Los jueces chilenos decidir¨¢n sobre la inmunidad
V¨ªctimas de la dictadura presentan ante los tribunales una petici¨®n que permita juzgar a Pinochet
Apenas dos horas despu¨¦s de que el Boeing de la Fuerza A¨¦rea chilena despegara de Londres con Augusto Pinochet a bordo, un grupo de siete abogados present¨® en el Palacio de los Tribunales de Santiago una petici¨®n de desafuero que, de aprobarse, permitir¨ªa el procesamiento del hoy senador vitalicio por su "participaci¨®n criminal en calidad de autor inductor en los delitos de secuestros calificados agravados (desaparici¨®n de personas) y de asociaci¨®n il¨ªcita". Paralelamente, ingresaba en los mismos tribunales la querella criminal n¨²mero 60 contra el exdictador, por el caso de Edmundo Ziede, militante del MIR y detenido-desaparecido durante la dictadura. Frente a los tribunales, decenas de manifestantes enarbolaban pancartas contra la liberaci¨®n.
Las ¨²ltimas noticias sobre la llegada de Pinochet, que el Ej¨¦rcito mantiene con gran sigilo, apuntaban a una llegada a Santiago entre las ocho y las doce de la ma?ana (cuatro horas m¨¢s en Espa?a), con una previsible escala en Iquique, al norte del pa¨ªs.El presidente saliente del pa¨ªs, Eduardo Frei, que el 11 de marzo entregar¨¢ el mando al socialista Ricardo Lagos, se dirigi¨® al pa¨ªs para recordar su compromiso ante los chilenos para lograr el regreso de Pinochet. "A pocos d¨ªas de finalizar mi mandato, he cumplido con mi compromiso", declar¨®. El democristiano Frei subray¨®: "Todos los esfuerzos por lograr el regreso de Pinochet han tenido un ¨²nico fin: que los tribunales chilenos, y no los de otros pa¨ªses, sean los que apliquen la ley. Ser¨¢n los tribunales chilenos quienes decidir¨¢n si el senador Pinochet es responsable de los delitos que se le imputan". "Ahora los tribunales de justicia tienen la palabra", asegur¨® el presidente. "El caso Pinochet nos ha hecho reflexionar sobre el pasado, y nos ha impuesto la necesidad de dialogar con franqueza. No queremos que el pasado sea un lastre, pero no queremos un olvido f¨¢cil".
Las v¨ªctimas de la represi¨®n recibieron la noticia de la liberaci¨®n de Pinochet con serenidad, sin l¨¢grimas ni aspavientos. Las agrupaciones de familiares de detenidos-desaparecidos ponen ahora el ¨¦nfasis en el gran reto que afronta la justicia chilena. La petici¨®n de desafuero es la primera prueba.
Prueba de fuego
Hugo Guti¨¦rrez, uno de los abogados querellantes, dijo que es una prueba de fuego para el poder judicial. "Ha llegado la hora de la verdad", subray¨®. En la solicitud entregada al juez Juan Guzm¨¢n, instructor de las 60 querellas, se pide el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de Pinochet para juzgarle por la desaparici¨®n de 19 detenidos que fueron fusilados en tres localidades del norte de Chile en el operativo conocido como caravana de la muerte, llevado a cabo poco despu¨¦s del golpe de setiembre de 1973.
"Es claro que esta vasta operaci¨®n obedeci¨® a instrucciones precisas emanadas del general Pinochet, quien adopta la decisi¨®n de instrumentar la muerte de lo m¨¢s granado de la dirigencia opositora que se encontraba a disposici¨®n del poder ejecutivo en virtud de estado de sitio", se?ala la petici¨®n. Y agrega que Pinochet actu¨® en calidad de "autor inductor frente a estos cr¨ªmenes, es decir, de persona que, concibiendo un designio criminoso, no opera por s¨ª misma sino que encomienda, por medio de una orden, la ejecuci¨®n de un delito en un tercero".
Corresponde al juez Guzm¨¢n elevar esta petici¨®n a los 25 magistrados de la Corte de Apelaciones de Santiago, que deber¨¢n decidir por mayor¨ªa si le dan luz verde. Votan 24, todos menos Guzm¨¢n, porque es parte interesada por ser el instructor. El magistrado declar¨® que asume una gran responsabilidad, "ya que el mundo pondr¨¢ sus ojos sobre la justicia de Chile", y anunci¨® que, a partir de ahora, se dedicar¨¢ de manera exclusiva a la investigaci¨®n de las querellas contra Pinochet. Asegur¨® que no ha recibido presiones de ning¨²n tipo y manifest¨® su deseo de que as¨ª sea a partir de ahora. La pelota est¨¢ en el poder judicial chileno. En este sentido habl¨® el presidente de la Corte Surprema, Hern¨¢n ?lvarez, cuando asegur¨® que los chilenos est¨¢n en condiciones de asumir sus propias responsabilidades.
Nadie est¨¢ para grandes euforias en Chile. S¨®lo reducidos grupos de pinochetistas recalcitrantes exhibieron su alegr¨ªa ante la sede de la fundaci¨®n de su general. Buena parte de la clase pol¨ªtica coincide en se?alar que la forma en que se ha producido el regreso no es para cantar victoria. El almirante y hoy senador Jorge Mart¨ªnez Bush record¨® que "no todo est¨¢ cerrado. Hay 50 chilenos que no pueden salir de su patria". Se refer¨ªa el antiguo colaborador de Pinochet a la lista de 38 militares y civiles estrechamente vinculados con la dictadura que el juez Baltasar Garz¨®n maneja para una eventual acci¨®n judicial por graves delitos. El ministro de Exteriores, Juan Gabriel Vald¨¦s, subray¨® que no es momento para celebraciones. El caso Pinochet est¨¢ cerrado, dijo, pero admiti¨® que el Gobierno de su pa¨ªs ve con preocupaci¨®n que "tribunales espa?oles lleven adelante procesos que afectan a ciudadanos chilenos". Vald¨¦s fue tajante a la hora de atribuir responsabilidades. "El principal responsable de lo que ha ocurrido y de la imagen que ha dado Chile es Pinochet. No el Gobierno chileno, ni los Gobiernos extranjeros".
Desde las filas de la Concertaci¨®n (alianza de democristianos y socialistas) la opini¨®n m¨¢s generalizada es que el regreso es positivo para Chile con la precisi¨®n de que un juicio a Pinochet servir¨ªa para unir al pa¨ªs. "Tenemos que demostrar que en Chile existe la justicia", reclam¨® la diputada Isabel Allende, hija del presidente derrocado.
Los pol¨ªticos de la derecha se expresaron con mayor cautela. Alberto Cardemil, presidente de Renovaci¨®n Nacional, reiter¨® que nadie en Chile est¨¢ al margen de la ley "por importante que sea". Pinochet tiene por delante un periodo largo para reponerse, a?adi¨®, "y ojal¨¢ que as¨ª sea". La decisi¨®n sobre su futuro pol¨ªtico, en el Senado o en cualquier otro foro, "es suya y nosotros la respetaremos", precis¨® Cardemil.
Las manifestaciones en la calle reunieron a lo largo del d¨ªa a grupos minoritarios. A las ocho de la tarde estaba convocada una concentraci¨®n de familiares de las v¨ªctimas frente al palacio de La Moneda, para exteriorizar el duelo por el regreso de Pinochet.
Una interpretaci¨®n muy distinta de los acontecimientos hac¨ªa la presidenta del Partido Comunista, Gladys Mar¨ªn, que manifest¨® que desde la canciller¨ªa "se hizo la gran cruzada para lograr el regreso de Pinochet".
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