Amores que matan

T

odo hace indicar que los dirigentes andaluces de Izquierda Unida van a tener que esperar hasta despu¨¦s de las elecciones para tratar de llegar a un acuerdo con el PSOE. Eso es lo que quer¨ªa Manuel Chaves, que no ha disimulado su malestar por la actitud de los izquierdistas tratando de forzar un entendimiento en Andaluc¨ªa a pesar de saber que aqu¨ª no se daban los requisitos exigidos.

Miren por donde, aquellos que inicialmente m¨¢s refractarios se mostraban a la oferta del secretario general de los socialistas, Joaqu¨ªn Almunia, en cambio, d¨ªas despu¨¦s exhib¨ªan un af¨¢n denodado por aplicar en la comunidad andaluza una operaci¨®n que ha tenido la virtud, para ellos, de situarles, de nuevo, en el terreno de juego.

As¨ª que no es de extra?ar que en el PSOE andaluz tengan pesadillas. Sue?an con gritos de Antonio Romero, Felipe Alcaraz y Willy Meyer en favor de la OTAN y las bases, con abrazos fraternales en favor de una izquierda real, sin prepotencias ni manos manchadas de sangre por el GAL. "?Que no nos quieran tanto!", exclaman algunos dirigentes socialistas quienes tienen puesta su vista, m¨¢s que todo, en los comicios del d¨ªa 12 de marzo, alentados por las buenas perspectivas que les indican los sondeos. De ah¨ª que para nada prefieran acontecimientos extraordinarios que perturben m¨ªnimamente su rumbo.

No obstante, queda claro que el acuerdo tendr¨¢ efectos milagrosos para las arcas de IU, tambi¨¦n en Andaluc¨ªa. Sin duda, que los banqueros ser¨¢n sensibles con la nueva realidad y aflojar¨¢n sus carteras concediendo nuevos cr¨¦ditos, por lo que habr¨¢ de entenderse que se esfumar¨¢n las supuestas presiones que ejerc¨ªa el PSOE en los ¨¢mbitos financieros para que no se facilitasen los apoyos necesarios, seg¨²n particular denuncia realizada en su d¨ªa por el ex presidente del Parlamento andaluz Diego Valderas.

Cesi¨®n del IRPF

As¨ª que, todos contentos, incluso con el ¨²ltimo movimiento t¨¢ctico del PP, al formular su propuesta en materia de financiaci¨®n auton¨®mica. La cesi¨®n del 50% del IRPF y de la gesti¨®n de impuestos especiales, seg¨²n las explicaciones dadas por la candidata, Te¨®fila Mart¨ªnez, ha servido en bandeja la oportunidad a los socialistas para retomar una de sus l¨ªneas b¨¢sicas de actuaci¨®n a lo largo de toda la legislatura, como ha sido la reclamaci¨®n a Madrid del reconocimiento del censo y, en definitiva, un sistema de financiaci¨®n m¨¢s apropiado para los intereses de Andaluc¨ªa.

Eso s¨ª, a los populares les sirvi¨® esta iniciativa para meter la cabeza en la campa?a electoral, centrada sobre todo en el acuerdo PSOE e IU. Sin embargo, ha sido una irrupci¨®n t¨ªmida y ef¨ªmera que ha contado adem¨¢s con una r¨¢pida y contundente r¨¦plica de la consejera de Econom¨ªa, Magdalena ?lvarez, quien aspira, infructuosamente, a tener un debate cara a cara con la alcaldesa de C¨¢diz. De todas formas, tal vez ahora los populares puedan cobrar nuevos br¨ªos de la mano del presidente de la patronal, Rafael ?lvarez Colunga, quien va a contar con Javier Arenas como su presentador de lujo en el club Siglo XXI, para ahuyentar as¨ª malas interpretaciones sobre las relaciones existentes entre el PP y el propio Colunga.

Ser¨¢ entonces un buen momento para que Mart¨ªnez aporte m¨¢s detalles sobre la supuesta red clientelar establecida por los socialistas andaluces y determinados empresarios, que ella misma ha denunciado. Se supone que debe contar con informaci¨®n de primera mano para hacer una denuncia de este calibre. Y si no, que acuda a la CEA, que sin duda le echar¨¢n una mano.

Conviene no olvidar tampoco que queda a¨²n por cerrar el mapa de alianzas pol¨ªticas en Andaluc¨ªa. Los Verdes han de completar esta semana su proceso de incorporaci¨®n plena a la ¨®rbita socialista, a la que se pretenden reenganchar los del PDNI de Herminio Trigo. El acuerdo suscrito con Izquierda Unida deja a estos en una dif¨ªcil posici¨®n en Andaluc¨ªa, hasta el punto de que no tienen nada claro establecer siquiera una m¨ªnima convergencia que se podr¨ªa fijar a trav¨¦s de un manifiesto que tarda en llegar.

ANTONIO Y?LAMO