Fe de navarrismo UPN pone freno a la progresi¨®n del 'euskera' y los socialistas quieren una televisi¨®n auton¨®mica para Navarra
Es todo uno llegar a Navarra, hablar con gente de diverso signo y encontrarse con cuatro versiones diferentes de su historia susceptibles de justificar cuatro posiciones pol¨ªticas. Ya cualquier vecino del lugar lo advierte: "Navarra es muy compleja". Es la primera paradoja. Las fechas bailan, hay batallas que para unos fueron derrotas y para otros victorias, un mismo suceso fue conquista o pacto. En una reproducci¨®n facs¨ªmil de los fueros de Navarra consta el siguiente lema: "Fueros del Reyno de Navarra, desde su creaci¨®n hasta su feliz uni¨®n con el de Castilla". "Aqu¨ª parece que no se argumenta sobre la ciudadan¨ªa, sobre principios democr¨¢ticos, seguimos discutiendo sobre lo que decidieron los muertos", reflexiona Aurelio Arteta, un reconocido analista. Los procesos electorales son tenaces a la hora de establecer que un 80% de la poblaci¨®n es partidaria de mantener la entidad diferenciada de Navarra, pero eso no ha impedido que la cuesti¨®n termine dando r¨¦dito electoral. Todo el que aspire a gobernar tiene que hacer fe de navarrismo. Y defender los fueros.S¨ª, Navarra es compleja. "Somos un peque?o continente", dicen de su tierra los navarros. Su historia da para vestir el navarrismo, el nacionalismo vasco, el navarrismo espa?olista, el foralismo, ahora el federalismo como el carlismo en su tiempo. Su historia son sus fueros, y ya lo dijo Manuel de Irujo, un nacionalista que fue ministro de Justicia de la Rep¨²blica durante la guerra: "Los fueros son los cojones de Navarra". Todo ello se da en Navarra, donde gobierna un partido, Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), que se define como foralista y navarrista y que absorbi¨® en sus siglas al propio PP. UPN cuenta nada menos que con el apoyo de los socialistas, que todav¨ªa sufren las secuelas del caso Urralburu. Y UPN, en su momento, vot¨® no a la Constituci¨®n. En Navarra, la defensa del nacionalismo vasco no pertenece al PNV, cuya presencia es casi testimonial, sino a EH. En Navarra las cosas son complejas, ciertamente. Aqu¨ª EH convoc¨® a una huelga general el pasado d¨ªa 27 a favor de los presos de ETA. Fracas¨® en Tudela, pero triunf¨® plenamente en Etxarri Aranaz, una localidad de 2.000 habitantes, feudo de los independentistas como lo fue en su tiempo de los carlistas. "De un padre carlista no sale un hijo liberal", dijo Julio Caro Baroja.
UPN y socialistas, dos partidos con vocaci¨®n de gobierno, dominan muchos pueblos, pero no existen en otros, donde no pueden presentar candidatos. La situaci¨®n es tal que Fernando P¨¦rez Ollo, del Diario de Navarra, entiende que en Navarra son rentables electoralmente los dos extremos, el navarrismo antivasco y el independentismo.
Miguel Sanz (UPN), presidente de Navarra, lo ha debido entender as¨ª y decidi¨® romper relaciones con Euskadi, en el marco de un protocolo de cooperaci¨®n entre Navarra, Euskadi y Aquitania. Lo hizo el 24 de enero al tiempo que convocaba una manifestaci¨®n contra el terrorismo donde no le ha importado dejar fuera al PNV, EA y EH. El 26 anunciaba que se revisar¨ªan todos los libros de texto en euskera para impedir que cuenten una historia "diferente" de Navarra. Su vicepresidente, Rafael Gurrea, confirma que el euskera dejar¨¢ de puntuar tres veces m¨¢s que cualquier otro idioma en las oposiciones para acceder a la funci¨®n p¨²blica como sucede en la actualidad. No ha pasado inadvertido que Osasuna, un club que nunca perdi¨® su nombre vasco, acabe de romper un acuerdo de colaboraci¨®n con el Athletic de Bilbao. Algunos directivos del club navarro reconocen la presi¨®n de los socios. "Aqu¨ª la derecha propuso un nacionalismo navarro y la izquierda ha coqueteado con el nacionalismo vasco pensando que nacionalismo era igual a progresismo. Y al final resulta que la derecha es m¨¢s progresista sin quererlo y sin saberlo. Se hicieron concesiones con el euskera, que es la pieza fundamental de la construcci¨®n nacional vasca, que van contra la realidad de la ciudadan¨ªa de Navarra", sentencia Arteta.
