?La izquierda 'blade runner'? GUILLEM MART?NEZ
La monta?ita m¨¢gica. En ?Qu¨¦ Marx se leer¨¢ en el siglo XXI?, un art¨ªculo king-size de Manuel Sacrist¨¢n, el autor part¨ªa de un art¨ªculo publicado a principios del siglo XX por, creo recordar, Thomas Mann. Super Mann, en ?Qu¨¦ Goethe se leer¨¢ en el siglo XX? explicaba que en el siglo XIX el inter¨¦s hacia Goethe recay¨® en el inter¨¦s hacia Werther, mientras que en el siglo XX ¨¦ste recaer¨ªa sin duda hacia Fausto. Vamos, que en el XIX los lectores decidieron intensificar la exploraci¨®n de la sentimentalidad, mientras que en el XX decidir¨ªan explorar los l¨ªmites de la raz¨®n. Algo que la humanidad hizo y sufri¨® que le hicieran a gog¨®. Sobre todo en los a?os treinta y cuarenta. Sacrist¨¢n en su art¨ªculo hac¨ªa una quiniela de la recepci¨®n de Marx en siglo XXI. Meditaba sobre la sobreexposici¨®n marxista de los sesenta y setenta y el nacimiento de una especie de marxismo tuperware, donde el marxismo serv¨ªa para todo, auguraba una reducci¨®n de su campo de estudio y de sus estudiosos y, finalmente, presagiaba una intensificaci¨®n diferente de la lectura de otro Marx. Los lectores del siglo XXI no buscar¨ªan un Marx cient¨ªfico, sino un Marx perplejo. De los dos art¨ªculos citados, as¨ª a lo bruto, se puede extraer un dibujo intelectual de tres siglos: siglo XIX sentimental, siglo XX de la raz¨®n, siglo XXI perplejo. La belleza de una izquierda perpleja es la belleza del blade runner. En un mundo perplejo existe capacidad de elecci¨®n y la capacidad de fabricar justicia global. En un mundo perplejo quiz¨¢ s¨®lo existe eso y todo lo contrario.Una regi¨®n del siglo XX. Recientemente ha aparecido el ¨²ltimo libro de Marta Harnecker, La izquierda en el umbral del siglo XXI (Siglo XXI, Madrid). Se trata de una peque?a sorpresa. Por ejemplo, es toda una sorpresa saber que la Harnecker est¨¢ viva. Para m¨ª Harnecker entraba dentro de ese grupo de seres -como JR, Sotil, ?ngela Carrasco, Armstrong, Collins y Aldrin-, que tras sus glory days no sabes nada de ellos. El primer recuerdo de Harnecker es un recuerdo no vivido. Por lo visto su Conceptos fundamentales de materialismo hist¨®rico se vend¨ªa como polos en los setenta entre nuestros hermanos mayores. Ellas lo llevaban en el capazo. Por lo visto y, seg¨²n me han dicho, te lo le¨ªas, ten¨ªas tu primer contacto con el asunto -el asunto, seg¨²n me ha dicho un usuario, era un marxismo m¨¢s bien cuadrado, del siglo XX-, y luego te ibas a Althusser o a todo lo contrario, es decir, a Marcuse. Mi contacto con Harnecker fue en el insti, en los ochenta. Y la obra en cuesti¨®n eran los Cuadernos de Educaci¨®n Popular, verdaderos catecismos de marxismo, con preguntas y respuestas al uso. Y, mayormente, en desuso. Sea como sea, los Conceptos y los Cuadernos de Educaci¨®n Popular han sido, tal vez, los dos fen¨®menos, as¨ª como los libros de cultura pol¨ªtica, que m¨¢s han influenciado en la izquierda hispanohablante de los ¨²ltimos 25 a?os. Si viajas por Am¨¦rica Latina, a veces son un gui?o. En Cuba, por ejemplo, que un tipo de tu edad te haga un chiste sobre un catecismo Harnecker te orienta sobre con qui¨¦n est¨¢s hablando. Si el chiste es malo o no se produce, no merece la pena hablar. Si el chiste es bueno -los chistes buenos casi siempre son de izquierdas- has pillado un buen interlocutor. Hace menos de un a?o, en Chile, un gracejo sobre Harnecker me proporcion¨® la mejor conversaci¨®n sobre la izquierda con un tipo de mi edad que he tenido en mi vida. Era el hijo de un desaparecido. Era de izquierdas, estaba perplejo -desde la semana pasada, quiz¨¢ lo est¨¦ m¨¢s- y practicaba la izquierda desde la perplejidad. La perplejidad quiz¨¢ sea el caldo de cultivo de la izquierda. La certeza de todo lo contrario. Yo qu¨¦ s¨¦. Bueno. El nuevo libro de la Harnecker tiene el inter¨¦s de ser, sin duda, el libro que seguramente moderar¨¢ la meditaci¨®n de la izquierda, sobre todo en Am¨¦rica Latina. El libro presenta una evoluci¨®n de la izquierda desde los a?os cincuenta hasta esta ma?ana, una descripci¨®n de los nuevos mecanismos del capitalismo, una descripci¨®n de la globalizaci¨®n y de una izquierda no preparada para ella, ni tan siquiera en su vocabulario, y unos apuntes de lo que puede ser la nueva izquierda -una socialdemocracia dura, un reformismo vehemente-, tomados de la observaci¨®n de los movimientos municipalistas brasile?os, grupos de ciudadanos que construyen la izquierda desde la democracia participativa. Sin recetarios industriales de lo que debe de ser la izquierda y sin la garant¨ªa de que sea cient¨ªfica. A lo largo del libro, el vocablo marxismo es sustituido por el vocablo izquierdas.
El siglo XXI. Acto de presentaci¨®n del libro de la Harnecker. Asiste la autora -est¨¢ viva, es rubia, lleva un peinado estilo a?os setenta, como el de July en The love boat-, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y Francisco Fern¨¢ndez Buey, vinculado a revistas como Mientras tanto, El viejo topo y Estudios de Gramsci, quiz¨¢ el primer marxista perplejo. En el acto muchos estudiantes, muchos estudiantes brasile?os y un obrero con mono azul. Lleva tel¨¦fono m¨®vil. Le llaman. Sale pitando al tajo, alehop.
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