"Ser actor es para m¨ª ahora tener un veh¨ªculo para expresar lo que pienso"

Denzel Washington va camino de recuperar los 16 kilos que perdi¨® para dar vida a Rubin Carter en Hurac¨¢n Carter, la pel¨ªcula de Norman Jewison sobre este boxeador de mal ag¨¹ero y peor suerte, que lo ha situado nuevamente entre los m¨¢s apreciados en la profesi¨®n. El candidato al Oscar al mejor actor de este a?o, que ya ha ganado un Oso de Plata en Berl¨ªn y un Globo de Oro en Los ?ngeles, est¨¢ m¨¢s rollizo, conserva la perilla que se dej¨® para el papel y afirma que, pese al camino de encarnador de personajes hist¨®ricos que lleva, no desea limitar su carrera a ese tipo de trabajos: "No quiero convertirme en m¨ªster Biograf¨ªa", dice.

Denzel Washington ha sido en el cine Malcom X, con Spike Lee; Steven Biko, en Grita libertad, con sir Richard Attenborough, y ahora Rubin Carter a las ¨®rdenes del canadiense Jewison, con quien ya trabaj¨® en Historia de un soldado. Teme que alguien ahora le ofrezca interpretar a Colin Powell. Se r¨ªe con la ocurrencia. "Sinceramente, no me veo en el papel; otra cosa es que no desee que se presente a las elecciones alg¨²n d¨ªa, que es algo que me parecer¨ªa muy bien", asegura este actor fortach¨®n y risue?o sobre el h¨¦roe de la guerra del Golfo.

Washington tiene buenas vibraciones para los oscars de este a?o. "He hecho el mismo recorrido que cuando gan¨¦ con Tiempos de gloria", esa historia de la primera compa?¨ªa de hombres negros que defendi¨® a la federaci¨®n en la Guerra de Secesi¨®n americana.

Va enumerando sus galardones y adelanta su pron¨®stico:"Primero gan¨¦ el Globo de Oro; luego, Berl¨ªn, y despu¨¦s, ya veremos, creo que va siendo hora de arreglar que el ¨²ltimo actor negro ganador de un Oscar haya sido Sidney Poitier, aunque no me gusta tampoco poner el carro delante de los bueyes", se?ala entre carcajadas, medio en broma medio en serio, con su atuendo azul de algod¨®n, muy de boxeador, en la habitaci¨®n del hotel berlin¨¦s donde se desarroll¨® su entrevista con seis periodistas europeos.

Las apuestas le apoyan, pero ¨¦l no se f¨ªa, sobre todo de Russell Crowe, cuyo papel en El dilema puede dar al traste con su sue?o. "Hablan mucho de Russell, creo que va muy bien colocado", comenta Denzel Washington como si hablara de una carrera de galgos.

O de un combate de boxeo, algo de lo que ha aprendido mucho meti¨¦ndose en la piel de Carter, el boxeador condenado a cadena perpetua por un crimen que le endos¨® un polic¨ªa malencarado y racista, un h¨¦roe negro inmortalizado, entre otros, por Bob Dylan.

"La historia de Rubin Carter trata de c¨®mo vencer el odio con amor", dice Washington. "A Rubin, el odio lo meti¨® en la c¨¢rcel y el amor lo sac¨®. Era un hombre malo, peor de como aparece en la pel¨ªcula, eso lo he hablado yo con ¨¦l. Era un ser violento que en la c¨¢rcel, a base de silencio, de no necesitar nada, de desprenderse de s¨ª mismo, evolucion¨®, cambi¨® y trascendi¨® a su persona", cuenta este actor, que ha sido elevado a los altares de Gary Cooper por algunos.

A tal cambio contribuyeron tambi¨¦n una comuna canadiense que recorre su calvario con ¨¦l hasta el final. Lo hacen gracias a un adolescente al que tienen adoptado que ve a Carter como un h¨¦roe de su raza tras leer su biograf¨ªa. "La relaci¨®n entre Rubin y Lesra en la vida real es como la de dos hermanos", cuenta Washington, que ha indagado aspectos del personaje hablando con la gente que rode¨® y convirti¨® a Carter en lo que es hoy, un l¨ªder de causas perdidas.

Para preparar la papeleta que le ha proporcionado las mejores cr¨ªticas de su carrera a este actor de 45 a?os, nacido en Mount Vernon, Nueva York, no ha podido recurrir a muchas experiencias personales que le identificaran con la vida de golpes bajos que llev¨® este hombre ¨ªntegro que venci¨® a sus sombras. "Nunca he estado en situaciones tan desesperadas como la de Rubin, aunque he hablado mucho con ¨¦l y he le¨ªdo sus libros. Tambi¨¦n me he metido en peleas, pero con la diferencia de que yo no he perdido ninguna", se chulea.

Le ha venido bien su amistad con el boxeador Mike Tyson. "La ¨²ltima vez que lo vi fue en mi casa. Yo me fui a tomar algo a la calle y le dej¨¦ en la alfombra, jugando como un ni?o con mis cuatro hijos y comiendo patatas fritas", cuenta.

"La gran diferencia entre Mike y Rubin es que la historia de Rubin ya ha terminado y la de Mike no sabemos todav¨ªa c¨®mo va a acabar", dice.

Aunque para ¨¦l, ahora la familia es lo primero y su trabajo ha pasado a segundo t¨¦rmino Washington conf¨ªa en el poder del cine para cambiar la sociedad. "Creo que tiene un efecto en el p¨²blico y yo elijo mis papeles en funci¨®n de su utilidad para la gente. Ser actor, para m¨ª, es tener un veh¨ªculo mediante el que expresar mis ideas, decir lo que pienso".

Por eso utiliza su trabajo no s¨®lo en circuitos comerciales, sino para que sus pel¨ªculas se vean en colegios, crear debates, como han hecho esta vez con Hurac¨¢n Carter.