El tiempo en tres dimensiones
Controlar el paso del tiempo siempre ha sido para el hombre motivo de c¨¢bala. La necesidad de prever aquello que ha de venir, y la cadencia y ritmo conforme iba a acontecer, le condujo a ir determinando las estaciones, evidentemente el d¨ªa y la noche, y a partir de ellos, quiso ir m¨¢s all¨¢. El instrumento que le permiti¨® dividir cada jornada en franjas horarias fue el reloj de sol.No es extra?o ver en la fachada de alg¨²n caser¨®n una superficie plana en la que una varilla va marcando con su sombra las hendiduras que dan las horas. Estos elementos llenos de tradici¨®n y depositarios de ciencia y cultura se han ido borrando, con el pasar del tiempo, de las paredes que los sosten¨ªan y sus ricos dibujos se han perdido sin nadie que los restaurara. En este tiempo de nuevas tecnolog¨ªas, de viajes virtuales y de historias de amor por internet hay quien todav¨ªa prefiere mirar pasar el tiempo con estos sencillos artilugios y se atreve incluso a crear de nuevos.
Joan Olivares, un profesor de matem¨¢ticas de la Vall d'Albaida que el pasado mes de noviembre ya sali¨® en los medios de comunicaci¨®n al ser el ganador del premio Ciutat d'Alzira en la categor¨ªa de novela, ha sido ahora galardonado en la ciudad italiana de Brescia por el reloj solar que ha ideado para la plaza de la peque?a poblaci¨®n de Benissoda. El Centri Studi e Ricerche Serafino Zani, una sociedad de gnom¨®nica que convoca anualmente un concurso internacional sobre esta materia, ha destacado la obra realizada por Olivares "por su aspecto art¨ªstico, simplicidad did¨¢ctica y singularidad" otorg¨¢ndole el tercer premio de este certamen.
A diferencia de los tradicionales relojes solares, de una sola dimensi¨®n, la propuesta del polifac¨¦tico Olivares toma volumen y crece en el conjunto escult¨®rico realizado por el albaid¨ª Rafael Amor¨®s.
En una superficie de tres cubos met¨¢licos superpuestos en una base de cemento, en la que est¨¢ dibujada la rosa de los vientos, quedan dibujadas las marcas para determinar la hora, pero tambi¨¦n para se?alar la fecha. Es, como dice su autor, un reloj-calendario. El escudo de Benissoda, un poema de Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s, dedicado a esta localidad, motivos aleg¨®ricos sobre la historia de la poblaci¨®n y los signos zodiacales adornan las restantes doce caras de este reloj, grande por su tama?o y por su complejidad.
La originalidad de Olivaers y de su obra sigue. Si una varilla colocada en un determinado ¨¢ngulo es siempre la encargada de marcar la sombra horaria, en esta ocasi¨®n la funci¨®n de gnomon la cumple el v¨¦rtice del cubo superior. Y es que el reloj de sol va mucho m¨¢s all¨¢ de ser una cuesti¨®n ornamental, es fruto de la investigaci¨®n cient¨ªfica. "Un reloj de sol requiere unos determinados c¨¢lculos que lo convierten en un objeto cient¨ªfico. Mi afici¨®n por la f¨ªsica y las matem¨¢ticas, y tambi¨¦n por cultura popular y las tradiciones se sintetizan en los relojes solares", afirma el autor.
Adem¨¢s de ser el creador de este reloj, Joan Olivares ha llevado y ha dise?ado otros anteriormente y es autor del libro Rellotges i calendaris solars a la Vall d'Albaida.
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