EEUU alcanza la cifra de dos millones de reclusos internados en sus c¨¢rceles
Estados Unidos bati¨® ayer una plusmarca, pero no una de las que expresan su incombustible vigor y ofrecen un ejemplo al resto del planeta, sino de las que dan cuentan de sus profundas lacras sociales. La superpotencia, seg¨²n el Instituto de Pol¨ªtica Judicial, un organismo independiente de Was-hington, alcanz¨® ayer la cifra de dos millones de personas encarceladas. Esto le convierte en el pa¨ªs con mayor n¨²mero de seres privados de libertad. Con 98 ejecuciones, EEUU ya super¨® el pasado a?o su r¨¦cord de aplicaci¨®n de la pena de muerte.
En la actualidad, unos 3.700 condenados aguardan su cita con el verdugo en los corredores de la muerte. Pero esta ¨²ltima cifra es s¨®lo la punta espantosa del iceberg del colosal universo carcelario norteamericano.La sensible reducci¨®n de la delincuencia que ha caracterizado la ¨²ltima d¨¦cada norteamericana del siglo XX ha ido acompa?ada de un incremento espectacular de la cifra de encarcelamientos y prolongaci¨®n de las condenas. El origen del fen¨®meno est¨¢ en las duras leyes aprobadas en la d¨¦cada de los ochenta, bajo las presidencias republicanas de Ronald Reagan y George Bush, para hacer frente al alza de la delincuencia urbana motivada por la extensi¨®n del crack y otras drogas en los barrios marginales.
"Los noventa han sido la d¨¦cada m¨¢s dura en castigos de toda la historia norteamericana", dice Vicent Schiraldi, director del Instituto de Pol¨ªtica Judicial. Sirva como muestra elocuente el hecho de que en 1990 el n¨²mero de presos en EEUU era de un mill¨®n, la mitad que en la actualidad. No queriendo aparecer como pol¨ªticos "blandos" frente a la delincuencia, Bill Clinton y sus dem¨®cratas continuaron en los noventa poniendo el acento en el castigo frente a la prevenci¨®n, recuerda Schiraldi.
Aunque la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, contenta con el descenso de la criminalidad, es indiferente a este fen¨®meno, algunas voces comienzan a inquietarse sobre los costes econ¨®micos y sociales del mantenimiento de tan inmensa poblaci¨®n carcelaria. Se calcula que EEUU gasta anualmente 40.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 6 billones de pesetas) en sus prisiones.
La persecuci¨®n implacable contra las drogas, que lleva a encarcelar a meros consumidores, es una de las causas principales de esta expansi¨®n del universo carcelario. Otra es la persistencia de criterios racistas en la lucha contra la delincuencia. Bill Bradley, candidato dem¨®crata a la Casa Blanca, critica en la actual campa?a presidencial que, pese a todas sus palabras contra la xenofobia y el racismo, el Gobierno de Bill Clinton y Al Gore ha hecho poco para atajar el ensa?amiento de la polic¨ªa con negros e hispanos.
Adem¨¢s, un amplio paquete de leyes federales y estatales facilita el env¨ªo r¨¢pido de los delincuentes a las prisiones. Una de ellas establece que tres peque?os delitos son suficientes para encarcelar por mucho tiempo a su autor. Otra permite juzgar como adultos a menores de edad. Otras restringen de modo severo la posibilidad de conceder la libertad provisional. Prevenci¨®n, clemencia y nueva oportunidad son palabras casi proscritas en el actual vocabulario policiaco, judicial y penitenciario de EEUU.
Grupos como Sentido Com¨²n para la Pol¨ªtica Antidrogas o la Coalici¨®n Noviembre protagonizaron ayer vigilias frente a una treintena de prisiones norteamericanas, con motivo del r¨¦cord de los 2 millones de presos. Estos grupos denunciaron como "destructiva" e "hip¨®crita" la lucha contra los estupefacientes de un pa¨ªs que pierde muchas m¨¢s vidas a causa del alcohol y el tabaco. Tambi¨¦n calificaron al sistema penitenciario se ha convertido en un "complejo carcelario-industrial". Personajes como el millonario y fil¨¢ntropo Georges Soros han lanzado una campa?a a favor de la legalizaci¨®n de las drogas.
La condena de ser negro
Las diferencias raciales del sistema policial y penitenciario estadounidense son escandalosas. Un negro de EEUU tiene siete veces m¨¢s posibilidades de ser encarcelado que un blanco. Aunque la comunidad afroamericana s¨®lo representa el 13% del total de la poblaci¨®n de EEUU, constituye el 50% de la encarcelada en prisiones federales y estatales. Un negro tiene un 33% de posibilidades de pasar parte de su vida entre rejas, frente al 4% que ronda a un blanco.En la lucha contra las drogas, los negros son perseguidos de modo claramente discriminatorio. Los blancos, seg¨²n el departamento de Justicia, constituyen el 75% de los consumidores de estupefacientes en EE UU; los negros representan el 75% de los consumidores encarcelados.
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