Se reconocen tres navarras en una: la monta?a (zona vasc¨®fona), la Navarra media ( zona mixta) y el sur, la Ribera (zona no vasc¨®fona). La diferencia entre sus extremos es tan palpable como la que existe, en t¨¦rminos musicales, entre el aurresku y la jota.
Convertido el navarrismo en un mecanismo de defensa contra lo vasco, lo practican todos en mayor o menor medida. Y a los socialistas se les reprocha no entenderlo. "Vamos a rebufo de UPN", reconoce Jos¨¦ Luis Castej¨®n, socialista y presidente del Parlamento. "Tratamos de hacer entender que apoyamos la estabilidad, pero que estamos ah¨ª tambi¨¦n para que UPN no haga todo lo que quiera", argumenta el secretario general de los socialistas navarros, Juan Jos¨¦ Lizarbe. A los socialistas les cuesta tomar posici¨®n, pero practican el navarrismo: acaban de pedir la creaci¨®n de la televisi¨®n navarra. "Los navarros est¨¢n hartos de ver Navarra dentro de Euskadi en el mapa del tiempo de ETB", sentencia Josetxu Irigu¨ªbel, alcalde de Huarte Pamplona por el CDN (Convergencia de Dem¨®cratas de Navarra). La propuesta tendr¨¢ el apoyo de UPN. "Uno no elige a sus enemigos. No s¨¦ c¨®mo debe llamarse la reacci¨®n ante un vecino que quiere anexionarte a las bravas", se?ala Gurrea.
Este a?o no se convocar¨¢n oposiciones en la ense?anza porque tampoco las habr¨¢ en el Pa¨ªs Vasco. ?Por qu¨¦ esta coincidencia? Para evitar que acudan masivamente profesores vascos.
Juan Cruz Alli, ex presidente navarro, dej¨® UPN para fundar CDN y pas¨® de 11 diputados a 3 en las ¨²ltimas elecciones. "Me hicieron la cama en UPN porque les repugnaba mi chapela. El discurso de Miguel Sanz es primario. Es el no a Euskadi. Lo dem¨¢s no le entra".
Su correligionario Josetxu Iriguibel est¨¢ m¨¢s cerca de la calle, es m¨¢s rotundo en sus afirmaciones: "El ciudadano tiene la percepci¨®n de que los vascos quieren anexionarse Navarra, incluso de que, en un hipot¨¦tico final del terrorismo, pueda negociarse algo a espaldas de los navarros".
Y el fen¨®meno alcanza al otro extremo. No es tampoco casualidad que EH dejase a un lado la ikurri?a en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas y se inclinase por los s¨ªmbolos navarros. Se hace extra?o o¨ªr a Patxi Zabaleta, su l¨ªder en Navarra, criticar a ETA.
La econom¨ªa de Navarra creci¨® el 4% en 1999, por encima de la media, como por debajo est¨¢ su nivel de paro. Cuenta con tres universidades para 500.000 habitantes y un sistema sanitario envidiable: en 1998 se puso en marcha el llamado seguro sueco, por el cual uno puede operarse en una cl¨ªnica privada sin coste si su lista de espera en la p¨²blica supera los 180 d¨ªas.
Actualmente se debate si las autopistas deben ser gratuitas a su paso por ese territorio. "Navarra se complace en su propia opulencia. ?se es su pecado: pas¨® del campo a la ciudad sin mediar una revoluci¨®n industrial, no tiene presencia en los momentos importantes. A consecuencia de ello falta reflexi¨®n. Y entonces se recurre a los s¨ªmbolos", dice Jos¨¦ Mar¨ªa Romera, ex director de la Instituci¨®n Pr¨ªncipe de Viana.
Y los s¨ªmbolos acuden al debate diario. Sin ir m¨¢s lejos, Miguel Sanz present¨® la pasada semana una Historia de Navarra editada por el propio Gobierno. Ser¨¢ un libro de consulta para la ense?anza secundaria. Es la versi¨®n UPN. La historia de Navarra da para todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.