AS? HABLA... Ana Fern¨¢ndez Un sevillano de pueblo con destellos de dolor
Bella como fr¨¢gil, pero teniendo que ser dura. Como la propia campi?a sevillana, de la que se fue un buen d¨ªa, dejando atr¨¢s un padre inclemente, una madre tierna, pero abatida, y un horizonte cero. El coraz¨®n, no obstante, hecho ya para siempre un nido de ansiedades pueblerinas, peleando con una maltrecha intuici¨®n de la bondad. Y una copa de co?ac entre los ojos. Co?ac de barrio peligroso, donde acab¨® de aprender la soledad y el miedo. De esta buena pasta, ideada por Benito Zambrano para su personaje de Solas, ten¨ªa que salir el habla aquilatada que le puso Ana Fern¨¢ndez. Un sevillano de pueblo con destellos, no de folclor ni de gracia artificial, sino de rabia y de dolor: El hijo puta m'a dejao pre?¨¢ (...) Ehte barrio de noche eh mu peligroso (...) Eh que yo ten¨ªa que haber nacido rica (...) No seah pes¨¢ (...) Una en Barcelona y doh-en el Norte.
?Pensaremos por eso que est¨¢ tomado de alg¨²n modelo directo? De ninguna manera. Tras esa desgarradora naturalidad hay un laboratorio de sabidur¨ªa ling¨¹¨ªstica, aunque quiz¨¢s m¨¢s intuitiva que otra cosa. No en vano nuestra flamante galardonada con un premio Goya posee una larga experiencia en doblajes, entre Madrid y Sevilla; se form¨® en la primera ciudad, pero ha trabajado a caballo entre una y otra.
A la que salta siempre, como todo el que quiere hacerse camino en tan dur¨ªsimo oficio. Si bien nos fijamos, ha fundido h¨¢bilmente recursos de distinta procedencia, como distinguir bien entre ese y zeta (Barcelona, pes¨¢), lo que no se da en los pueblos de la campi?a (s¨ª en la sierra Norte, como tambi¨¦n en las de Huelva y C¨®rdoba), mientras mantiene rigurosamente la ese aspirada en final de s¨ªlaba o palabra.
Soslaya el vulgarismo con nacido, podido (no dice nac¨ªo, pod¨ªo, que, sin embargo, ser¨ªan m¨¢s frecuentes en los pueblos de referencia), pero no duda en usar mu, frente a muy, e incluso en un determinado momento, de m¨¢ximo dramatismo, dir¨¢ Ah, j¨ª, en lugar de Ah, s¨ª, dando cabida moment¨¢nea al jejeo.
Algunas vacilaciones, pocas, le llevan a un recogerlo, por el m¨¢s veros¨ªmil recogehlo; o pre?¨¢, unas veces, embarazada, otras; si bien en este caso la dualidad procede del gui¨®n.
Pero la sorpresa -y una cierta decepci¨®n, a qu¨¦ negarlo- nos vino hace unas semanas con el estreno de la serie Polic¨ªas, en Antena 3, donde nuestra actriz ocupa un papel estelar, pero, ay, en un correct¨ªsimo castellano, que nos dej¨® at¨®nitos. Incluso emplea la ese madrile?a, en detrimento de la predorsal sevillana.
Ello demuestra, desde luego, un extraordinario dominio de los registros y, por descontado, una opci¨®n personal muy respetable. Simplemente nos parece innecesario en estos tiempos, en que otros colegas suyos, como Esther Arroyo, Pep¨®n Nieto, Paz Padilla o Paz Vega, han optado por pronunciar un andaluz muy digno para cometidos semejantes, y que ya a nadie choca, como no sea a los directivos de algunas cadenas. Esta vez -de veras que lo sentimos-, la admirable actriz de Solas nos ha dejado un tanto desolados.
A. R. ALMOD?VAR
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