Paisajes del alma
Este santuario del siglo XIV se alza en un otero de Montejo, rodeado de prados, montes y una paz infinita
"Don Jos¨¦, ?c¨®mo se asombra usted tanto de eso si eso no da na?", dicen que le dec¨ªa un pastor al ge¨®logo Jos¨¦ Macpherson durante una de sus tempranas exploraciones de la sierra, all¨¢ por 1890. Esta ocurrencia suele recordarse, entre cultos excursionistas madrile?os, como ejemplo de la incapacidad de los r¨²sticos lugare?os para captar la belleza sin porqu¨¦ del paisaje. Sin embargo, basta ver el emplazamiento de la ermita de Nazaret para darse cuenta de que es una elecci¨®n est¨¦tica, que no es inocente de simbolismo y que, desde luego, es m¨¢s sincera que la del monta?ero que ensarta este paisaje con una cita de Azor¨ªn para quedar como un Salom¨®n.La ermita de Nazaret se alza bien visible sobre un verde otero al este de Montejo de la Sierra, pueblo del que dista dos kil¨®metros por un camino ondulante que avanza hacia el Sol naciente a trav¨¦s de prados, regatos ("agua que brilla y no suena", como en el verso de Machado) y alg¨²n rodal de robles solemnes. Tan hermoso paraje fue, seg¨²n dicen, asiento de una poblaci¨®n que pereci¨® intoxicada por una salamanquesa que se col¨® sin invitaci¨®n en el perol de un banquete nupcial. Una leyenda tan vieja y gastada como el Libro de la monter¨ªa (siglo XIV), donde se lee que la tierra de Montejo es "buen monte de puerco en todo tiempo, et a veces hay oso", y que las armadas para cobrar tales piezas deb¨ªan situarse, entre otros lugares, en los prados de Sancta Mar¨ªa de Nacerni. O sea, Nazaret.
Fuera o no el ¨²nico resto de un pueblo abandonado, la ermita estaba tan cochambrosa que, a mediados de siglo, hubo que evacuar a su virgencita rom¨¢nica, la cual reside desde entonces en la iglesia de Montejo. Tras restaurarse en 1968, volver¨ªa a ser lugar de romer¨ªa, llev¨¢ndose el ¨²ltimo domingo de mayo a la susodicha a pasar el d¨ªa en su antigua morada. Hay misa, subasta de andas, bailes, merendola... Y todo ocurre cerca del cielo, entre prados luminosos y monta?as eternas. Paisajes del alma, que dir¨ªa Unamuno.
Otra ermita de Montejo, la de la Soledad -edificada por la cofrad¨ªa de la Vera Cruz en el siglo XVI-, ser¨¢ el punto de partida de esta sencill¨ªsima excursi¨®n. Tan f¨¢cil como descender por la calle de la Soledad y continuar bajando por camino de tierra para cruzar enseguida el arroyo de los Llanos -o de la Mata-. Y luego, ya en ascenso ininterrumpido, franquear una portilla y atravesar unos prados de siega aterrazados -antiguos linares y, m¨¢s recientemente, eras-, hasta llegar a la ermita de Nazaret, que se destaca en lo alto de la loma, como a una media hora del inicio o poquito m¨¢s.
Espada?a y campana
La ermita en s¨ª es de poco valor -salvo, quiz¨¢, la maciza espada?a y la campana de 1704-, pero las vistas no tienen precio: a naciente, se?orea la sierra de la Puebla; al norte, el pico del Lobo y los montes de Somosierra; a poniente, Pe?alara y Cuerda Larga. Mientras que ah¨ª abajo, a la ca¨ªda de la loma, vese el caser¨ªo de Montejo api?ado en torno a la iglesia de San Pedro, donde reposa la Virgen de Nazaret hasta nueva romer¨ªa; poco m¨¢s all¨¢, Horcajuelo y, ya en tierras de Buitrago, el centro de seguimiento espacial de Telef¨®nica, cuyas enormes antenas parab¨®licas ponen una nota futurista en este ambiente de at¨¢vica sinton¨ªa con lo ultraterreno.
La vuelta, para variar, se har¨¢ bordeando hacia la izquierda la cerca que hay a espaldas de la ermita. En breves minutos se presentar¨¢ una portilla a la diestra, por la que habr¨¢ que colarse para seguir avanzando hacia la derecha por una v¨ªa pecuaria -el cordel de Montejo, procedente de La Hiruela-, que, tras cruzar el arroyo de la Pradera -o del Valle-, desemboca en la carretera de la Puebla. Bajando por ¨¦sta 500 metros -diez minutos-, se tomar¨¢ un desv¨ªo a la derecha: una senda que, despu¨¦s de rebasar una tosca cancilla de alambre y palos -zarzo, le dicen los serranos-, lleva de nuevo al arroyo de la Pradera, a un vado entre ¨¢lamos, a una portilla met¨¢lica y al camino del principio, a dos pasos ya de Montejo.
Un paseo de ni?os
- D¨®nde. Montejo de la Sierra se halla a 87 kil¨®metros de Madrid y tiene su acceso m¨¢s directo por la carretera de Burgos (N-I), desvi¨¢ndose nada m¨¢s pasar Buitrago por la M-127 hacia Gandullas y Pr¨¢dena del Rinc¨®n, de donde dista un par de kil¨®metros. Hay autobuses de Continental Auto (Tel. 91 314 57 55). - Cu¨¢ndo. Paseo circular de cuatro kil¨®metros -una hora y media de duraci¨®n-, con un desnivel acumulado de s¨®lo 150 metros y una dificultad muy baja, factible en cualquier ¨¦poca del a?o. Por todo ello, resulta un itinerario adecuado para ni?os y principiantes.
- Qui¨¦n. El Centro de Recursos de Monta?a de Montejo de la Sierra (Tels. 91 869 70 58 y 91 869 72 17) ofrece informaci¨®n sobre ¨¦sta y otras sendas en la calle Real, 1, junto a la ermita de la Soledad, donde se inicia la excursi¨®n. Esta ruta se describe con m¨¢s detalle en la gu¨ªa Cinco rincones tiene esta sierra, editada por la Mancomunidad Sierra del Rinc¨®n, a la venta en el mismo centro.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: hojas 19-18 (Pr¨¢dena) y 20-18 (Tamaj¨®n) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, o las equivalentes (458 y 459) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional; mapa excursionista Sierra Norte, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; Tel. 91 534 32 57).
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