro de la verg¨¹enza).Hay que ver El pol¨ªgrafo (insisto: hoy, ¨²ltimo aviso) porque en este espect¨¢culo Lepage aporta muchas ideas, enormes soluciones para un teatro futuro. Un teatro que no va a poder prescindir de la cada vez m¨¢s intrincada red de interrelaciones entre las diversas artes audiovisuales. El teatro seguir¨¢ teniendo a su favor la presencia f¨ªsica del actor frente a un p¨²blico que vive en la oscuridad, pero no podr¨¢ obviar los avances de los medios afines. Lepage, en El pol¨ªgrafo (una obra que ya tiene 10 a?os de vida), investiga esc¨¦nicamente el lenguaje cinematogr¨¢fico. Un trabajo fascinante.

Cuenta, adem¨¢s, con las espl¨¦ndidas interpretaciones de Laia Marull, David Selvas y N¨¦stor Saied. El rodaje les habr¨¢ permitido, sin duda, ajustar el dif¨ªcil tempo psicol¨®gico de sus personajes al complejo engranaje esc¨¦nico creado por Lepage. En fin, ¨²ltimo aviso. No se lo pierdan.-