El giro copernicano JUAN JOS? MILL?S

Bien pensado, lleva raz¨®n la Junta Electoral: no es el Telediario el que se parece al PP, sino el PP el que se parece al Telediario. Por fin hemos sabido qui¨¦n plagia a qui¨¦n. Otra cosa es que el Telediario sea un No-do en vez de un informativo, pero eso tiene mal arreglo: es un tropismo de cualquier instituci¨®n que viva de la caridad gubernamental. As¨ª las cosas, lo ¨²nico que se puede constatar es que la aspiraci¨®n moral de Aznar es el No-do. De hecho, ha decorado el fondo de sus carteles de manera id¨¦ntica al del Telediario e inaugura un peque?o pantano informativo cada d¨ªa porque no concibe otro modo de llamar la atenci¨®n. As¨ª, el lunes anuncia una paga extraordinaria para los funcionarios, el martes una mejora para los pensionistas y el mi¨¦rcoles un descuento (?o deber¨ªamos decir una rebaja?) en el IRPF.La oposici¨®n le ha reprochado este modo de desgranar su programa porque cree que es una forma de infantilizar al electorado. Pero ¨¦l no lo hace por infantilizar, sino por cortar una cinta cada d¨ªa. Le da verg¨¹enza salir en el No-do sin tijeras. ?Y qu¨¦? Cada uno tiene su modelo estil¨ªstico. Por otra parte, las pagas extraordinarias, los ierrepefes y las peque?as bufandas financieras son noticias caracter¨ªsticas de los boletines oficiales. No podemos quejarnos de que no pliegue los contenidos tem¨¢ticos de sus mensajes a los contenidos formales de sus informativos. Por m¨¢s que TVE intentara alejarse del PP, el PP la perseguir¨ªa hasta donde fuera necesario porque necesita, como cualquier hijo de vecino, un espejo en el que reconocerse. No era, en definitiva, el Telediario el que daba vueltas alrededor de Aznar, sino Aznar el que giraba alrededor del Telediario. Y la Junta Electoral Central lo ha descubierto dando as¨ª, literalmente hablando, un giro copernicano a la campa?a. Lo que aprende uno de astrolog¨ªa si permanece atento a la pantalla.

Hecha esta consideraci¨®n, ahora comprendemos mejor no ya el porqu¨¦ del fondo azul de las vallas electorales, sino sobre todo el mensaje escrito, la letra, podr¨ªamos decir, del programa: "Vamos a m¨¢s". ?Qu¨¦ es lo que tradicionalmente ha producido escalofr¨ªos a la clase media espa?ola?: Venir a menos. Tal era la situaci¨®n de Villalonga y f¨ªjense c¨®mo ha reaccionado frente al bot¨ªn.

-Es una familia venida a menos -o¨ªamos decir a nuestros padres de los vecinos de enfrente, que sal¨ªan todos a la calle con el mismo abrigo, aunque no al mismo tiempo, no se asusten. Los lunes, mi¨¦rcoles y viernes lo usaba el abuelo y los martes, jueves y s¨¢bados el hijo mayor.

Las familias venidas a menos ten¨ªan que hacer milagros no ya para comer todos los d¨ªas, sino para ocultar a los dem¨¢s sus penalidades gastron¨®micas. Estaba muy mal visto tener dificultades para llegar a fin de mes, como si la culpa de esa anomal¨ªa no fuera del sueldo, sino de algo que se hubiera hecho mal. Y, en efecto, si uno hurgaba en las intimidades de una familia venida a menos, siempre acababa encontrando en su seno a alguien que se masturbaba. Por eso daba tanta verg¨¹enza tambi¨¦n venir a menos: porque todo el mundo sab¨ªa que en el fondo era la consecuencia de una guarrer¨ªa.

?Qui¨¦n quiere poner en peligro la estabilidad pol¨ªtica ? ?Qui¨¦n, el bienestar, el progreso, las pensiones? ?Qui¨¦n quiere volver a masturbarse? Nadie, nadie. Pues lo mejor para no masturbarse es ir a m¨¢s, o irse a Miami. Y ver el No-do todos los d¨ªas. Buen provecho.