Europa busca un sustituto del alem¨¢n Koch-Weser como candidato al FMI

La Uni¨®n Europea (UE) ha comenzado a preparar un candidato alternativo a Caio Koch-Weser para la direcci¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras el rechazo de Estados Unidos al pol¨ªtico alem¨¢n. "El Gobierno alem¨¢n debe extraer consecuencias del resultado", dijo ayer el ministro portugu¨¦s de Asuntos Exteriores, Jaime Gama. El canciller Gerhard Schr?der ten¨ªa previsto tratar hoy el tema en un encuentro con su hom¨®logo portugu¨¦s y presidente en turno de la UE, Ant¨®nio Guterres.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, afirm¨® en Lisboa que su Gobierno sigue creyendo que el puesto debe recaer en un europeo.La sucesi¨®n de Michel Camdessus no fue oficialmente discutida en la agenda de trabajo de la reuni¨®n ministerial UE-EEUU, que se celebr¨® ayer en Lisboa. Sin embargo, el tema fue objeto de varias preguntas durante la conferencia de prensa final. "Nunca hemos vetado a Koch-Weser", dijo Albright para agregar: "Nos gustar¨ªa, sin embargo, que el candidato fuera un candidato europeo de consenso".

El nombre de Koch-Weser, un ex funcionario de gesti¨®n con m¨¢s de 20 a?os de experiencia en el Banco Mundial y actualmente secretario de Estado de Finanzas en Berl¨ªn, no fue nunca apreciado como id¨®neo para el puesto por Estados Unidos por estimar que no tiene el suficiente bagaje intelectual y prestigio diplom¨¢tico para dirigir las riendas del organismo financiero con sede en Washington. Tampoco cont¨® con las simpat¨ªas de Francia, Reino Unido e Italia, pese a que su candidatura fue respaldada oficialmente en el ¨²ltimo Consejo de Ministros de Finanzas de los Quince, el pasado lunes, en Bruselas.

En opini¨®n de medios diplom¨¢ticos occidentales en Berl¨ªn, tras el rechazo de Koch-Weser est¨¢n los planes de reforma para el FMI. Una parte de la clase pol¨ªtica norteamericana quisiera que esta entidad se concentre en actuaciones a corto plazo en crisis agudas, en lugar de ser un instrumento de inyecci¨®n de fondos para crisis estructurales cr¨®nicas. En ese sentido, se?alan los medios, la discrepancia personal refleja diferencias conceptuales entre la UE y Estados Unidos, y constituye la raz¨®n de fondo por la que Michel Camdessus se retir¨® antes de su jubilaci¨®n.

Schr?der se ha empleado a fondo desde que Camdessus anunci¨® en noviembre de 1999 su retirada para lograr el respaldo necesario a Koch-Weser. Su prestigio ha quedado empa?ado, opinan fuentes diplom¨¢ticas europeas. Berl¨ªn cree que desde el primer momento Par¨ªs y Londres utilizaron sus artima?as para frustrar los deseos del canciller, agregan las fuentes.

Por dos veces, el ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Hubert V¨¦drine, que tambi¨¦n se encontraba ayer en Lisboa, repiti¨® que Francia "ha apoyado un candidato de consenso europeo". Le falt¨® decir que, aunque sobre el papel el consenso qued¨® plasmado por escrito, en los pasillos jam¨¢s existi¨®.

Descartada ya la candidatura de Koch-Weser, en las ¨²ltimas horas ha emergido el nombre del ministro del Tesoro italiano, Giuliano Amato, el pol¨ªtico socialista que empez¨® a poner orden en la econom¨ªa de su pa¨ªs a principios de los noventa cuando ocup¨® la jefatura de Gobierno.

Nerviosismo en Berl¨ªn

Mientras, el Gobierno alem¨¢n insist¨ªa ayer en seguir apoyando la candidatura de Koch-Weser, pero el Ministerio de Hacienda perdi¨® la calma y pr¨¢cticamente acus¨® al nuevo jefe del grupo parlamentario de la oposici¨®n, Friedrich Merz, de falta de patriotismo por haber recomendado sustituir al candidato por otro m¨¢s aceptable para Estados Unidos.

Merz, el experto financiero que dirige el grupo parlamentario de la CDU-CSU, hab¨ªa acusado a Schr?der de haber causado una "grave crisis de confianza" con su "falta de profesionalidad al m¨¢ximo nivel internacional".

Por su parte, el ministro de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, que se hab¨ªa mantenido hasta ayer al margen del asunto, lament¨® que se hubiera producido la controversia con Estados Unidos, pero consider¨® que las relaciones entre Berl¨ªn y Washington no se ven lastradas de "una manera general" por la discrepancia.