El papel de la esperanza
Encarnita, disminuida ps¨ªquica, termin¨® sus estudios en la Universidad Laboral de M¨¢laga y, como tantos j¨®venes disminuidos, sus opciones de futuro brillaban por su ausencia. Por suerte, Encarnita encontr¨® un lugar que da sentido a su vida y que le permite tener esperanza en el futuro. Ahora pasa las ma?anas en un mundo de papel: encuaderna libros, recicla viejos peri¨®dicos que convierte en bonitos cuadernos o construye figuras de papel mach¨¦. La suerte de Encarnita y de otros 29 disminuidos ps¨ªquicos malague?os fue dar con la Asociaci¨®n Los Girasoles de Ara. Esta asociaci¨®n, fundada por Mari Carmen S¨¢nchez, cuenta con dos centros ocupacionales que ofrecen trabajo y esperanza a 30 j¨®venes que casi perdieron su futuro al dejar la escuela. Con demasiada frecuencia, los deficientes mentales pasan de la escuela a las cuatro paredes de su casa; acaban su vida ¨²til apenas cumplidos 16 ¨® 18 a?os.
Mari Carmen S¨¢nchez tiene un hijo disminuido ps¨ªquico, Jos¨¦ Francisco. Cuando Tete, as¨ª lo conoce todo el mundo, termin¨® sus estudios, pas¨® un a?o en casa, de la cama a la televisi¨®n, de la televisi¨®n a la cama. El mal humor de Jos¨¦ Francisco, aumentaba; tambi¨¦n su peso. Mientras, sus conocimientos se anquilosaban. Su madre pens¨® que algo hab¨ªa que hacer. Y manos a la obra, a finales de 1993, fund¨® Girasoles de Ara con el objetivo de integrar a las personas con discapacidad ps¨ªquica.
Medio a?o despu¨¦s, en unos antiguos locales del Instituto Nacional de Empleo y con el mobiliario que iban a tirar de una oficina reci¨¦n cerrada, comenzaron su actividad. Antes gracias a "unos ecologistas", recuerda Mari Carmen, aprendieron a reciclar papel. Su marido, adem¨¢s, se hab¨ªa criado en una imprenta.
En un principio, Girasoles de Ara mont¨® un ¨²nico centro capaz de dar trabajo a entre 15 y 20 disminuidos ps¨ªquicos. Mari Carmen aclara que ninguno de ellos tiene una minusval¨ªa ps¨ªquica severa. Cuadernos, libros, figuritas de papel mach¨¦,... todo lo que fabricaba se vend¨ªa. Cinco a?os despu¨¦s, la asociaci¨®n ha abierto un segundo taller que alberga a otros 15 j¨®venes -con capacidad para cinco m¨¢s-, tambi¨¦n disminuidos ps¨ªquicos.
Acondicionar este segundo centro ha costado casi 20 millones, un 50% financiado por la Fundaci¨®n ONCE, y el resto sufragado por el Ayuntamiento de M¨¢laga y la Junta de Andaluc¨ªa. A partir de ah¨ª, el taller tiene la obligaci¨®n de volar con sus propios recursos. Los trabajadores-alumnos pagan 8.000 pesetas al mes. Una peque?a subvenci¨®n, las cuotas de los socios de la asociaci¨®n y lo que se recauda por la venta de los productos hace que las cuentas salgan a final de mes.
Como todos los centros de este tipo, el objetivo ¨²ltimo es la total integraci¨®n laboral de los deficientes, pero la presidenta reconoce que esto ya es harina de otro costal. Aunque algunos de sus j¨®venes se incorporan a programas de integraci¨®n laboral -ahora mismo dos trabajan en el Ayuntamiento de M¨¢laga y otro acaba unas pr¨¢cticas en la empresa de hipermercados Eroski-, es poco probable que al finalizar las pr¨¢cticas se queden a trabajar. Despu¨¦s de pasar unos meses en diversas empresas, supervisados, suelen volver al taller ocupacional.
Y, sin embargo, a estos discapacitados no les faltan ganas de trabajar. Pocos pueden presumir de una capacidad de trabajo y una fuerza de voluntad tan fuerte como la de Encarnita; por las ma?anas, construye todo tipo de preciosidades de papel. Por la tarde, va a clase para conseguir el Graduado Escolar; despu¨¦s, ayuda a aprender a hablar a ni?os deficientes con s¨ªndrome de Down. Tambi¨¦n aprende bailes de sal¨®n y a escribir a m¨¢quina. Afortunadamente, Encarnita ha encontrado un papel en la vida.
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